Estaba en la cocina, cuando de pronto mi hija sale de mi cuarto gritando muy asustada, yo corro apresuradamente y le pregunto -------¿Qué te pasa, porqué gritas?----- a lo que me contesta, ------------- Algo no se que será entró volando al cuarto tengo mucho miedo------- me puse ha pensar como  podría ayudarla, yo también estaba asustada, tomé una botella que tiene un aspersor lo llene con cloralex, y bien armada entré al cuarto, tenía que tomar valor o como  se dice tomar fuerzas de flaqueza, abro la puerta y la cierro casi de inmediato empiezo a rociar el cloralex que es una sustancia de olor fuerte, y en eso sale volando aquello extraño que entró a la casa y a mi recámara al verlo grito,---------Hija es un pajarito, no es un animal dañino, no te preocupes------ de repente, se oye un ruido fuerte y mi hija vuelve ha gritar, el ave había caído en una trampa de ratones, de ésas que se pegan y se había pegado en ella, la tomé y fui al jardín no sabía como podría ayudarlo  sin lastimarlo, mi nieto el mayor me dijo con aceite de cocina, traélo pero pronto.
 
Llegó rápido con el aceite y se lo unté en sus patitas y  en cuanto se sintió libre emprendió el vuelo, me entraron unas ganas inmensas de llorar, tal vez por lo que estamos viviendo de la Pandemia, el temor a lo desconocido,  ésa lucha incesante ha manternos vivos ha  ése miedo que se siente, que se toca, que se huele, que se siente hasta en los huesos, leer diferentes puntos de vista, que tal vez es un jinete del apocalipsis, que Nostradamus ya lo había profetizado, que es un coscorrón de Dios, o que se trata del manejo que le hemos dado ha nuestra casa, el Planeta Tierra, que todo se está descontaminando, que el aire está más puro, que se trata de un arma bológica para acabar con los adultos mayores, se habla de Eugenesia, etc., todas estás ideas saieron en tropel a través de mi llanto, me decían mis nietos no llores, el pajarito se salvó, evité decirles no solo lloro por él, sino por la humanidad y por nosotros