De pronto me encontré en aquel cuarto, sencillo, muy pequeño,  con unas ventanas con una cortina un poco vieja y una cama no muy cómoda, pero por lo menos tenía una, además de una pequeña mesita de noche.
En ese  momento me sentía perdido, desconcertado, nunca en mi vida, creí que algún día tendría que pasar por  esto. Lloraba, y me sentía miserable, sabía que había vuelvo fracasar otra vez en mi vida,
Era una tarde como cualquiera de primavera, donde ya el frio se empezar a sentir, pero eso no era algo que me molestaba, estaba triste, dolido, enojado…Solo pensaba en que sería de mi vida de ahora en adelante, que iría hacer, como lograría superar esto.
Era mi primer día fuera del apartamento que compartía con mi esposa y me pequeña hija de apenas 12 anos.
Habíamos discutido, y al final de todo ella me dijo que lo mejor era que yo me fuera de la casa, pues ella ya no me quería mas y quería reiniciar una nueva vida. Pero antes, aunque no era cierto, me dijo que para no afectar a nuestra hija, conversáramos con ella y le dijéramos que por mutuo acuerdo, habíamos decidido poner fin a nuestro matrimonio, sabiéndolo muy bien ella que eso no era cierto, pues yo no quería abandonar mi hogar, mi familia. Pero al final, pensando en mi hija, le dije que estaba de acuerdo.
La  tristeza se notaba  en la cara de mi pequeña hija, que sabía de las grandes diferencias entre su madre y yo, que ella aun  no comprendía, porque su padre que tanto amaba se tenía que ir de la casa. Me imagino que ese dolor aun lo debe llevar muy dentro de su corazón, a pesar de que después de esa traumática, tarde siempre compartimos mucho tiempo, pero para cuando se es niña aun, es un  golpe, muy duro de superar.
Me arrecoste a la que sería mi nueva cama por un tiempo, hasta que me pasara este gran dolor que sentía y que no me dejaba pensar, sino solo  quería llorar.
Estuve casado por casi 25 anos, y durante los cuales, arrastre muchos problemas, de irresponsabilidad por mi alcoholismo, pero también  difíciles daños  emocionales, que aun a esta edad, aun no hay podido superar.
El dolor me consumía, pero también en mis adentros, sabía que el culpable de todo esto, había sido yo. Aunque había dejado de ingerir alcohol algunos años atrás, las secuelas de mi conducta y vida de borracho, me estaban pasando la factura.
Dentro del dolor que me consumía, a veces me preguntaba, Es solo mía la culpa?
Rápido me olvidaba de eso y continuaba llorando y renegando contra Dios el  porque a mí.
Esa primera noche, como se podrán imaginar, no pude dormir. Mi mente navegaba alrededor de lo fracasado que había sido un esta vida, y que nunca pude hacer nada bien, todo lo que iniciaba, siempre terminaba en fracaso.
Había fracasado en mis estudios, durante 25 años había sido un borracho crónico, y ahora también había fracaso en mi matrimonio...Que seguiría después de esto, el suicidio?
Me encontraba perdido, como lo había estado durante muchos años de  mi vida, no sabía que sería de mí, lo único que hacía era renegar contra Dios, por esta vida de fracasos que me había dado, de hacerme un bueno para nada, que no serbia en ninguna cosa, que era un inútil, como me lo repetía mi padre  día tras día, cuando me azotaba salvajemente debajo de la cama donde  me había escurrido para evitar lo que era casi como un ritual diariamente. Al final, no lo conseguí y termine como siempre, llorando y cruelmente vapuleado.
Pero dentro de mi dolor y mi sentimiento del no sirve para nada, algo estaba ocurriendo en mi vida, y sin  darme cuenta, se estaba iniciando a…. ROMPER EL ÚLTIMO ESLABON DE LA CADENA…