La noche llega y deambula en el aire
en ese espacio sin peso
en el que camina mi alma,
con mi pelo largo y salvaje
esperando como loba
sofocada en mi ocaso
en la lejanía de cristal
hirvanado un triste milagro
de fugacidad sostenida,


Brota una luz sosegada
y me abrazo con locura
a todos los paraisos
entre las telarañas arrastradas
por los codos del viento.
Allí derramo mi llanto íntimo,
la fuente de desatadas aguas
que me inundan por dentro.

Como una sombra languida,
que se desvanece sin palabras.
derramándome entre las hierbas azules,
me quedo mas sola que tu olvido
en la imagen creciante de tus ruinas
más allá de todas las distancias.

En los abismos del alma
voy rascando paredes,
para encontrar mis verdades,
al compas de un bolero que se sacude
en las cadenas del tiempo,
una palabra que muerde mi oreja
y araña mi espalda
2009