• Estefania
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Aire que se escapaPorque las palabras callan,Juegan a las escondidasY al no poder encontrarlasSuspiro, para reemplazarlas.Un licuado de emocionesQue se expresa en aire exhalado,Un concentrado dióxido de carbonoCon miles de sentimientos mezclados.Y es que suspirando,Se nos va parte del almaSe nos va la expresión De los sentimientos Sin palabras
Suspiros
Autor: Estefania  247 Lecturas
Miré el reloj en la pared con impaciencia. El insistente tic-tac, tic-tac resonaba por todo el aula de clases, casi desafiándome. Giré la cara y me encontré con Alex escribiendo un ensayo el cual 10 minutos atrás yo ya había acabado. Observé como la maestra disimulaba aburridamente que revisaba nuestras libretas entregadas al principio de clase; pero lo que realmente hacía era mirar al profesor de educación física por laventana. Puse mi nombre en la parte superior como punto final y volví a mirar hacia el reloj. Quedaban dos minutos para salir. Empecé a jugar nerviosamente con la pluma y con el pie marqué el ritmo de una canción que había escuchado a la hora del receso. Guardé mi pluma en la mochila y metí todos los libros que tenía fuera. La maestra dejó de mirar por la ventana y empezó a guardar sus cosas perezosamente. Sonó el timbre que marcaba el fin de clases y todos se levantaron para entregar sus ensayos al mismo tiempo; casi sincronizados, como si lo hubieran planeado.  Yo fui la última en levantarme, quería retrasar el momento unos minutos más. Entregué mi ensayo a la maestra.-Gracias- murmuró y salió del salón.Me eché la mochila al hombro y salí casi corriendo del aula, ya no podía demorarme más.Caminé esquivando a cualquier persona que pudiera interrumpir mi concentración o se interpusiera en mi camino. -¡Beth!-gritó una voz a mis espaldas.-Diablos-murmuré por lo bajo. Me giré- Rose no puedo hablar contigo ahora, debo irme- me volví a girar y caminé con paso rápido a la salida de la escuela. Trató de seguirme pero no me alcanzó y desistió. Me paré a mitad del patio para tomar un poco de aire; levanté la vista y me topé con unas densas nubes negras en el cielo, iba a llover de seguro. >> Genial << me dije irónicamente y emprendí nuevamente el camino. Llegué a la entrada de la escuela y paré en seco. Ahí estaba Jared de espaldas hablando con un amigo suyo. Las primeras gotas de lluvia empezaron a caer y mi corazón empezó a latir aun más rápido. Estaba planeando qué decir cuando su amigo se dio cuenta de mi presencia y con un movimiento de ojos le anunció a Jared de que estaba ahí. Se despidieron rápidamente y su amigo se fue. En ese momento Jared se volteó y se me encogió el corazón. Su cara estaba inexpresiva. -¿Ya tienes una respuesta?- pregunté en voz baja.Era mucha la distancia que nos separaba pero ni él ni yo hicimos ademán de acercarnos. Agaché la cabeza por la falta de contestación y sentí como me ruborizaba de vergüenza. Recordé como un día antes a esa misma hora le había dicho que me gustaba. Y lo que me contestó fue que le diera tiempo para pensarlo. Y ahí estaba yo, esperando una respuesta, bajo la lluvia. -Esto...-comenzó pero, alguien cortó sus palabras. Emily le había agarrado la mano por atrás, interrumpiéndolo.-¿Ya nos vamos, amor?-dijo ignorándome, como si no estuviera enfrente.Abrí los ojos de par en par, la palabra "amor" la había sentido como mil acuchilladas en el corazón, haciéndolo añicos. Las lágrimas empezaron a correr por mi cara, había sido una ilusa. Me restregué los ojos limpiándome las lágrimas que se confundían con la lluvia.-Creo que ya no importa- susurré.Me giré rápidamente y me fui con paso titubeante a la salida de la escuela. -No, espera Beth- gritó, pero yo ya me encontraba doblando en la esquina.- Ya déjala- oí decir a Emily.Cuando doblé en la esquina empecé a correr, las lágrimas me nublaban la vista y algunas veces choqué contra personas que pasaban por la calle. Hasta que al final no pude más y me tiré sobre la acera. Me abracé contra mis piernas, tratando de aguantar el llanto. A mimente vino la imagen del día anterior.Yo, caminando con paso decidido hasta Jared que iba de camino a la salida.-Jared- le llamé y se detuvo para luego girarse y quedar frente a mí.Ya era el momento, tantos meses guardando lo que sentía, debía decirlo. Me miró confundido, eran pocas las veces que hablaba con él, pero aun así eso no fue impedimento para que en mí creciera este sentimiento. -Jared...