• alberto carranza
albertocarranza
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  • País: Argentina
 
 "Piensa que si infliges una herida a un poeta su corazón sangra como el de una bestia degollada"
 Cuando me despoje de mi soberbia oculta,cuando me despoje de mis cariños falsos, y de mis vanos afanes,y caiga redimido a los pies del cielo.Cuando me despoje de mis opiniones,de mis trivialidades y piense en vos como mi igual.Cuando observe un perro sin dueñoy me incline ante su perfeccióny admire la nada y ame esa plantay aquel rosal sea amado sin restriccionesseré un poetaporque renaceré convertido de la barbarie,porque Dios será mudo testigo de mis accionesY yo estaré vaciado de mí mismoestaré hastiado de la realidad vanaadmiraré la sangre corriendo por las venas,admiraré tu corazón repercutiendo con el mío,una y uno en la noche con la lunaque siempre reflejará el explosivo sol.En esas serenas nochesnos invadirá la pasión más cándida,con corazones de fuegonos cobijaremos para lograr el milagrodel nacimiento gestado en tus entrañas.Nos iremos detrás de los pasos del cirujaque ronda los tachos de basura,entraremos a una Iglesia cuando esté vacía, o saltaremos a través de la montaña,y en su planicie buscaremos el esconditeirregular del puma o, en la planicie o en lo camposadyacentes llegaremos por fin al árbol,que abrió el bosque esa noche que acabó sangrandocomo corazoncitos de ruiseñores enamorados.
Juegas con perlas irisdicentesy con tus labios de frambuesasrecorres la espina demoledoray mueres de repente ante losabalorios que recubrieron conun manto incesante los sueñosDespués huyes,pero huye tu que yo no escaposin temer al menos al miedo.Vuelve cuando lo necesites quetu sonrisa encantada es de nieve.Vuelve y burlate de tanto amarmedeja  que caiga mi sombrero al olvidarmeyo he muerto ahora al pulir los sonidosagrestes.
Hoy se murió el díaen tu inocencia quebrantada.Hoy la balanza no pesó tu espiritucuando se elevaba.Hoy los senderos fortuitos supieronde tus andanzas.Hoy dominó la sinrazón, reminiscenciaencontrada.
esa es la hora de mi presencia en tus labiosde marfil pulposoy es la hora de mi crepúsculo que ve extrañadoun colibrí libando ansiosas flores.Y es la hora de la lluvia y de pasos apresuradoshora cuyo devenir preanuncia nuestras vocesen el silencio dibujado,Y es la hora de los truenos conque amenaza el cielo enojado,entonces te espero...aquí estoy, a tu lado.
Cuando desaparezca cada misterio,y ninguna expectativa alcance,para vislumbrar la flor del duraznero.Cuando todo pase como si nada,y el sideral espacio inmóvil vibreal desbroze de esas malezas tristes,donde se anuda la calma como si nada.Cuando el día sea ya noche alumbrada,y en sensaciones del cielo rosado y negrohalles el espíritu de colinas verdes.Cuando en la maldita ruta se cruce un perro,que extraviado soslaye la muerte seguray te indignes y con furiosos puños,maldigas las trampas del descaro y la saña.Cuando de juzgues o te juzgueny sin reposo defallezcas mil vecespues no hay respuestas para nada...pues han ignorado tus pasos sin rumbo,tan cortos y tan  largos, tan sublimesy tan silenciosos como la Cruz negada.Cuando tu silueta se desdibuje en la soledadde una silla de una plaza de fuente mojada,y en la amarga sombra de la penumbra, te vayas debatiendo con la frente bien alta,donde cada sonrisa pasajera caiga en el polvo,sobre espejos multiplicados hechos trizas,y ya nadie entienda tu sonrisa mojada.
                             "  A veces la verdad es tan abrumadora, tan rotunda que,                           ante tal certeza nos volvemos insectos"Ayer como siempre  sin piedad obró el destino,como un reloj perfecto - que nunca lo es-,descompuso mi corazón, lo sustrajo bruscamente,y bruscamente el corazón se dio por vencido;un gesto basta para morir de pie como un árbol,dos gestos bastan para morir sentado en un Café.tres gestos, para observar en un sitio seglar a un ignorado artista tocando un violín en una calle,de apresurados pasos que ignoran una denario.Cuatro gestos, para ver las piedras de canteras,enormes y fabulosas, demolidas del antiguo imperio;o para maravillarse con el asombroso pretérito Allí, debajo, entre robles de base se hallaimpertérrito el restaurante donde saboreanunas sardinas fritadas al ajo, y un vino.Otro gesto basta para sorprender a tu amada, con un escabeche reconocible desde su niñez. Con el fuerte vino pretendes olvidar de un trago, Con su risa de saltimbanqui intentas amar el olvido, Y si te quedas un instante en silencio, a solasno olvides esa hermosa colección de fotosque ilustran instancias del siglo anterior.Pero todo ha concluido y luego, con pasos vacíos,con pasos inciertos sobre los siglos sin rumbo,o impremeditados, vamos a las ruinas del pretérito.El anfiteatro iluminado comparte sus restos contigo.Allí miles de artesanos sucumbieron inciertamente.Allí quedaron ignotas huellas del arte inapreciable,Alli para nada importa  si el presente se detiene,pues llega el momento de dejarte ir dulcementede ese mar incomprensible de desdichas,de ese mar desecho en lágrimas negadas,que para que no aflore unido a tu llanto,ha narrado pícaras historias que dan vida y expresiónpara que tu llanto no pugne neciamente.No olvides que sólo moja antes de apagarse,la lluvia repentina y corta, opuesta al diluvio,y aunque temo que todo pueda ahogarse,no permitiré que polvorientas matascubran de una vez tus oscuras pupilas,vanamente ardientes y esperanzadas.Tampoco olvides que los espíritus libres,deben pertenecer a todos y a ninguna parte.
 "No mencionaré tu nombre porque prefiero olvidarque existes."Cuando uno come dulces amargos y fuertessólo ama los placeres de una vida indiferente,y esa brisa fresca matinal que se instaló en mi sedde pronto llegó a la colina apenas divisada...para estimular mi ser con alocadas risas de mañana.Una noche de amor no tiene precio, tampoco paga. Una noche de amor en verdad es casi nada...Y sin embargo, una sombra bajó para el  consuelo,y aprendí a beber de mi renuncia en ese instante.Una lluvia renuente y suspicaz de pronto mojó mi cara,adoptó la forma de un pasado que adopta el futuro.Calladamente recibo el aliento fresco de esa brisa,y una gestalt, que son dos imágenes contrapuestas,se instalan perentorias: es cuestión de vida o muerte.Me dejaré por lo tanto morir en el silencio ya quees vano esperar que nada cambie si todo muta.Lo impremeditado lentamente,lentamente, ya no es.Ya no es estela disuelta en la madrugada, ni seráya jamás pisoteada horriblemente por un bisonte.     
Nunca podré olvidar el himnoque a despecho del aire pulidoinmortalizó la destrucción,con dos meteoros aterrorizólos rostros ingenuos y amotinóen el infierno a los perversos, sólo con la siniestra magnitudde los inmisericordes fanáticoscuyos mártires secuestrados,sesgados por la impotencia, traspasaron  malsanas ideasvieron atravesar forjados aceros, vieron abofetear libertades,  aunque exclamasen: ¡Dios mío!En esos 102 minutos crueles el mundo ganó difamación y ruegos,imprecaciones nunca presentidasfueron enclavadas en el bullente gentío.que arrastró la carga del enigma, a través de escombros y muertos,a través de lamentos y desvelospara lograr de un pecho húmedoalgunas migajas de milagros.Y no lejos del juego del espanto,la multitud caótica huye al Este,volteando hacia lo alto paraver quien fue el que cayó primero oquien fue el último en caer muerto.Para ver héroes ensayando eléxodo porque nunca son de barro. Para ver atrapados en fulgores quemantes y humaredas crecientes,la desvastación de las conciencias,el despeñadero que colapsa y el miedo.Nunca hubiera sido tuyo ese dolor,o ese redoble de sirenas incansablesni ese desgastado ritmo de compásabsurdo que enlutó a torrentes, ni esos rostros trisados e informes, ni esos papeles inmortales dispersos,Ni esos rostros enérgicos que condenanla desvastación con sólo el estupor,por aquel raro y extraño castigo, que ni siquiera implica la demencia,y carece por ello de todo sentido...
Cada noche vio la muerte,pero la negó y hubo salvación.Cada día pesó la sin razón y acada momento retornó el odio.Lo espantó su propio rencory volvió gritando: " ¡He muerto!"Hubo un retorno en labiosbicéfalos desangrados...bicéfalos...desangrados...¿Por qué ese grito te deshonra siempre?¿Por qué no purgas nunca tu conciencia?¿Por qué se pudre en vos mismonutriéndose de ubres vacías eternas?  
¿Habré dicho ya que mi corazón está deshabitado,que de nuevo estoy solo y el edredón quedó sinaromas porque este amor fue carcomido a ultranza?¿Habré dicho que se abrió una huracán impensabley arrancó de cuajo las alabanzas y los pisos durosde tierra santa?¿Habré dicho que este amor rompió el canon y sefugó por todos los rincones insanos?¿Habré dicho que este amor abandonó la zonade una cálida Bahía para ir al infierno a quemarsus alas?¿Habré dicho que un Adios cerró un ciclo inalcanzablede ruindad y perpetuas mentiras?¿Qué hubo sangre derramada en almas cada vezmás despiadadas?¿Qué solamente trajeron lágrimas y desdichasy los tambores selváticos ensordecieron la espesuraya lastimada?¿Lo habré dicho? 
 De mi boca expiraron palabras fugacescomo es fugaz y precaria una alianzaentre vos y yo.Rostros lejanos se confunden y entreabrensus propias bocas y medallas de flores seimponen a nuestras miradas.Una soga al cuello es irremediable para quiensostiene el amor o para quien burla a la muerte.Secretas tropas azules se difuminan en el cielosin embargo, el horizonte se ocupará con sus nubes oscuras y con su vientoinclemente,  que nunca se estanca,de taponar el azar, de jugar con el amor que ahora es una emoción irreproducible....La mujer temperamental suele crecer en arenas movedizas.Lo comprendí el primer día que vi alnoctámbulo junto a la fogata del Puerto refregándose sus manos heladas entibiando, su alma descarnada o su corazón rezagado.fue en esa instancia que entendí que nada escomo debería ser, y tal vez no pueda ser de otra forma, y que tal vez, sólo tal vez,en meses venideros alguien se apiade.
