Morimos cada día sin darnos cuenta.
Pero en los sueños renacemos cada noche.
Y al despertar… nos encontramos con nuestra realidad.
Esta realidad de una vida que es única.
Y no sabemos qué hacer con ella.
 
La desgastamos en inútiles intentos…
Decimos amar a quién nos ama.
Pero sólo nos amamos a nosotros mismos.
Somos por naturaleza egoístas.
Lo queremos todo, rápido y ahora.
Sin medir las consecuencias.
Y hacemos mucho daño. Hablamos de amor…
 
Sabemos qué es el amor? Es una ansiedad.
Una necesidad de posesión.
Deseamos algo desesperadamente,
Y entonces decimos que lo amamos locamente.
 
Pero el amor no es eso. No es poseer.
Amar es darlo todo… Es entregarnos íntegros a ese ser.
Sin exigir. Sin asfixiarlo. Sin retenerlo.
Amar es compartir, es dar. Es sentir
Que el otro está bien, que es feliz.
Que lo dejamos en libertad para que sea lo que quiere ser.
 
La muerte… es el final?
Tal vez… Pero nadie ansía morir.
Sin embargo, vivimos la vida con urgencias.
Sentimos que la muerte nos apura.
Y queremos ganarle la carrera.
Queremos llegar más rápido que ella…
A dónde? Todos los caminos nos conducen al Final.
 
Entonces…por qué apurar el paso?
Por qué correr hacia ningún lugar
Si finalmente, siempre estamos en el mismo punto
Del obstáculo insalvable…
 
Los sueños… Son la continuidad de nuestros anhelos.
En los sueños renacemos y amamos.
Soñar es aceptar que hay otras vidas… Más allá…
No somos los mismos cuando soñamos…
Quiénes somos, entonces?
Qué hay detrás de nuestro inconsciente
Qué nos lleva a vivir mutaciones de quién creemos
que somos, pero que desconocemos al despertar?
 
Por qué dudamos a veces de estar viviendo un sueño
Sin saber si estamos vivos o si en realidad, estamos muertos?