-estaba nerviosa, no sabía cuál sería su reacción y eso me asustaba- me... me gustas- dije al fin. Sentía mis mejillassonrojadas. Quedó estupefacto, sopesando por un momento mis palabras.-Yo... bueno... no sé qué decirte Beth- se revolvió nerviosamente su bello cabello color de la noche- ¿Me puedes dar undía para pensarlo?-dijo un rato después con ojos suplicantes. Asentí con la cabeza y se fue con paso lento, aturdido.Y ahora... estaba sentada en medio de la acera, llorando bajo la lluvia. -Te vas a resfriar- dijo seriamente alguien cerca de mí. Me sorprendió.Levanté la vista y me encontré con unos hermosos ojos verdes, los ojos de Jared. Estaba completamente empapado.-¿Que... que haces aquí?-dije confundida.Me tendió la mano para que me levantara y yo se la sujeté y me puse de pie. -Lo siento- murmuró.-No entiendo-dije.Jared suspiró y tomo mi cara entre sus manos. Las sentí cálidas.-Emily y yo terminamos hace varias semanas-dijo.Claro que eso ya lo sabía; exactamente eso había sido una de las razones por las que me decidiera a dar el gran paso y declarármele.-Pero... lo de antes- quité suavemente sus manos de mi cara y me alejé un poco de él. -Lo de antes... no tiene importancia. Yo no volveré con ella- bajó la mirada.-¿Qué me quieres decir?- dije desconfiada.La palabra "amor" aun retumbaba en mis oídos.Se sonrojó ligeramente y se acerco lentamente a mí.-Esto-me agarró delicadamente de la barbilla y acercó mi cara a la suya hasta hacer coincidir nuestros labios tiernamente. Nos separamos un poco y me le quedé mirando expectante.-A mí también me gustas-dijo de repente.Esta vez derrame lagrimas de felicidad y lo abracé con fuerza. Todo lo demás desapareció, solo estábamos él y yo, bajo lalluvia.  
Declaracion
Autor: Estefania  247 Lecturas
-¡Jason quieres quitar tus porquerías de aquí! -grité tratando de hacer espacio en elsillón para poder sentarme a ver la tele. Jason salió de su habitación sonriendo con malicia y se acercó a donde yo estaba.-¿Qué pasa?- preguntó sonriendo burlonamente.-Esto es lo que pasa- dije malhumorada enseñándole el montón de basura sobre elsillón- Dejas tus envolturas de chocolates y caramelos tirados, el iPod estáaquí, tus comics y -sacudí el sillón un poco- No subas tus patotas, mira comolo llenas todo de tierra- me crucé de brazos en espera de una reacción.- Exageras- dijo desinteresado.Fruncí el entrecejo y me llevé las manos con desesperación a la cabeza. Ese chico mesacaba de mis casillas.-¡Eres odioso a más no poder!-grité.-¿Y tú no? No seas histérica, ya limpio-dijo mientras agarraba sus porquerías ylas tiraba en el bote de basura.-¿Feliz?-dijo cuando acabó.Yo no me molesté en contestarle y me senté a ver la tele, fastidiada.-Mujeres-dijo con desprecio y se metió a su cuarto.  Apenas y soportaba a Jason; era un chico guapo y bromista de pelo negro, ojos azulmarino y tez clara. Pero  era demasiadomolesto, no se podía tomar nada en serio y yo era siempre el blanco de sus bromas.Le encantaba hacerme enojar y no podía creer que fuera tan inmaduro y egoísta,además de que tenía gustos muy peculiares.¿Cómo acabé compartiendo departamento con este fenómeno? Ni yo lo sabía a cienciacierta.-No vale la pena pensar en él- murmuré y puse una de esas inconfundibles películasrománticas en las que te la pasas con una caja de pañuelos en la mano. Saqué el bote de helado del refrigerador y me senté en el sillón lista para pasar unatarde de lloriqueos.   Era una típica tarde en mi vida después de cortar con un novio. Y es que ¿Por quéhabía salido tan enamoradiza? ¿Por qué no encontraba el amor verdadero? Siempretodo acababa en fracaso. Desde el principio yo sentía que no iba funcionar perotenía la vaga ilusión que tal vez, inesperadamente, hubiera encontrado a mimedia naranja. Pero era solo eso, una ilusión. Nada acababa saliendo como yo deseaba, solo una pérdida más, un fallido intento deencontrar el amor. Y me preguntaba ¿Por qué seguía buscando? El amor no podía importar tanto ¿o sí?Había personas que simplemente no lo buscaban, se centraban en otras cosas y élsolito tocaba a sus puertas. Pero ¿yo qué? No podía hacer eso, ni intentarlosiquiera, era algo que no iba conmigo. Una eterna búsqueda de encontrar a alguien que me quisiera era la historia de mivida. Y no había día que Jason no me lo echara en cara.Su típico saludo de las mañanas era: -Buenos días, mi amor. Oh, yo no soy tu novio. ¿Sigues buscando?