Creí ahogar mi llanto en el diabólicoocéano fronterizo de la pasión de tu abrazos y en las señales del precipicioabierto en dementes profundidades,me postro por tanto en vano a tus pies,y alli ansiosamente se abre la guaridaun tenaz territorio donde medran lasbestias que preanuncian: " ahógate en en rítos transparentes, en las estrategiasmudas cuyo vértigo de fosas te conduciránsin remilgos al más cruel de los despojos"..
Acuden en tropel como bisontes.Gritos de locura y metralla fructifican.Hombrecillos plasmados, esculpidosen las tierras barrosas, como totems.Trapos sucios visten cuerpos sin carnes,moscas revuelan cerca de las playas,la locura se ha impuesto y es malsana,Juegos de ajedrez inusitados para los asesinos que nunca ven el terror,porque los ciega la insanía estúpida de suspropios miedos. La desaprensión se enquista,hilos groseros siembran cádaveres cerca de la Selva donde bailaron los monos, cercade las chozas donde se hicieron conjuros.Vanamente, esforzados hombres lucharonpara dominar el caos, cuando fue tarde,cuando ya los cuerpos yacieron perforadosconvirtieron la tierra en inútil rio rojo.y flotaron en la playa cientos de muertos.qué hacer... qué hacer... qué hacernadie lo sabe, nadie en su sano juiciolo sabe y solitarios hombros,cabizbajassiluetas se alejan de los escalofríos, ya sinternura dan pasos hacia lo montes donde hallaran aire puro y palomas mensajeras.
El silencio se desprendió de la turba,la flor creció insepulta, incierta variantepunto cardinal, montaña de arena o punto fugaz debilitado en la miseriao punto de luz en voces coreadas yhermoso vaivén, castillo de nada...Si pausa, trepó, descendió gentil a lahondonada de sembrados y grandescascadas en zona libre, donde bolasde fuego fecundan alboradas y tapanlos riscos con ajustadas medallas en esas batallas perdidas de luces de sombras, de canto arrebatado,  y de una profunda, profunda mirada.
Agobiador ha sido el día e insoportable la espera de la medianochecuando el sueño estigiote protege de los malos augurios.Sin embargo todavía el crepúsculose evade del incierto camino delque aún necesitas vaciarlos pensamientos dañinos e ingratos.¿Acaso la placidez será elespiritu de la acción o la acciónte permitirá meditar sobre laspobres figuraciones de este día?Los ancestros que descubrieron esosarremolinados crepúsculos legaron unun hermoso mensaje:" Demora tu contemplación que tus piesno se cansaran de andar, ni tampoco lamirada del exhaustivo derroterodonde asomó la luna con la palidezde una virgen y con el brillo de plata..."
Perduraba la tosquedad en la voz gruñonade un modo parecido al del pésimo frutode tu fisonomía multiplicada en la vidrieracon la mano extendida involuntariamente.Pasos mediocres se entrecruzaron con miradaserráticas que avistaban las palomas navegandocon mensajes guardados en los frontispicios, enlos escondrijos de las frías columnas dóricas.Había en la claridad perturbadora de tus ojosel amanecer de los narcisos y las rosas peroademás era como estar en un callejón sin salidacon la abultada maleta sobre la sudorosa espalda,entreviendo la manga de una camisa percudida.Entonces nos atrapó el verano y el gorgoteo del agua de la fuente que sirvió para acrecentar miamor aún más que ayer y aún menos que mañana.
M.O. se hallaba en un trance porque Ludiana se había ya filtrado en sus huesos y en sus venas que ardían con ese latido acelerado por todo su cuerpo hasta recorrer el periplo y llegar al corazón donde se hallaba el centro del potente sol. Sentía secársele la garganta con esas emociones y deseó salir de aquellas extrañas vibraciones donde se asentaban esos campos de fuerza inusitada. _ Lucy me contó que llegastes a fines de Enero. Creo que para trabajar un tiempo acá.-dijo inesperadamente y primero tuvo como asentimiento un tenue fruncimiento de sus armoniosos labios y seguidamente preguntó si le gustaba Buenos Aires._ Si, aunque la aprecié como en un video-clip; desambalé en un abrir y cerrar de ojos, ya instalada esa misma tarde me presenté en la Cia. Aseguradora Central. Mi idea había sido alquilar un departamento más amplio y cercano al trabajo. Este es pequeño por lo que todo se pone en orden en minutos- repuso con voz bien modulada secundada por el cantito cordobés._ Estuviste antes..._ El año anterior a instancia de Lucy Prat paré cinco días en su piso de Barrio Norte. Ella estaba interesada en que Buenos Aires me cautivase ( sonrió), en esos días la recorrimos de cabo a rabo.El plazo para indagar precio de alquileres de departamentos que yo pudiese ocupar cuando se produjese mi recambio laboral no alcanzó ni ahí. Yo debía volver a mi ciudad, entonces ella ofreció hacerse cargo y mantenerme informada.M.O. mantenía en reserva su opinión de aquella amistad. Lucy Prat hacía amistades con rapidez pero era veleidosa y  de un carácter muchas veces exasperante; su intransigencia podía manifestarse inoportunamente. No obstante con Ludiana era muy considerada, mostraba hacia ella una gran admiración. ¿Pero que entusiasmaba a la altanera Lucy Prat de aquella juiciosa y ponderada cordobesita para que estableciese tal lazo de admiración?Le preguntó adonde se habían conocido._ En una de las repetidas reuniones en la casona que tiene en el Valle de Punilla. Ella tiene muchos conocidos que la frecuentan, principalmente un racimo de amigos míos, discipulos de la Universidad. En ese grupo compartimos casi todo. Recibí una invitación a una de esas reuniones; allí  la conocí y enseguida hicimos buenas migas.- dijo con su voz que ahora era baja y tornasolada.M.O. quedó mirándola con curiosidad, tratando al mismo tiempo de no sentirse incómodo con el encadilamiento que le producían sus ojos. Además aquel fuego seguía quemándole las entrañas._ Bueno, ella parece apreciarte de una manera poco común. - dijo rapidamente y en súbita calma.Ludiana se quedó en silencio, mirándolo con fijeza. Tenía una mirada honda y franca que podía llegar a causar aprensión.M.O. seguía con su idea de sospechar diferencias irreconciliables; ambas poseían temperamentos dispares y no podía ver ninguna afinidad entre ellas.De pronto la cordobesa dijo: Quería decir que cuando estuve el año pasado me llevé una sorpresa con Lucy pues me llevó por toda la ciudad mediante un itinerario meteórico. Ella decía que había mucho que ver y me mostraba todo- edificios, barrios residenciales, estaciones de trenes, avenidas atestadas etcétera-, narrándome lo que veíamos con toda clase de pormenores. Sin duda conoce Bs. As. muy bien y domina la mente de una con su apasionada verborragia. Quiero decir...M.O. estaba atento y callado, como si lo que ella le decía fuese lo más importante del mundo._ Quiero decir que con su manera de ser aceleró todas mis impresiones- repitió Ludiana reflexivamente- Mirá: te digo que en primer lugar quedé muy sorprendida por la vitalidad de los porteños. Los cordobeses son muy vitales puedo asegurarlo, pero no tan acelerados. En eso nos superan aunque se sabe que la contraindicación es que de esa forma se dispara el stress a las nubes.
vientos y niebla y el frío inmortalse adueñan del cielo y abajo de latierra que cae sepultada por la nievey más abajo, en la ciudad,la muralla de lluvia que la tapa. Diluvio irremediable,parto de vagidos insoportables,con ojos esperanzados detrás,y en ese dudoso calor de los sinuosos caminos,siempre hay ojos esperanzados, y detrás de las edificaciones depiedra,en los techos donde los gatos se aterran,ecos extraños negadores de Dios sufren agonías,mientras en lo alto la nevisca se lanzaa redoble,retumba al desbarranque y debajo del aludvoces penosas encerradas suspiran.
