Y cuando muera, ¿Cuál será mi legado?
Unas palabras  que describirán una ínfima parte de lo que llegué a ser, lo que llegué a vivir, lo que a días plasmé al escribir.
Hoy escribo historias ficticias, de aquellas llenas de engaños y mentiras. Historias en las que me mirabas fijamente a los ojos, diciendo ser sincero, falsedad transcrita en tus pupilas.
Historias llenas de fantasmas, con grandes egos, orgullos, queriendo ser mejor persona sin ni si quiera persona siendo.
Historias llenas de falsos te quieros, que al despertar se olvidan. Historias llenas de valores, relativos como que mañana será otro día. Historias… que como historias serán contadas por aquellos que pretendían vivirlas.
Dijiste no necesitar otro sexo que no fuera el mío.
Dijiste no engañarme, pues si así era no me valorabas.
Dijiste que la sinceridad estaba sobrevalorada… y dando tanto valor a lo superfluo la realidad incluso se vio alterada.
Dijiste disfrutar de abrazarme en las noches, más que el sudor de otros cuerpos.
Dijiste créeme, soy sincero, por ti yo siento
Y el día anterior ya me habías estado mintiendo.
Dijiste no vender ninguna moto, teniendo un concesionario completo.
Dijiste qué dije, yo no dije aquello.
Yo solo te pedí verdades, te pedí que no me hicieras perder el tiempo… no quería historias ficticias y me encuentro en una inventada, deshecha, malinterpretada…. De aquellas que acaban sin querer nunca más vernos las caras.
Te dije que no creía en las palabras, y sí en los hechos, y a los hechos me remito, de que fue todo breve, intenso, delirio, locura que me atrapó, y hoy me suelto, recupero mis alas, para irme lejos, donde jamás puedas encontrarme, donde jamás vuelvas a intentar con tu labia cautivarme.
Hoy te dejo lo que hoy digo, más palabras enganchadas a este sinsentido, más palabras que sin merecerte te regalo…. Y juro que cada una de las que te dije, cada una de las que te entregué eran contratos firmados, reales, hechas para hacerse realidad. Ayer quería hacerte feliz… hoy quiero, olvidar que esta historia ha ocurrido. Hoy te regalo unas últimas palabras, pues las palabras, las mías, alivian el dolor que hoy… solo hoy… tú con premeditación y alevosía, has causado. Mañana será otro día, mañana se habrá pasado… a partir de mañana tu ficticia imagen se irá difuminando.