Al fin llegaste a mi vida,te has tardado un poco,
llevo casi un año esperando por ti.
 
Debo confesarte algo,
me enamoré al verte por primera vez.
Si...Aquella vez al entrar por esa puerta.
 
Acostumbraba sentarse lejos,
al final, al rincón de aquel lugar frío,
su mirada, aquella que inquietaba mi alma.
 
Que habría detrás de sus ojos?
Cual era su misterio?
Ese día empecé a soñarlo con frecuencia.
 
Trataba de ignorarlo al verlo llegar,
pero no podía, tenía la necesidad de mirarlo,
no lo conocía, cómo sacarlo de mi pensamiento?
 
El misterio lo envolvía,
aquel que invadía mi mente,
creo que lo amaba en silencio sin duda.
 
Al pasar algunos meses,
conocí el misterio que rodeaba,
me deslumbré con cada palabra, con su voz,
me encantaba tomar sus manos y perderme en ellas.
 
Su voz era la música que necesitaba,
necesitaba creerle, necesité tanto su presencia,
sólo escucharlo era mágico, mi necesidad.
 
Su piel morena, su olor,
sus labios, aquellos dignos de recordar,
cuando el universo se resumía en sus manos.
 
Hasta que la ilusión se derrumbó,
ese hombre encantador se desvaneció en un instante.
Su golpe aún me duele en el alma, aún duele.
 
Acaso hubiera sido mejor no conocerlo?
Realmente valió la pena revelar el misterio?
Acaso fue el error más bonito que he vivido?