 Supe que durante la rebelión musulmana (1932-34), a través de los tumultuosos acontecimientos ocurridos en el Turquestán chino, un hecho reveló la corrupción que prevalecía entre los funcionarios de la antigua ciudad de Si-an, cuando por orden del gobernador y para complacer a un oficial manchuriano de visita, detuvieron sin preámbulos a una joven cuentista y famosa cantante de las casas de té.Esa noche, la joven actriz narró a los comensales de la casa-jardín de altos muros una fábula, acompañada - como era costumbre- por un tamborcillo que apenas repercutía en bajo, con lo cual lograría a cambio la promesa explícita de su libertad. Sin embargo, igualmente fue deshonrada por el impaciente  y grosero oficial manchuriano y días después se la halló ahogada en el hermoso lago del Oeste. La fábula que ella narró fue la siguiente: " Siglos antes de la formación del Imperio Chiu, la codicia y el odio demencial conducía a las tribus pobladoras de los valles y de las montñas de Wu, a matarse despiadamente entre sí. Como cada tribu ansiaba construir su propio Imperio, las luchas fraticidas no cesaban. Por lo tanto, luego de vencer en muchos combates, la tribu Chiu consiguió predominar en aquella vasta región. Quizá la crueldad demostrada por los guerreros en la matanza de sus enemigos, se debió a la actitud intemperante del espíritu de la montaña del Oeste, que influía en aquel cielo, en aquella tierra y en todas las cosas que allí existían. Lo cierto es que de pronto el cielo y la tierra se cubrieron de fuego, las aguas se disiparon de los ríos y lagos profundos, los fértiles valles se volvieron agrestes y quienes se aventuraron desaparecieron en las grandes extensiones resecas, arenosas. En ningún cauce se represaban las aguas porque no se formaban en el cielo incandescente cúmulos que atrajeran la lluvia. Sólo podían divisarse cumbres azulinas en las alejadas montañas del Este y a quienes se dirigieran hacia allá, los aguardaba el antiguo desierto donde medraban escorpiones, serpientes venenosas y monstruos de ojos salientes y horribles colmillos.De a poco se sofocaba la vida y en las aún frías cavernas, los sobrevivientes escuchaban el rugido de los vientos huracanados de arena hirviente que con estruendos pavorosos se arremolinaba en las cañadas y en los insondables precipicios.Como los arrogantes hombres de la tribu Chiu no sabía hacer otra cosa que combatir, miraban azorados sus armas y armaduras ahora inútiles. De nada habían servido los ritos y sacrificios vestales, los clamores en las sombías auroras no eran atendidos por el espíritu de la montaña y el oráculo al fin fue consultado. El dictamen fue escueto al encomendarles perseverar en ambas adhesiones al fuego. Entonces uno de los Jefes advirtió que sólo existía un hombre capaz de interpretarlo: se llamaba Kung Tsui, pertenecía al estado de Liu y era el consejero más estimado del Imperio. Solicitaron su presencia y Kung Tsui descendió de su retiro en las montañas Mao-Yi.Al llegar, observó con mucha atención el penoso espectáculo de aquella región desvastada. En las umbrías cavernas, atendió a esos hombres bárbaros que le hacían incontables peticiones y les respondió en estos términos: "¿ Cómo puedo yo saber la clave de este dilema entre lo alto (Li) y lo bajo (li)?"_ Al menos quítanos la perplejidad y dinos si te bastará un reino a tu disposición y así te ocupes de este grave asunto- dijo uno de los exasperados Jefes._ No suelo cobrar por mis servicios. No sé argumentar ante espíritus airados u hombres orgullosos. Mi vida es vagar sin rumbo y ocasionalmente beber con amigos a la orilla del río en las noches de fulgurante Luna. No obstante si obtengo algún éxito alumbrando sus mentes o si suspirando ruidosamente consigo que el espíritu de la montaña me tome en serio, estaré satisfecho con volver a contemplar de nuevo el torrentoso río donde saltan los peces blancos.Dicho esto Kung Tsui  se inclinó ceremoniosamente ante los representantes de la tribu y atendió en silencio las restantes preguntas._ Por favor, ¿dinos en qué forma te enfrentarás al espíritu de la montaña?_  Se dice que has estado ayudando a muchos en calamidades semejantes...Finalmente cuando se agotaron todas las inquietudes respondió a estas últimas diciendo:-¿Acaso puedo yo saber todo? ¿ Cómo saben si eso que dicen no es lo otro?Kung Tsui fue desdeñado por la tribu Chiu que creyó preferible rogar falazmente al espíritu de la montaña, prometiéndole difusas ofrendas. Pero aquellas interesadas peticiones irritaron aún más al disconforme espíritu que esta vez castigó a la región con un diluvió que duró cien días.Cuando la tribu estuvo a punto de extinguirse, Kung Tsui se dirigió a la cima de la montaña del Oeste. Al subir entrevió la espesa figura de rostro alunado, de grandes ojos ceñudos y caústicos, y se arrodilló expresando contricción por su deleznable condición de mortal. Luego exclamó: " ¡ Oh, magnífico espíritu! ¿ acaso te debemos mayores ofrendas por esa tormenta que originó un océano? _ Ninguno de mis poderes podrá ser imaginado o comprendido por tontos mortales.¿ Acaso podría yo hablarles de mi razonable cordura?Entonces estalló su carcajada que derribó una avalancha de rocas hacia el precipicio.Kung Tsui dijo: " Es cierto. Somos infinitamente pequeños ante tí que eres infinitamente grande. En consecuencia ignoramos si el cielo ardiente como la sangre de un joven inmortal y ahora sombrío, presagiante como la morada del Dragón, volverá a ser un día luminoso y claro, armonioso y benigno."_¿ Cómo te atreves, odioso consejero, a enseñarme rectitud y excedes así mi paciencia?Tronó en todos los ámbitos su voz, se sacudieron los cimientos de los volcanes y muchos hombres y animales de las cuevas y cavernas fueron devorados por la roca líquida. Kung Tsui tuvo que permanecer a sus pies y al calmarse aquel holocausto, dijo con mayor humildad:- "¡ Gran dueño y Señor...laten mis sienes y tiembla mi voz pues desafiando tu poder cometimos ofensas contra tí! La soberbia de la victoria contra los hermanos fue la causa de la ruina de los Chiu. Ahora te ruego me escuches: Pronto retornaré al vacío, pero quiero decirte que mis temores no sólo alcanzan a los miserables súbditos indignos de tu aprecio, aún sobrevivientes, sino a la contradicción que creo advertir en tu designio."El espíritu de la montaña contempló al consejero con expresión curiosa y este agregó: " Sería vano para mí querer hallar la causa de tu ira, tan superfluo soy. Por lo tanto me ofrendaré y rendiré culto al ordenador de la vida, aunque sostenga que mi ofrenda será precaria. La tribu Chiu ha llegado al punto muerto de su camino. Han rezado y sus ruegos no convencieron a tus evasivos oídos. No contienen la virtud. No hay pureza de corazón en sus voces falsas y ahora viven en la extrema aflicción y el dolor. ¿ Cómo podrían complacerte?"_ ¿ Y qué pretenciones tienen mis estúpidos sirvientes de la tribu Chiu más que esa vida desgraciada que les he regalado por mi propia voluntad? ¿ Y cuál es la contradicción que atribuyes a mi pensamiento?_ La naturaleza dispuso una vida larga a la tribu Chiu, pero tu dispones una vida corta a la tribu Chiu. Anoche recibí este notable conocimiento que originó mi confusión: ¿ Quién posee el poder de la vida la naturaleza o tú, o eres tú la naturaleza  y yo un estúpido ignorante que no sé interpretar mi sueño? Agradecería me aclares el significado y entonces mi ofrenda de una canción compuesta especialmente para tí halagará tus oídos._¡ Me agrada eso, me agrada eso!- dijo el espíritu de la montaña frotándose las hinchadas mejillas con los dedos de afiladas uñas. Y después de acomodarse a gusto en la roca que asomaba al abismo, se expresó en esta forma: Al fin lo opuesto se une. Entona esa canción con este laud de seda y te complaceré a mi vez.En un tono regular y desapasionado Kung Tsui recitó:" Dime espíritu de mis tristes sueños,¿ dónde está el rocío otoñal,dónde el bosque, dónde el río y los jardines?¡ Oh, cuanto ansía mi corazón estrujadorecibir el aliento de las floresy ver amantes en el sendero!¡ Oh, cuanto ansía mi corazón estrujadoque valles y cañadas, montes y hondonadas,se ciñan y refulgan con cada primavera!El complacido espíritu de la montaña del Oeste se movió en nubes de nieve, sobrepasó el estruendo de los rayos, atrajo el Arco Iris, abrió con soplos de brisa los cielos y revistió con vivos colores el valle de los Chiu. 
 Fábula de la ilusión                               autor Alberto Carranza Fontanini.Kentsú leyó ( y su índice guió delicadamente la lectura), la frase del libro que detallaba la manera precisa de momificar mariposas que es un modo de eternizar. Después de esa interpretación supuso otra.Subyugada por el diseño extraño de las letras que contenían un significado inexplicable y recóndito, supuso que si develaba tal significado podría detentar para sí misma un magnífico poder, el todopoder con el cual sería capaz de transformar todo, incluso el pasaje hacia la muerte.En esa consciencia del topoder desaparecerían las dualidades, las incertidumbres y el misterio acerca de la verdad y le belleza se verificarían transparentes igual que el agua que corre sobre las  rocas montañosas y hasta los pequeños y grandes asuntos que preocupan a la humanidad serían fácilmente resueltos y desaparecerían como arrastrados por la levedad del soplo de una brisa.Kentsú releyó con morosidad las líneas azuladas del libro arcano. Y pudo visualizar una dimensión irreconocible de la existencia donde la liberación no es una Utopía. Percibió además las vibraciones del vacío, las tonalidades cegadoras de la luz en su esencia y,finalizada la reconcentrada lectura se dibujó en sus rostro la contrariedad, pues más allá de la interpretación casual, cada palabra contenía un signo cuyo sentido último se le escapaba como si hubiese sido concebido por mentes divinas unidas entre sí como el anverso y reverso de una misma moneda.Kentsú, igual que el políglota Champolión al descifrar los intrincados jeroglíficos egipcios, dominó su impaciencia y con admirable tenacidad examinó gradualmente los signos enigmáticos. Dos días consecutivos aplicó a la tarea. Durante ese tiempo no probó bocado ni concilió el sueño. Se desentumecía recorriendo nerviosamente los pasillos que desembocaban en el Jardín mustio por causa de las repetidas heladas y entonces decidió convertirlo en invernadero. Acariciaba la idea de que las flores y las plantas conservasen el esplendor de la juventud y de la belleza constante. Al retornar a las silenciosas habitaciones proyectó que debía llenarlas de sonidos melodiosos y sublimes y además revestir los anaqueles vacíos con setenta mil libros. Los pisos podían ser recubiertos con alfombrados agradables al paso; podía decorar los techos con frescos naturistas en contraste con las mesas de mármol que adornaría con jarrones blancos y renovaría cada día con flores. Todo eso podía hacer Kentsú con sus propias maravillosas manos pues creía poseer el secreto de recuperar la apariencia de la vida en cada objeto otorgándoles el don de la belleza peremne.Kentsú volvió a la lectura, de la cual había sido distraída por esos pensamientos, y recitó en escala las líneas misteriosas del libro arcano: poco a poco las hizo poesía, las hizo plegarias, las hizo culpa y perdón, las hizo lágrimas y las hizo risa hasta que cansada fue sumergiéndose en sueños recurrentes.Kentsú desdeñaba alhajas y amantes. No obstante, durante esos sueños, la seducía la inopinada presencia del Arco Iris cuya magnificencia podía atisbar desde el ventanal cuando las tormentas cesaban.Sólo al Arco Iris entregó Kentsú su amor, permitiendo que inquietase su alma pues el amante, tenebroso y voraz, solía manifestar compasión y dulzura hacia ella cada amanecer. El Arco Iris fue mancillando el honor de Kentsú: inevitablemente humillaba su espíritu cada vez que caía rendida de cansancio y se dormía; pero ella no podía revelarse y entregaba su amor en forma de danza, destinándole  cada noche sus labios y su cuerpo espigado y cimbreante. El último amanecer, Kentsú aguardó que el Arco Iris se desvaneciera en las altas montañas pues debía ya volver a la lectura del libro de lineas azules. Poco después, en el silencio de su estudio, la fría nieve que entró en ráfagas por el ventanal repentinamente abierto se derramó sobre su corazón y su virginidad, concebida durante esas agitadas noches.Entonces Kentsú comprendió que su aventura y anhelo de desentrañar el misterioso contenido del libro arcano había finalizado para siempre.  
