El alto vaso de cristal, repleto de leche entera ecológica, es tocado por tu boca. Tragado su contenido, sientes el beneplácito de los ojos ajenos. Al fin, después de todo, ya eres uno más.

Quieres cambiar.El lunes paseas por la ciudad buscando la inspiración. El martes todavía no la has encontrado. El miércoles no te puedes concentrar (el incremento de turistas paseando por las calles te lo impide).Jueves y viernes entristeces.No te quieres conformar con lo que tienes.Lo que tienes es humo. Humo gris. No es nada.

No me esperes. No voy a ir.  Te estudio, te analizo, te contemplo, te admiro. Disfruto de una manera ABSOLUTA de tu imagen. De todas formas, aunque eso pase, no me esperes. No voy a ir.Debes saber que ya sé: lo más bello no es lo más bello. En esta noche, que nada promete ( ni  en los sueños), quédate ahí. Paralizado en el tiempo. Archivado en mi mente.Te observé.

Aunque te he podido observar detenidamente en muchas ocasiones, cuando los demás me preguntaron, nunca pude describirte. Pero, hoy, que la luz te enfoca con un tono sutilmente diferente, tus dos ojos parecen pesar más que dos bolas de acero. Tu cuerpo se inclina, no puede mantenerse erguido sobre su eje. Yo me preparo por si pudiera, de alguna forma, frenar su caída con la palma de mis manos.