- y se sentaba adesayunar con una permanente sonrisa de suficiencia.¡Sabia que me encantaría que alguien me saludara por las mañanas así!Había pasado por el interminable viaje de citas a ciegas que me organizaba Jade, mimejor amiga, aunque eran pocas las veces que salía algo favorable de eso.Nadie aguantaba más de un mes mi carácter cambiante. Eso me hacía pensar en Jason,que llevaba viviendo conmigo casi un año. Los dos íbamos a la misma universidad y eran pocas las veces que nos veíamos porque nos la pasábamos estudiando. Pero cuando no era así nos peleábamos; era sorprendente que ninguno se hubiera idoaún.-Invita-.Parpadeé, Jason estaba sentado en el sillón a un lado de mí con una cuchara en la mano.Sopesé sus palabras y comprendí que se refería al helado que tan recelosamente teníaentre los brazos.Le pasé el bote de helado y agarró una gran cucharada que se metió rápidamente ala boca.Hizo muecas y no pude evitar reírme.-Se me congeló el cerebro- murmuró fingiendo ver la tele.Sonreí y extendí la mano hasta tomar la suya.No opuso resistencia pero ni siquiera volteó a verme. ¿Hasta cuándo iba a comportarse así? ¡Ya era hora de que se declarara!Siempre me consolaba cuando terminaba con alguien y era demasiado distraído para darsecuenta de que lo hacía a propósito. Solo salía con otras personas para darlecelos, pero... ¡mis tácticas no funcionaban¡Suspiré, no sabía que fuera tímido, tal vez se ocultaba bajo su faceta de bromista ydespreocupado. A pesar de eso su lado tierno me hacia quererlo aun mas.Bueno, tal vez yo tuviera que dar el siguiente paso.Me acerqué y le planté un apasionado beso, quería transmitirle mis sentimientos.Me miró sorprendido y me separé, al instante se sonrojó y esquivó mi mirada. Reí,tomé su cara entre mis manos y lo obligué a mirarme.Quedé atrapada en el azul de sus ojos. -¿Quieres salir conmigo?- murmuré cerca de sus labios. Lo abracé y él me correspondió, podía escuchar el latir acelerado de su corazón,no me había equivocado. Al fin tenia a mi verdadero amor, aunque desde elprincipio solo había estado él.
Era una noche sin luna. Me encontraba recostada contemplando el firmamento, esperando. El bosque tras de mi despedía un aura aterradora, en estos momentos reinaban las sombras. Suspiré y cerré los ojos. Todas las noches eran igual, todo lo que me rodeaba era oscuridad.-¿Teniendo pensamientos positivos?- susurró una voz a lo lejos. Me paré de un saltoy busqué entre las sombras. A unos metros una silueta resplandeciente se deslizaba entre las ramas.-Siempre adivinasmis pensamientos- respondí quedamente, mirando fijamente al chico que estaba frente a mí.Su cabello rubio y su tez clara despedían destellos. Y sus ojos azules reflejaban la luz de lasestrellas.-¿Te hice esperar mucho?- sonrió y el claro donde estábamos se llenó de luz.-No- murmuré, tratando de ignorar su encanto. Su sonrisa se ensanchó y se acercó hasta tomar mi mano. No dijimos nada y comenzamos acaminar. -¿Cuándo saldrás de aquí?- preguntó de pronto.Mi corazón empezó a latir desbocado.-No puedo salir de aquí- contesté agriamente, evitando su mirada.-¿Ni siquiera por mi?- tomó mi cara entre sus manos y me obligó a mirarlo fijamente.Sus ojos permanecían serios y un brillo oscuro los ensombrecías. Aguanté las lágrimas y me aferré a su cuello. Él me rodeo con sus brazos sin entender y en mis pensamientos le agradecí que me quisiera a pesar de que no le explicara nada sobre mí.Porque la verdad era demasiado oscura.-Te quiero- susurré en su oído. Y luego lo besé tiernamente, sabía que este sería el último beso. Y tal vez él también losabía, porque me abrazó con más fuerza, queriendo mantenerme a su lado.Me separé lentamente de él y contemplé esos hermosos ojos llenos de luz.-Nos vemos- murmuró cuando me di vuelta para irme.-Si- fue lo único que dije antes de adentrarme en las sombras.Caminé hasta que todo lo que podía ver eran tinieblas. La luz se había quedado atrás. Todo lo que quedaba de mí era una cáscara sombría y oscura. Mi corazón se quedó junto a él y ahora estaba atrapadaentre sombras

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