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¿Okey? ¡ Okey!
Autor: alberto carranza  1527 Lecturas
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                               Cebar Mate                                                autor:Alberto Carranza Fontanini. A medida que el auto avanza y sorbemos mate expandiendo nuestras miradas en el cambiante paisaje, observo a mi mujer en su acción repetida de engullir glotonamente los pan de leche y que de repente- movida por cierta malignidad- se da vuelta hacia mí para zampar uno en mi boca de Loro hablador, y así impedir por un rato  que la moleste al interferir en sus comentarios agrios y triviales.Por añadidura, en un improntus casi desesperado, me concentro en el manejo del auto socorrido por una imagen cómica redentora: concretamente veo a mi mujer rumiando maníes durante las visitas dominicales al zoológico. Que ella esté encerrada en una de las jaulas sería un consuelo; una travesura mental que me regocija (bien sé que si ella sintiese lo mismo con respecto a mí, sus ojos también se llenarian de chispas burlonas), pero al reflexionar y darme cuenta de que con el mismo lenguaje compartimos  idéntico destino me parece conveniente desechar esa idea desvalorizadora; lo cual es prácticamente imposible hasta que logro avanzar otro Km., cuando soslayando el sol restallante sobre los campos, la veo cebar mate con esa yerba misionera reconocible y a la vez noto que se queja porque se insinúa de nuevo su migraña, previsible desde que la escasez económica frustró su manía de comprar todo (incluídas las baratijas), y sus ganas de llorar. Ella sabe muy bien -¡ quién no!- que desde siempre la miseria se ensañó con gran parte de la humanidad mientras la otra siguió dedicada al dolce farniente. Seguidamente acude a mi memoria el concepto cívico del laisefer, ya que decidimos irnos de vacaciones casi amortizados. No importa - le digo a ella arrimándole un pañuelo para que suene su nariz y expela el atchís con un característico rebuzno rechinante-, estos días son nuestros y dalo por hecho que vamos a disfrutar... Su exclamación me deja pagando: "¡ Qué iluso que sos!, dice con sarcasmo. Y en ese total desacuerdo con mi perspectiva feliz, pasa por alto la poca esperanza que me ha ayudado a soportar la dura tarea diaria de esos meses pasados. Se que ella menosprecia mi resignación de bestia de carga, aunque gracias a ese aguante consiga cada día el pase de sobrevivencia...¿Cabe duda que seis bocas hambrientas traman una condena prolongada?A veces lamento que en cierta ocasión se nos haya escapado la posibilidad de irnos a un lugar diferente. Habría sido reconfortante encarar otra posibilidad, empezar de nuevo y sentirnos que vale la pena lo que uno hace con el sudor de los pies, ya que mi trabajo de vendedor callejero me obliga a caminar cientos de cuadras cada jornada.Pero se me ha evidenciado que nunca será probable en nuestra situación. Además no hay coincidencia ni diversidad sino oposición absoluta en nuestros respectivos criterios. Ella se hubiese ido para operarse las lolas y un sin fin de intervenciones estéticas " porque allá en estos importantes asuntos están super tecnificados"- dice ¿...? En realidad también sé muy bien de su anhelo de permanecer joven muchos años, lo que no es raro en el género femenino (ni tampoco en el masculino). Yo, para terminar esa especie de desacuerdo, le digo que se da por descontado que la fuente juventus es poco probable o casi imposible. Entonces me retruca que para ser feliz, feliz, feliz, no alcanza con tener una familia numerosa que llega abrumar. Y Es innegable que tiene su razón: la agobia lavar, lavar, barrer, barrer, y cocinar y cocinar y cocinar- igual que una sirvienta full-time-, porque el instinto (como a cualquier otra pareja que reside en el globo terráqueo), en su momento nos puso el celo reproductivo.Ella deglute otro pan de leche mientras yo, solvente, suelto mi mano derecha del volante para recibir el mate cebado con todo esmero. Una súbita aprensión deja el paisaje campestre que transitamos con largueza en segundo plano; se trata del invariable malestar que me aqueja cada vez que me ceban mate y me autoengaño eludiendo el consejo médico del nó definitivo a la bombilla, pues, según su apreciación, arruina mi sistema digestivo. ¡Ah, como odio esa prohibición! ¿Odio? Sí, al médico que quiso extirpar mi vesícula, odio esa cara de bicho deforme con escalpelo. Odio a ese cirujano que elimina cálculos de tu maravilloso higado cirrótico o grasoso,  quizá porque en alguna instancia le reporta pingües ganancias y a mí me da inconcientemente envidia. ¿ Viste médicos pobres?- dijo alguien- Nó, vi pobres médicos que jamás logran ascender de un modo veloz al ansiado status- repuse yo sin respirar.Le devuelvo el mate y acepto que me dé otro mate bien cebado, pero sigue crispándome echar vistazos a las partículas de los pan de leche desparramadas sobre su falda y los bordes de su asiento.  Con el habitáculo salpicado de esos restos debería detenerme en cualquier estación de servicio y sacudir los asientos afelpados y demás recovecos del auto. ¡ Pero los humanos somos tan pero tan sucios!Cierta vez, mi compañero de pesca - amigo de siempre-, indicando con su ceño fruncido la superficie del río Paraná, me advirtió sobre aquellas bolsas plásticas brincando sobre el agua color melena de león, infectada por detritus, y sobre la aglomeración de pescados inflados e inertes que se mecían en la orilla cerca nuestro y no pudo evitar clamar al cielo por semejante desaprensión. Sin embargo, muchos siguen inmutables con mi deporte favorito (la pesca) porque desestreza. Nadie niega las bondades de la pesca ni el derecho a pescar, aunque al abrir los peces que se cosecharon vivos toda clase porquerías rebose de sus tripas lo cual, tarde o temprano, igual los hubiese liquidado sin morder los anzuelos.Mi mujer continua engullendo y pienso que junto con las dimensiones de su estómago creceran sus protestas porque no subirá el cierre o porque la biquini remarcará los flotadores de la cintura. En verdad, deberíamos  aceptar que, secularmente, los humanos estamos enfermos del bocho y cuando mi mujer sufra por sus excesos de ingesta, condescenderé a persuadirla de que esas cosas simplemente no interesan, mientras nos amemos. Después de todo me incluyo como heredero del zoológico actual. No por casualidad llevo cada tanto a nuestros pequeños depredadores (nuestros hijos) a que disfruten de ver las especies constreñidas por vallas. Parsimoniosos, desandamos los senderos del Zoo., extansiándonos a cada momento frente a sus prisiones. En particular, me fascina la jaula de los gorilas. Sobre todo, la del poseedor de una expresión memorable: su cara sarmientina parece la del prócer de la educación con el sutil agregado de un buen carácter. " Es impresionante - dijo mi arisca mujer al recordárselo y cebando otro rico mate remató satisfecha-: es impresionante que ese bestia peluda haya demostrado ser más civilizado que vos." En esa ocasión me habían entretenido los meditativos y tristes ojos del gorila que a intervalos expulgaba su cabeza. Ambos nos mirabamos estudiándonos con obvia complicidad. Yo tuve la impresión mística de estar ante un buda impertérrito que, ante la inopia circundante , imposibilitado para demandar nuestra habitual injusticia, recurre a frotarse la cabeza de un modo resignado.¿Cabia otra actitud que hermanarme con él?Originé el estupor de la gente que lo contemplaba cuando con toda desición entré a la Jaula, le dije unas palabras comprensivas y terminé dándole un abrazo inolvidable y conmovedor.    
