En las noches,
junto a mi almohada,
me permito recordarte...
Sóla, en el silencio de mi vida,
suspiro libremente por lo que viví,
y ya fue...
Cierro los ojos e imagino
que lo que tengo no es lo que elegí,
que la idea de perderte
nació como un impulso  tonto
y que nunca le hice caso,
no lo seguí...
Mi orgullo creció precipitadamente
se instaló seguro en mi pecho
y ahora no sé cómo acobardarlo
como sacarlo de allí...
muero de deseos por recobrar
lo que tuvimos,
muero atragantada 
por las palabras que murieron
cuando te vi...
 muero de miedo
por si me rechazas,
por si ya te olvidaste de mi...
Entonces me quedo,
hundida en la  almohada,
con la esperanza
de que tal vez mañana
ya no tenga ganas de ti.