Cebar Mate
Autor: alberto carranza  1215 Lecturas
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                            Reviviscencia                                        autor: Alberto Carranza Fontani. Ninguna mujer como ella, te lo aseguro. Te dejaba sin habla, sin respiración y con el sentimiento cautivo para siempre caías vertiginosamente en su red. Teresa hacía el número principal de la Revista. Apenas te sentabas los ojos desmesurados del  talentoso pianista  te iniciaban en la adicción; los del barman y clientes, apoyados en la barra (cuencas vidriosas, pupilas drogadas), también... Me angustié: ¿ Qué hacía yo metido en ese lupanar?  Mi paseo fue casual. Tal vez seducido por las fotos carnales de las presuntas bailarinas y por la marquesina de señuelo esplendente, ascendí las escaleras mullidas, iluminada con luces rojas  peculiares; con la  insólita sensación de mis pasos leves entré animoso y con el deseo de ver a gusto pieles blancas como el yeso u oscuras como el ébano y en medio de tenuidades alcohólicas empecé por apegarme a la rapsodia en blue, ejecutada por el pianista con otro tono,en diversa melodía, pero tan nostalgioso como yo estaba.El espectáculo había comenzado y a cada intermitencia la seguía el rutilante desfile de ondulantes folies en el proscenio:imantación femenina de todos los tamaños y formas, seres de carne y hueso  moviéndose como boas entre candilejas y que osadas y chispeantes avivaban o alertagaban tus sentidos. La dudosa expresión artística arrancó los aplausos de los espectadores y al avanzar el show se dio un espejismo. En el calidoscópico tablado apareció una diva, te digo, que nos dejó paralizados. ¿ Podría hacer algo menos que palpitar de emoción?  Fascinados, boquiabiertos, comprimimos los muslos cuando su voz expresiva y poética, llenó el ámbito. El resto sobró: toses y cuchicheos y sillas detempladas desagradaron los "fru-fru" de Teresa, quien al quedar en cueros, delineada y perfecta como una vestal, con su sonrisa nacarada te separaba el alma indundándote de perfumada brisa dionisíaca. Sobre la silbatina imprudente, destemplado exclamé:- ¡ Eh...más respeto a esta diosa con plumas de reina!"  Y fui imperiosamente invadido por su presencia sugestiva; de pronto se acercó y me abarcó con su dulce voz y sus brazos de cisne;- ojos ensoñados- labios almibarados depositados sobre los míos-. Me agradeció así mi inopinada defensa; los demás rechiflaron de envidia y yo sentí una turbación inmensa y agonizante.Te digo que ya nomás de entrada intuí un ser abismático. Aunque los pétalos carmesí de sus labios liberasen tu fantasía quedaba algo pendiente, un universo extraño, siempre lo desconocido,lo inabarcable. En las noches de voces quedas, en la penumbra del cuarto circunstancial, esos ojos de miel oscurecida te vaciaban endemoniadamente, a fuego lento te desvastaban diluyéndote en su corpóreo esplendor hasta hacerte desfallecer. Sin predeterminación, te lo aseguro, Teresa acertaba en tu anhelo primordial. Era un presentimiento bíblico destinado a sumergirte en un mar de caracolas, en un océano irisdicente de olores raros y textura de nutria donde te hundías en su esbeltez y en las vaporosas mieses de su cabello lacio y en los clamores de lo ignorado y en sorprendentes sensaciones renovadoras de la vitalidad.¡Risible torpeza la mía al pretender algún placer erótico!Al finalizar - en densas nubes, en zona tibia-, podía ver en el espejo mi fisonomía solitaria, mansa y desconcertada. Teresa respondía a mis interrogantes con compasión...¿ Por qué me entraban ganas de recluirla de las groseras lascivias de los concurrentes nocturnos del club...yo que sólo ameritaba como un vulgar patán?Cada vez, gentil y sutilmente decidió ayudarme. Yo solía esperar cada semana ese consuelo espiritual , aunque en frío me persuadía que estaba haciendo el papel de un idiota y proyectaba alardes de hombría que en definitiva realzaban mi desconcierto sumándose a mi precariedad.En esos meses, te lo digo, las mujeres se evaporaron de mi vida como criaturas de ficción. Atribulado, lamenté no lograr dominar mi abyecto encelamiento. ¡Ah, repulsivo placer de los celos, miasma de ideas negras envenenando mi espíritu!Semejante a un guacho, excacerbado por la vana presunción de poseerla, conseguí atenuar un tanto mi desdicha. Pero al despertar, siempre predominaba una certeza más pulida: la de mi entrega absoluta. La mujer inabarcable, pasiva, lejana, que en su indolencia nada podía agregar, nunca me decía, " Te amo o te quiero" y yo reclamaba con violencia:- ¡ No tenés derecho a burlarte de mis sentimientos, Teresa!"En una ocasión, durante uno de mis reclamos, me devolvió una mirada penetrante y dijo: " Ana, todavía es tuya"Te digo, esas palabras - al no captar el sentido ambiguo que contenían- me volvieron fatuo y un mes después Ana no fue nunca más para mí. " Cumplí Teresa- dije -estoy a tu disposición; tomá de mí lo que quieras" La faz oval, inescrutable, ni siquiera se movió.Me convertí en una ruindad sincera, si cabe. Estreché la vigilancia sobre sus pasos, aceché sus paseos y cada una de sus presentaciones en el club nocturno. Las miradas lujuriosas de los tipos llenos de marihuana acrecentaron mi locura:- " Vení a vivir conmigo, Teresa, te amaré hasta en el sueño de la disolución final(prometí pero ella mantuvo su hermetismo), ¿por qué no sos buena Teresa y me das para siempre tu alma?" Dije que me transformé en una completa ruindad y de un modo despiadado llegué a la comprensión más cruel: Teresa sentía lástima de mí.En ese invierno rabiaba a menudo. Pasos meditativos para convencerme de tener el don suficiente y lograr la mera satisfacción animal. Contradicciones desquiciantes, pero, te lo digo, insoportable aquel tormento. Podía hundirme cuanto quisiera en la estela mágica de su belleza, pero irremdiablemente desembocaba en un desierto gris y me fui arrugando, doblegándome de a poco.Algunas tardes acudimos al muelle a observar las embarcaciones que navegaban hacia la ensenada. Sobre el río declinaba el sol; en  la superficie se espejaban nubes estáticas como el sentimiento amoroso de Teresa. Anduvimos hacia arriba hasta que vimos a lo lejos que la ciudad se iluminó. En el muelle respiramos la bruma espesa del comienzo de la noche, bruma espesa que envenenaba igual que los celos a mi mente cuando esa noche vi a Teresa ondular poseída por la música del blue en su vestido de cien colores y al final, detrás de bambalinas yo la esperaba para abrazarla con desesperación.Todavía percibo la algarabía de esas noches padecidas y entreveo una madrugada de hielo y la figura solitaria del vendedor de rosas junto a la fogata y la mujer que pasa y me roza y me lleva de la mano y me ilumina como un lucero infundiéndome su brillo eterno. Ese amanecer Teresa afloró del rito del amor posando ojos insondables en el vacío de todas partes y repentinamente dijo: "Carlos volverá". _ Nunca dijiste que estabas casada, Teresa...¿por qué se fue? Dentro del desmayado silencio escuché un tren acercándose fatalmente. Descubrí su perfil en la sombra, la hilera de lágrimas que mojaron mi caricia, lágrimas como gotas de rocío de esas estrellas... Y entonces, para ayudar, para aliviar, puse uno de sus discos predilectos y a poco Teresa dijo:- " Amo a Listz"¿Por qué no me amará a mí como a él? ¡La pucha qué mujer!Luego camino penitente por el asfalto húmedo, casi congelado, una marcha retumbante de una figura que se desdobla en la esquina fantasmagórica..-" Estás demasiado encadenado a Teresa y ella nó- me confieso a mí mismo- ¿ cree que soy...un rinoceronte?"Pateo humillado un tarro que repiquetea ( único signo vital)hacia el puestero todavía enfrascado en la irradiación de la fogata del oxidado tacho. Al unirme a él, la escena es más desconsoladora, todo a causa de esa angustia de mandíbulas que trituran. Así, de repente, quisieras disponer de quinientos años para amarla, pero reconozco de inmediato mi frágil necedad...Los días continuaron ajenos a mis tribulaciones. Deseando retener su alma huidiza, hice regalos costosos a Teresa ya distante de mí. Una noche aciaga, sin ningún mensaje, no hallé en su cuarto la menor señal de que había existido un poco para mí. ¿ Matarme? ¡ Bah, los románticos del splint se hicieron humo ancestral! ¿ Valía aquel ingrato sentimiento de duda infiel?Cada noche volví al club, al espectáculo clisché, a mirar los cuerpos ofrendados que jamás igualarían al de Teresa. Durante cierto tiempo acepté el martirio porque necesitaba recuperarla; pero otra madrugada me recriminé...Debía convencerme viejo, te lo digo, antes que mi interior se partiese... Nunca volví a ver a Teresa y extrañamente recuperé la felicidad.  
Reviviscencia
Autor: alberto carranza  702 Lecturas
 En una remota cueva, iluminada por una fogata crepitante, los rostros  primitivos e indiferenciados se inclinan hacia el viejo cuerpo que yace sobre una rugosa piedra. Esa noche se escucharán gemidos, lamentos parecidos a gritos discordantes, por causa del obligado rito que glorifica a los muertos.El Rey- Sacerdote, ya inerte, tiene las facciones horriblemente mutiladas. Esa misma tarde con un cuchillo de piedra cortó su propia nariz, sus orejas y luego, con postrer esfuerzo su cuello por donde escapó el aliento de la vida. El otrora intrépido guerrero en los últimos tiempos se había vuelto ciego y padecía de agudos dolores que lo mantenían postrado y abatido. Mientras sin solución de continuidad se realiza la ceremonia, el sucesor ensaya  ponerse sobre la enmarañada cabellera el casco emblemático. Desde ese momento especial él es el Rey- Sacerdote y, con ese gesto ritual, comienza el largo camino que lo llevará a la inmortalidad. Por eso, cuando envejezca y no tenga ya el vigor para la lucha, deberá repetir aquel acto de inmolación. Esa es la Ley y la Ley deberá acatarse...Con esta aproximada descripción de un rito funerario prehistórico, intento poner de relieve la ancestral idea de la inmortalidad que, al igual que el culto religioso y la magia ( a la que se acudía para invocar ayuda sobrenatural), tienen un orígen mítico en común.Lo que en siglo XX denominabamos crímenes de lesa humanidad, en las antiguas civilizaciones eran moneda corriente aunque en otra perspectiva, como todos sabrán.Sin ir muy lejos y por lo que sé, los Aztecas mexicanos provocaban guerras para surtirse de prisioneros que sacrificaban masivamente en sus ceremonias. A los Faraones ( quienes no dudaban de su condición divina), a raíz del deseo de supervivencia ultraterrena, no les temblaba el pulso cuando veían incontables contigentes de esclavos morir revetandos de cansancio, durante los demoledores años que tardaron en construir las impresionantes pirámides que los haría pervivir más allá de su época y que les facilitaría el paso para el ansiado viaje inmortal. Esta creencia, les movía a emplear todas las riquezas del estado - hasta la ruina- en los fastuosos proyectos de sus templos y tumbas, lo cual debe haber seducido a Napoleón Bonaparte quien no dudó en emular a Alejandro Magno y también decidió invadir Egipto. Pero Napoleón era, además de excéntrico y mujeriego, un hombre culto ( letrado), y en lugar de una invasión cruenta como la llevada a cabo por su antecesor, implementó una invasión académica cuyo premio mayor fue la mentada piedra roseta de 680 Kg.,y treinta y dos líneas de textos en griego, demótico y jeroglíficos imposibles de discernir. Sospecho que para el "gran Corso" debe haber sido una pasionante disyuntiva ver todos aquellos signos incomprensibles que sus eruditos filólogos trataban vanamente de descifrar y acaso o tal vez él pensara si en esos textos no se hallaría escondido el misterio de la inmortalidad.Los griegos tenían otro concepto respecto a este asunto imponderable. Para ellos cualquier dios podía figurar como su amigo del alma. Era relativamente fácil que cualquiera de esos dioses se dignase a descender de su pedestal Olímpico para sumarse a su batallas o a sus festejos y, de paso, arrastrar el ala alguna de esas bellas griegas con la cual podían concebir semidioses y restar importancia a sus narices respingadas ( mucho más estéticas y perfectas que las narices de los más pintados atlétas griegos), envidiable símbolo de su inmortal abolengo.Claro que vulgarizar la condición divina los hacía pasibles de mortalidad y así como en Babilonia los dioses eran realmente humanos -también los egipcios tenían en cada provincia tumbas de dioses muertos-, en Creta se enseñaba a los visitantes la tumba del dios supremo Zeus.En el imperio romano fue cosa habitual glorificar a los generales victoriosos que, si antes no morían envenenados, podían heredar el trono y por añadidura aspirar al rango de inmortales. Indudablemente los formidables atributos de un dios no les era un asunto desdeñable. Un dios, con un sólo gesto magnánimo podía hacer llover y lograr dar punto y aparte a la hambruna, o con un gesto inclemente podía poner en ebullición un volcán satánico que en cuestión de horas petrificaba la vida de una gran ciudad.Pero lo acontecido con la Torre de Babel es paradigmático respecto al pensamiento del verdadero Dios y del orgullo y la soberbia humana. Justamente en este aspecto el culto a la divinización en la roma imperial alcanzó la desmesura. Aungusto, que gobernó bastante bien a lo largo de tres décadas, al morir fue comparado en forma patética con Hércules (ambos padecieron el envenenamiento de mano de sus respectivas mujeres), y mocionado en el Senado para su divinización. Por lo tanto tuvo derecho a su templo y a sus altares y a una orden sacerdotal que instruía los correspondientes ritos destinados al flamante dios.Calígula - hijo del gran Germánico, muerto envenenado por el mismo pequeño sátrapa-, presa de una boufée delirante, cometió durante su gobierno todo tipo de atrocidades, mientras con todo desenfado se justificaba declarándose divino. Con la idea fija de ser más poderoso y sobrenatural que el mismísimo Jupiter tronante, no tuvo el menor empacho en cercenar las cabezas de las estatuas de ese dios para ajustar en su lugar sus propias y dedeñosas cabezas. Como era de esperarse, sus abusos, sus crueldades tuvieron mal fín : doce feroces golpes de espadas de sus propios guardas, que le tendieron una trampa, atravesaron implacables su ínfimo y delicado cuerpo mortal.Sin embargo todos estos testamentos históricos que ponen de relieve la megalomanía de los poderosos no son suficientes para curarlos de sus fatuidades. Un poco antes de mediados del siglo anterior aparecieron en el escenario mundial, el nazísmo, el fascísmo, el maoísmo y el estalinísmo como otras tantas formas de afán de dominio, de poder supremo y de inmortalidad.Para dar un ejemplo conocido, repasemos brevemente algunas de las perversidades que caraterizaron el régimen de Stalín en Rusia ( En estos días estoy releyendo " En el Primer Círculo" de Solyenitzin.)Gracias a la maquinación eficaz de la propaganda soviética Stalín fue considerado un dios viviente. Es decir: Omniciente e infalible. Fue sin duda una contradicción apenas explicable que un déspota que produjo un sistema de " terror por el terror" fuese idolatrado por una gran parte de su pueblo. Durante el fatídico periodo o atapa de la colectivización de tierras, abandonó su faz pública amable y sonriente y empezó a mostrar una fisonomía o perfil desconfiado e inescrupuloso. Habían comenzado las matanzas y purgas de quienes de palabra o de acción atentaban contra el gobierno soviético y la Policía ( N.K.B.D.), realizaba arrestos por todas partes. Nadie pudo ya sentirse a salvo: todos eran vulnerables a la paranoía en que entró el sistema. Para peor, se había legalizado la tortura ( el método más usado, según creo,consistió en no dejar dormir a los interrogados), y  en el gulag ( campos de trabajo), corrientemente los prisioneros- a punto de ser anulados sus fluídos corporales-, caían  muertos de hambre y agotados.El " grandioso Stalín" causó estragos y hambreó a su pueblo sin que le temblase el pulso. Su muerte ocurrió en circunstancias sospechosas; clavó en ese postrer instante sus ojillos duros y acusadores en quienes lo rodeaban.Ahora es recordado no sólo por haber sido el "genio de todos los tiempos" al salvar a Rusia de las pesadas botas invasoras del ejercito de Hitler, también se lo memora como el despiado Jefe de estado que en un sólo día firmó los decretos que condenaban a muerte a 3.282 personas y por los 60.000 hombres que perdieron la vida construyendo el canal de Megolap.¿ Habrá concedido Dios a la especie humana el libre albedrío para que pudiese además elegir destinos oblicuos?
 Imprevistamente- mientras pega los envaces que requiere la singular producción del menjunje que contiene cualidades alimentarias sorprendentes y, a la vez, sin dejar de calcular la ganancia que obtendrán en los próximos pasos hacia la creciente abundancia, Lucio observa con intensidad a Luisa, quien teje y reteje las fibrosas capas del colorido papel que ( oh, hallazgo) encontró revolviendo en las bolsas de los residuos domiciliarios y ya que se acerca el invierno transformará en primoroso acolchado. Y aunque advierte la persistente mirada de su marido, se mantiene incomovible porque para ella no es cuestión de gastar saliva por gastar saliva. Tampoco para Lucio porque en realidad lo que menos quiere es que Luisa hable; mejor que Luisa no diga ni "mu" sino que lo escuche sin pleonasmos ya que para él tampoco es cuestión de gastar saliva por gastar saliva. Y dado que en esta cuestión de economizar se identifican como dos gotas de agua ella que teje y reteje el primoroso acolchado se limita a lanzarle una mirada incriminatoria porque lo ha interpretado erróneamente y considera que Lucio quiere obligarla hablar, es decir, quiere obligarla a gastar saliva por gastar saliva. Entonces Lucio, con expresión aventuradamente triunfal, sorbe el trigésimo mate de yerba usada diez mañanas seguidas y arriesga: " Se gasta mucho taco y mucha suela con estos once pisos por la escalera..."_ ¡ Ajá!- responde ella con ironía-pero bajar por el ascensor consume mucha electricidad y acordamos no pagar  ni un centavo más por ese costoso fluido..._ Pero reponer tacos y suelas cuesta bastante-argumenta Lucio viendo con ternura filial sus zapatos que no brillan pero llevan a cuestas sus diez buenos añitos-, a lo que hay que agregar , por más engrasado que esté, el desgaste del cuero debido a la fricción del empeine y el ante-pie._¿ Ahora te dio por la ridiculez de quejarte?- retruca Luisa- ¡Mirá mis zapatitos...bien calladitos los muy santos llegaron a los dieciocho años de uso abusivo. Ciertamente, Lucio envidia los zapatos impecables de Luisa y cómo logró esa sorprendente duración mediante su dieta vegetariana que la mantiene liviana como una pajarita que anda por todas partes a los saltitos y con esos saltitos constantes que la levitan a dos centímetros del suelo. Pero todo tiene su opuesto y cuando no anda a los saltitos (o sea la mayor parte del tiempo),denota el padecimiento en su cara por tener continuamente puestos esos apretados zapatitos que le provocan callosidades, juanetes y Hallus -Valgus en los dedos gordos que empujan y luxan los dedos chicos.Por su lado, aunque Lucio dista de ser un tipo gordo, aparece muy hinchado por causa de su mal hábito de sorber mates todo el tiempo y de almorzar y cenar pan mojado de tres semanas, además de su ingesta de grandes cantidades de las sobras del " Dupero-doprotéico" que es un alimento inmunizador-energizante compuesto por restos de insectos intencionales (nadie más que ellos saben la fórmula de ese alimento por demás exquisito y que subyuga tanto a la clientela " in crescendo" de ese y de los restantes edificios de la vecindad), que Luisa y Lucio confiscan de cada venta.Pues bien, Lucio cela a Luisa porque a ella no le cuesta prevalecer en todo y, aun apelando a su mejor afán competitivo, él rara vez logra descollar. Por eso,decidido a sacar ventaja piensa con instantánea velocidad y dice: " Tus zapatos estarán en mejores condiciones, pero con los míos mis pies se sienten como en su casa, en cambio los tuyos, para combatir las callosidades, te hacen gastar una lija al agua por día, lo cual es un despilfarro imperdonable, con el agravante de la renguera compartida por ambos pies alados que reflejan en tu cara un martirio insoportable durante y después de tus inquietos vuelos de pajarita."Luisa lo mira desdeñosa. No dejará que él gane ni un tranco de pollo y ante semejante mordacidad apela a la indiferencia enfrascándose todavía más en la prolija costura del  primoroso acolchado del cual se permitirá mínimas distracciones cada vez que eche discretas miraditas al reloj que le recuerda la innecesariedad de perder el precioso tiempo, vale decir, ese tiempo que le queda para lograr la meta de enriquecerse dependerá del buen aprovechamiento de la suma de las horas.Luisa y Lucio pertenecen al tipo de personas que trabajan de día y de noche también, por lo que, desde que se dedicaron aquel " metiere-inmune-culinariun",precisaron  la manera de cazar los insectos que aún pululan por la autopista de la vecindad,sin los cuales ellos carecerían de la imprescindible materia prima para macerar sus jugosas y tan ponderadas comidas al estilo  "escara-hormi-ga-bajo."Conviene, en este caso, clarificar el método usado para que tales insectos se conserven por tiempo indefinido, sin dejar de hacer hincapié en dos puntos principales. En primer lugar, cabe preguntarse si estos innovadores de productos vitamínicos-reconstituyentes, durante la incesante labor de recolección de insectos, acaso puedan afectar el equilibrio ecológico... La respuesta es un no rotundo y sostenido porque con el reciclaje de estos inocentes animalitos han contribuido a sanear de bacterias a una considerable parcela de la ciudad, con el agregado del generoso aporte de proteínas insustituibles y la mejoría inmunológica de los consumidores frente a las pestes de moda.En segundo lugar, dándole aval a lo anterior se debería reconocer la utilidad del impensado descubrimiento científico. Vale decir, de una vacunación masiva económica utilizable en el futuro mediato para el resto del superpoblado planeta. Y también vale decir que, en primera instancia, los actuales consumidores por lo menos estan inmunizados gracias a Luisa y Lucio quienes consiguieron conservar en buen estado la materia prima compleja con Formol y el Formol mata todo y deja todo impoluto. No obstante, en contraposición, el Formol contiene una característica indeseable que ni ellos dos pudieron resolver. El inconveniente mencionado es que el Formol hace llorar a mares, como hace llorar la cebolla cruda pero peor.Ahora bien,¿cómo se proveen de litros y litros de Formol a un precio irrisorio? El entusiasta y económico matrimonio acude cada mes al laboratorio del medio hermano de Lucio, quien para evitar aquellos dos fastidiosos cicateros, y con tal de sacárselos de encima, remata el Formol envasado en gruesos botellones que los destestables parientes acarrean muy orondos al irse.Ahora bien,¿ cómo evitar llorar a mares a causa del Formol? Luisa, fue la que dio el primer paso feliz en ese sentido, al comprar unos tapones-antiparrás que astringen el desmadre de la glándula lagrimal. Lucio, no pudo abstraerse todavía pero no pierde la esperanza de comprarlo dentro de poco en  lo del farmaceútico medio lelo que se equivoca en los precios siempre a favor del cliente ya que, después de todo,ella jamás se los prestará (y por supuesto,de ser suyos, él tampoco se los prestaría),y para evitar cualquier conato de tentación,los mantiene ocultos entretanto no le son de utilidad en su llorosa labor del envasado.Ahora bien, respecto a los gastos fijos del departamento del onceavo piso, llegaron a un acuerdo satisfactorio: los lápices (con los que contabilizan en el viejo cuadernote heredado), que fueron comprados en una oferta de todo por dos pesos, durarán unos seis años más. La imprescindible y vacilante iluminación es provista por los cirios sustraídos de la parroquia al finalizar cada Pascua, de modo que la duración es anual. El costo de una T.V. (o de un radio u otro artefacto del hogar), lógicamente les es prohibitivo para sus economías.  Y en cuanto a la cocina de leña funciona con tronquitos, ramas y ramitas de los árboles que, con las tormentas, los desparraman en abundancia en la plaza central. Y así, y por el estilo, ocurre con cada bien mueble analizado al pormenor... Pero hoy Luisa se asombrará ante lo inesperado porque mientras ella teje y reteje las capas cada vez más densas, pegadas con engrudo, del acolchado, Lucio ha cavilado durante horas para hallar la solución a un dilema que lo trae de cabeza. Ese dilema se traduce en cómo hacer para no gastar los tacos y las suelas de esos zapatos que le son tan cómodos. Y de pronto una luz profana su conciencia y le hace exclamar (¡Eureka!) con alegría "¡Ya lo tengo!" y lo induce afanosamente a calzarse los amados zapatos y abrir el ventanal- cuyos goznes oxidados chirrian necesariamente-, y a lanzarse al aire a pedalear con energía mayúscula - sin mirar debajo del onceavo piso-, una hermosa bicicleta. Lucio pedalea en su bicicleta y la bicicleta se desliza por una rampa superflua y acaracolada y él no cesa de pedalear con la expresión de un místico, con el entusiasmo de un poeta, con la frenética y absoluta libertad de un loco y Luisa (que ha abandonado su teje y reteje por una impronta de insólita curiosidad), se siente arrebatada por aquella genialidad y llena de orgullo mira como su buen Lucio acaba de imaginar esa maravillosa invención; invención inimitable que le impedirá gastar los tacos y las suelas de sus queridos zapatos. Luisa apremiada por la emoción revive en su cuerpo gastado por la constante economía, la pasión del  idilio que tuvieron durante la juventud y llora con esas lágrimas que detesta -lágrimas que recorren sus mejillas teñidas por la constante ingesta de hortalizas, lágrimas que despiertan del sueño estigio el amor también dormido por la economía del sentimiento-, y en esa rara instancia en la que ella recupera el pasado amoroso, su grito de admiración es dirigido ahora a su amado Lucio: " ¡Mi Lucio, mi Lucio querido!" Pero él, abstraído en la libertad duramente conquistada, pedalea y pedalea porque no oye ni quiere oír, porque no quiere salir de su única obsesión;porque la obsesión que le permitirá economizar en los tacos y las suelas de sus amados zapatos  ya está en marcha bajando por la rampa acaracolada. Sin embargo Luisa persiste con tenacidad  porque de pronto se volvió turulata de amor y ese amor resurgido de las cenizas, ese amor encapsulado por la miseria, precisa inmediata satisfacción. Es un volcán que surge de la entrañas de Luisa la que la hace gritar: "¡ Lucio amado, ven, tómame entre tus brazos y poséeme, por favor, ven...!Pero esta perentoriedad será inútil, será vana. Lucio ha borrado de su conciencia temporal todo lo que ella ha recuperado de su pasado y no la escucha ni tampoco la quiere escuchar. Aunque para Luisa - que nunca cede un tranco de pollo- esa endecha amorosa será un imperativo pasional que no se encauzará hasta que él la oiga. Por eso,Lucio,resignadamente, afloja el pedaleo de su bicicleta maravillosa y eleva unos ojos suplicantes para que Luisa  ya se calle, para que ya no hable ni "mu"... ¡Crasa debilidad que le hace perder la concentración del feroz pedaleo! Y así, simplemente por un detalle nimio, es que la bicicleta y la rampa se desvanecen en el aire y Lucio, desorientado, cae en picada desde el quinto piso a la vereda. Después, maltrecho, descalabrado, con una voz gutural que no reconoce ni él mismo, en un postrer esfuerzo masculla: " Pobre Luisa..., nunca podrá quitarse la manía de gastar saliva por gastar saliva."
 ___Sinfonía Fantástica. Opus.14___ 1er.Acto: Ensueños y Pasiones. _ ...Ese extraño pesar de mi alma, ese silencio de mis horas solitarias que solamente son recuerdos.¡ Oh pensamientos inquietantes!¡ Oh pensamientos felices...!Y po fin te vi y mi alma se colmó de felicidad y desaparecieron mis angustias,¿podré verte de nuevo?Solo podré descifrar mis estados anímicos si consigo que estés junto a mí. Sí, estoy enamorado de ti ¿ imaginarás acaso la fiebre que me tortura si no puedo verte de nuevo? Mi alma incendiada se consume mi amor:¿ puedes adivinar mi hondo reclamo?¿Y aquel extraño silencio o aquel hondo pesar que derrota una y otra vez mi alma enamorada, tiene algún significado?¿ Me buscas? ¿ Acúdes si te necesito? Recién divisé en la niebla tu ceñida figura y sé que estaremos juntos y seremos libres para amarnos... Pero ¿ qué es esto que me inquieta?¡ Oh, celos, oh amargos pensamientos que dañan mi cordura! ¿ Qué rival te posee y te quita de mí?¿ Eres tu mi amada, quien golpea la latente puerta de mi corazón para calmarlo? ¿ Pero dónde estás? ¿ Por qué se fuga tu imágen? ¡ Oh, niebla cegadora, sal de mi vista...no impidas que pueda verla, no vuelvas mi sospecha odioso rencor!¡ Ahí estás amor mío, por favor no te alejes, te imploro que no te alejes ! ¿ Quién es él...juro que lo mataré! ¡ No soportaré que engulla tu aliento a través de esos besos despreciables!¡ No, no soportaré que te bese, no soportaré que le sonrías y le coquetees!¡...Oh, amor mío, perdona mi reproche! ¿ Sabés? te amo sin condiciones y renunciaré a tu amor aunque sienta la más terrible desolación; rezaré al Altísimo y me refugiaré en El después de pedir perdón por haberte ofendido con mi injusto reclamo...__Segundo acto: Un Baile.___...Y ahí estás danzando admirablemente. ¡ Mi espíritu se aquieta por tu expresión plácida que se eleva con la danza! Mis ojos absortos en tus movimientos admiran tu pies transparentes...¡ Te acompañaré pórque debo decirte mil palabras bellas para olvidar mi tumulto....tomaré tu cimbrante cintura y danzaremos mientras te admiro y me siento orgulloso de ti...¡ Oh, dulce embriaguez de este mundo rutilante! ¡ Oh, belleza inigualable de este momento en que nos amamos!_3er.Acto: Escena en el Campo__ Eso sonidos armoniosos  que apaciguan  son de los pastores con su música; el aire es cálido y las hojas se mecen con la apacible brisa llenado nuestros ojos con este paisaje por donde la luz penetra las copas de los arbolados...allá, en la planicie verdosa, estan ellos enfrascados en sus rítmos pretendiendo dejar un mensaje bucólico para siempre; curiosamente calman mi ánimo, apaciguan mi fiebre y mientras atisbo figuras lejanas del monte, te veo por fin...me acercaré discretamente, con extremo sigilo pisaré las hojas del sendero mullido y al reconocerme seguramente tus labios latirán acelerados pronunciándome y nos besaremos y habrá una promesa: inclinándome te ofreceré mi corazón para siempre ...¿ Para siempre? ¡ Oh, corazón mío que enturbias mi deseo, qué te propones?¡ Oh piel estremecida por feos pensamientos...! ¡Oh, duda extrema que acosas mi mente fatigada... Irás de nuevo con él? Mis pensamientos me hacen concebirte tan cerca y tan lejos...¿ Por qué escapas, amada...? ¿ Por qué estás ahora a su lado? ¡ Mi pecho se angustia! ¿Por qué sonríes a mi rival y me hieres cruelmente? Esa música que se ha vuelto discordante no cesa en su desarmonía de llenar los prados hasta que anochece y todo se vuelve presagiante y mi voz reclama entre las sombras donde nada es reconocible. ¿ Dónde estas amada ahora que te necesito y mi pena agobia como una pesada cadena engarzada a mi cuello? ¡ Oh, soledad compañera indecente que destruyes mi ahelos! ¡ Oh, infinita tristeza que hace trizas mi corazón al pensarte perdida entre los sátiros del bosque!_4to-acto: Marcha al Cadalzo__ ¡ Qué hice! Mi culpa terrible me conduce al desvarío, merezco la condena..Ellos me acusan, me llevan, los habitantes contemplan  torvamente el carro que me conduce; los habitantes...estúpidos que nada saben...y no puedo sin embargo soportar sus acusadoras miradas, con sus maliciosos pensamientos aturden mi cerebro como si los oyese...un rumor maligno recorre la marcha doliente hacia la plaza principal...¡ Pérdoname amada mía, aunque yo mismo no pueda perdonarme! ¡ Dios he faltado a tu orden, he ensuciado mi amor! ¡ Amada, ausentes están tus labios y tu sonrisa, tus ojos ahora nada transparentan o  ¿acaso respiras y me devuelves a la vida?_ 5to acto: Una noche de aquellarre_¡ Malignos seres, incubos horribles, dejadme en paz...No depende de vosotros devolverme mis sentidos! ¿ Dónde estoy? ¿ Es este el engañoso infierno? ¡ Ya he sido castigado por la justicia divina y aceptaré mi destino!¡ Rian estúpidas criaturas infernales...! ¡ Déjenme déjenme! ¿ Tu, quién eres tu maligna criatura que imitas a mi amada y quieres bailar conmigo? ¡ No bailaré, no, Tu no eres aquella a quien yo amo y ha muerto por mi mano vengativa! ¡ Vete...tu engañoso parecido por momentos me hizo creer...no quiero poseerte pálido y vulgar reflejo de mi amada! ¡ Quiero irme de aquí, quiero alejarme de estas criaturas ridículas! ¡ Oh, cuánto horror...Oh, amada mía nunca volverás! ¿Y esos sonidos diabólicos de donde provienen? ¡ Horrendos dejadme en paz...!
Cuando mascullas frases de despecho,me quedo quieto y sin respuestas, y como si contemplase la luna inmensa bañada por una luzdeslumbrantesaliendo del ocaso marino,me quedo mudo, me quedo libre, y en esa paz del rumor de las olasme disculpo y me perdono....    
Y por esta vezmis penuriasfueron trémulas hojasfurtivas que videpositadas en mis suelos;de repente la suavebrisa otoñal las movióhasta que por fin se hicieronun colchón en el sendero mansoy quieto...Esmeriladas hojas quemiran solamente el cielomajestuoso y a la nocheesperando un beso tuyoque las vuelva perdurables. 
Imprequé contra el loco juego de luces, y dimos vueltas,un silencio tenaz cayó sobre tí y sobre mí.y dimos vueltas,el océano ajeno a nosotros rugía sin píedad. y dimos vueltas.Un hombre ciclópeo me dio la mano,lanzé desde el navío una  soga al farragoso oleajedonde nadabas. Imprequé y mis imprecaciones y reclamos fueron oídos por todos,menos por vos misma y nada detuvo tu modo de dar vueltas.    
Quienes defiendan la absolución,o defiendan el prejuicio y el temor,o defiendan la precaución y la tozudez,defenderán la esquiva realidad que no perdona.Celebrarán el desconfiar de sus amigos,y de los consecuentes escándalospor el amante próximo a su mujercelebrarán conceptos celosamente guardados.Y ya que no es fácil pertenecer al plus cuan perfecto,¿ No sería preciso cubrirse y pensar por este lado?Protegerse ante todo o, como proyección mejor,¿ No cabría cerrar la vieja herida con suturasdel propio hilo mundano?¿Para qué transitar baldosas flojas que salpiquen nuestros huesos desconfiados?¿O caso esa sibilina rosa( en su belleza pristina)( en su amor prestado)no es también medulosa flor asesinaque esconde en su frágil tallo frágilde puercospín un filón de espinas?¡ Ni qué decir de algún fijador de ideasque actúa como gomina!¡ Ni qué hablar de esas Catedralesde mil metros cuadradosarduamente escalados!Si nada cambia de lugar, ni de condición ni estado,¿No cabe desconfiar mirando hacia todos lados?
Tal vez repercutan voces,en el lodazal vacío.Tal vez a un ritmo infrecuente,redoblen y desfilen en un infinito caos. Tal vez, entre restaurantes sucios,la pradera se desgaje mortecina,la naranja voz del poniente,se desgaje como un eco hacia unvuelo infausto la memoria del pasado,se desgajen hacia un vuelo infausto rostrosindistintos, rostros que ahora pasan,enfocados como culos de botellas que sólo pasan, sólo ven y sólo miran.y sólo tal vez invocaré otros nombres,morosamente sin prisa y sin pausapara que repercutan en fragantesrelámpagos y en mentadas añoranzas. 
" A veces las palabras salen del cielo; otras veces salen del infierno...curiosamente ambas encierran el sentido."
No creas que me seduce la ideadel inesperado paso del tiempo.Los viejos animales como el hombre,cincelan martirios somnolientosy burdos como aves de rapiñaejecutan ritos demoledoresque caen sobre los que berrean.Artistas, bohemios, marionetasde hojalata, de cartón o de papel,todos devorados así o asá...Mientras la irremediable codicia,engarzada a supuestos idealesteme que la parca se la lleveo la eleve con su oro en esa trampade un bienestar logrado a palos.¡Ah, errante Martín de hojalata,embarrado con el vino de esas nochessurcadas en noctámbulos sábados o en recordadas fechas patrias!¡Ah, figura errante enmascaradaque de tiesa fisonomía incrédulapasas a la fisonomía callejeraque deambula como bestia de norte a sur...¿Acaso importa adonde ir?Si todos los sitios son diversosnunca lo será menosla plácida brisa de una noche de amor.
Un tic-tac avisó cuando enmudeciste,acrisolada vegetaciónfue tu cabellera,la que depositaste en mialmohada con impiadososlabios de cera.Luego esa voz roncadeformada por un sueño tristefinalizó en apagada candela.
 Ningún cansancio aguarda,ningún vestigio que puedaperturbar nuestra calma niningún rasgo de luz malsanao una mueca que delate y vea.Ninguna irrupción malévolani ningún sopor nos quiebra.En el crepúsculo otoñal,en esa bruma donde todo da vueltas,desapareció la montañay mientras tu sal y mi sal se secanse esfuma la tristeza.Por eso espero,siempre espero que nunca mueras. 
Intensidades
Autor: alberto carranza  656 Lecturas
 " Cuando se han perdido todas las vanas certezas,se han depurado del alma todas las vanas necedades."   Busqué un sendero y encontré el más sinuosoel del latido frágil, latido acorazado de espadas, de insomnios enrarecidos, y maltrechos espantos,el de una respuesta excesiva a los zarandeos delalma,el de las imperdonables horas de zozobras,que estan sumergidas, hundidas en el propio desencanto.Por esas horas irrita mi cuerpo la madrugaday para que no destruyan tus horas,hago este disparo de botella consumida en un cuarto lejano.El memorar la vibración vital y el sudor precoz,que ardió con la prisa del fuego fatuo,y también la espuma salobre que derramó besos,- ya que los ojos cansados hacen lo suyo-,imagino al captar lágrimas imperceptibles un reciente amor.Y puesto que a un amante siempre le espera la ceguera,la inutilidad de los vanos paseos por callejas,no lo embriagan porque quien ama nunca pideperdón,pero fatalmente en las sábanas húmedas de la pasión,es adonde la arena derrama y muere con elalma.En ellas, en el voraz silencio, deberé dejar rodar ellímite y la vana e inoperante aventura de los juegosmentales,y el vano escarnio del desconcierto, del aturdimiento.La compasión de nada sirve si un adios destruye,y si otro adios lento y hondo reponde a otro adios.Ya sin resistencia y encadenado a mis espaldas,beberé de tu copa la hermosura desgarrada de estos sueños,de esta copa tan bella y tan manchada de fragancias verdes,de olores inolvidablesdel transcurso de cariciasque velaron absolutamente hasta dormir tu pelo suave, siempre acariciados con tu mano pegada a mi regazo.En algunos de esos instantes supremos de la almohada,donde el amor rodó sobre la roca de profundossuspiros,y el destierro ya no fue una flor roja del amanecer,ya no fue un disparo de pasión desatada que se desintegra,ni la entrega incodicional inescrutable de la esencia,ya no fue siquiera un poema vislumbrado por el miedo,o por el huracán que rumiando el desenfreno,ni aún hechizado, ya partido en dos, nunca sesalva...
Un rinoceronte burdo de al menos una toneladaiba a embestirnos como un bolido y sin tardanza. Inútiles eran las armas, el gran idiota ya resoplaba; su primitivos ojillos , su primitivo cerebro elucubraba,terriblemente inquieto a todos miraba malignamente, era igual que un demonio que sólo traerá desgracias,los relojes de nuestras muñecas marcaban ciertaesperanza,pero la oscuridad más tenebrosa nos emboscaba, no parecía haber salida puesestabamos insertos en el parque de las venganzas. 
Primitivo
Autor: alberto carranza  720 Lecturas
 Hablaré de resonanciasy de esculpidas Iglesias lejanas,de paseos y regresos misteriososdonde te gestaste intuída,plena, en ocultas lágrimas.Hablaré del recien nacido,aspírando la primer bocanada,  y del regreso magro, sin sentido,del regreso liberador de añoranzas.Hablaré del otro nacimiento,el del cielo inmóvil, naranja, que parece provenir de la nada;¡con qué potencia el sol relumbra,y forma un piélago  que da simiente a un Paraíso de 12.000 metros cuadrados Y de la tierra, inmersa siempre en la nada,y de ese cielo vasto de nubes y encantos,origen de nuestra vida terrenal,mientras del otro lado,  el día permance quieto, en noche cerrada.El avión ha señalado con un ala la noche, con el otro ala la vida ensoñada.¡Con qué potencia la creaciónmanifiesta espectros de colores!Por eso te hablaré de que no sufrasni de que destruyas el alma,y hablaré de cosas simples,del sinsabor sin formas,del imperfecto aroma,y de una vana suposición gestada.
 El primer vágido te asimila al nuevo blasón que aflige, a una medalla inesperada en el asombro vasto y oscuroa una exclamación extenuada por la espera de meses,  a la ansiosa victoria exponiendo el milagro de la vida. La madre que te sufrió, te parió y te penó, siempreverá con orgullo su legado y apenas atisbará tu resistencia.¿Por qué acurrucado en su vientre debías vaginar el día?   ¿Por qué no querías ser pero fuistes rico y sonoro instrumento?¿Asimilabas acaso tu pronta desventura que la elevó a una estrella?Entonces, a empezar de nuevo y estuviste solo para empezar,sólo para agitar el incomprensible oleaje del mundo y el caos.Beber del cáliz más amargo es siempre penoso,es verdad triste y rezar una plegaria inconsciente e inútil es más penoso aún,¡ Pero tienes tu derecho a la vida aunque la deplores!Y aprenderás perdonando, haciendo un nido como el gorrión,a tiempo para no caerte del endeble ángel lleno de salud,de esa cornisa que sostiene el despertar furtivo, libre e infernal.¿Pueden animarte los sones de la igualdad para todos?El perfume de una flor se mantiene sólo en los jardines,El cielo, evapora sus brotes y los lleva junto a ella que vigila.Su amor, sólo su amor te salva, no llores y al reir, ríe tu solo. 

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