• José Orero De Julián
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La siempre penúltima propuesta para chantajearme con ofertas de aspiraciones que yo no acepto para no perder mi liberación. Están aquí Encarnita, Alicia, un Luis que no sabe las verdades, un Balseiro presente que sirve de referencia al enigma de todos estos atardeceres y hasta un Blas lleno de crisis personales. En el juego de resolver problemas saliendo ante la pizarra, hasta Don Rogelio se asombra de mis habilidades para encontrar caminos con respuestas acertadas. Pero flota en el ambiente una redaccióón llena de conciencias para decir verdades que quedan como pautas para el comportamiento de la amistad. Si Luis no lo comprende ya no es ni causa mía ni culpa mía; pero jugar al futbolín lo hago sin darle importancia alguna. Si Encarnita triunfa con mis goles es porque Luis no se da cuenta de lo que es este juego de los sentimientos que algunos llaman amorosos y yo los designo como secuencias elementales de la naturaleza nada más.  Balseiro es la referencia necesaria para entender ciertas cuestiones que Luis no descubre y se equivoca. No. No estoy ligando con Encarnita porque sigo pendiente de encontrar a mi Princesa. La más guapa del aula descifra sus problemas y sonríe porque sabe algo de tenis. La Casa de Campo, lugar de mis juegos colaterales, es punto de encuentro entre su sonrisa y mi drive que sabe a vuelo de paloma. El revés quizás se lo lleven otros. Por ejemplo, ¿quién te ha visto Blas cuando andabas necesitando compañía y quién te verá dentro de unos años por causa de una subdirección o una dirección cualquiera pero siempre de poca monta? No sé el destino de Balseiro pero contarle a Luis ciertas verdades no me apartan de la sinceridad. Que se las crea o no se las crea no es problema alguno para mí, que sigo pensando en mi Princesa mientras marco goles en el futbolín (no me importa quién me acompaña) mientras la guapa sigue resolviendo los problemas de esta difícil interpretación.  Hace ya tiempo que interpreté el destino de ciertas circunstancias y mi sueño sigue siendo el de meter un gol a la Fantasía. Para algo han de servir mis redacciones que aporto como bagaje de inquietudes ajenas. Yo sigo tranquilo y esperando que llegue la luz de las estrellas para seguir componiendo Poesía.
Melifluo acento.Corazón amoroso del feliz verano.Fe de buen futuro. Se iba ya la tardey por cálida risapalabras suavesen la piel morena. Estaban en luceslos ciertos añosdel gran corazóny el beso sagrado. Llevarse acentoestaba ya sabido.Divertirse todocon tu presencia. Nos fuimos yendopara la tuna fugay libre de engañonos besó esa luna. Estamos ciertosde nuestro flujoNeos ahora somosde cetros libres. Cortinas de airey en nuestro actonunca se nos dejafragor de llanto. Como mar surgidoen rotundos ecos de oleajes lenessangran las nube. Ya lo enseña todo al verlo crecidoy se mecen en vidala cúpula y su don. Crecen en páramoy ya no se desvíanmi alma ni la tuyaen ese encontrar. Tres de nosotrossé que se olvidan.Viajan llorandopor su fe perdida. Un hombre estuvoy los ciudadanoshonrados librestanto recuerdan. Sentirse ya rotopor estar en esossin honra ni famason nada y olvido. Señores de corteque han escupidoson sólo un vacíoy desdicha fatal.               
Ola de hora...acunada en la noche oscura...locura...locura de duermevelaque bajo la velase hace cura de la herida estela del corazón liviano...y con ademán ufano la aurora acaricia y se desvelael rotundo y sano restallar que revelael pulso de mi mano. 
- ¡Qué pasa aquí! ¿Puedo saber qué pasa aquí? - ¡Han matado al teniente Gafotas, mi comandante! - ¡Digame señor Don Frank Captain General cuando se dirija a mí, sargento Gafitas! ¿Puede ya alguien decirme qué pasa aquí? - ¡Yo se lo puedo decir, Señor! -¿Quién es usted? - Antoine Seder Aram, dueño de este motel. - ¿Es usted de orígenes judíos? - Por parte de padre y madre, pero he nacido y me he criado aquí, en Amarillo. - ¿Y esta mujer quién es? - Mi querida Louise Lane Gascoigne.  - ¿Es también judía? - No. Sus raíces no son hebreas sino francesas por parte de padre y de madre, pero también ha nacido y se ha criado aquí, en Amarillo.  - ¿Están ustedes casados como Dios manda? Entonces intervino la hasta entonces silenciosa Lane.  - ¡Se lo estoy pidiendo desde hace treinta años pero él dice siempre que nones. - ¿Y por qué le ha aguantado usted tantos años? ¡Con su presencia física podría haberse ido con otro muchísimo mejor que este desgalichado mequetefre, con nariz de boniato ganchudo, y que no hubiese puesto ningún reparo en casarse con usted como Dios manda desde el primer momento que le hubiese usted dado una oportunidad! - Pues me lo estoy ya pensando...  - Mientras usted se lo piensa, ¿qué tiene usted, Antoine, que contarme sobre lo sucedido esta noche aquí? - Una pareja de jovencitos estaban sentados en esa mesa que está a su lado y, de pronto, entraron El Gafotas y El Gafitas para tomar un refresco cuando, sin mediar palabra alguna, el jovencito sacó una pistola y le disparó al teniente Gafotas, a quemarropa y sin previo aviso. La bala entró en el cerebro del teniente que cayó instantáneamente muerto. - ¿Y usted qué hizo, sargento Gafitas? - ¡Me lancé inmediatamente al suelo para salvar mi vida, pero con tan mala fortuna que golpeó mi mandíbula contra el suelo y quedé totalmente inconsciente. - ¿Y qué ha pasado con su pistola, sargento Gafitas? - ¡No lo sé! ¡Quizás el jovencito, antes de irse, me la quitó el muy cabrón! - No saque usted conclusiones antes de tiempo. ¿Por qué le llama cabrón si no le conoce de nada? - ¡Perdone, mi comandante! ¡Es la ira que tengo! - Pues procure usted guardarse la ira para cuando esté en el water haciendo sus necesidades. ¿Entendido, Gafitas? - Entendido, Señor Don Frank Captain General.  - ¿Conocía usted, Antoine, a esos dos jovencitos? - ¡Era la primera vez que les vi en mi vida pero puedo decir que, cuando mataron al teniente Gafotas, y antes de marcharse a toda prisa, se pusieron a cantar alegremente. - ¿El jovencito le quitó la pistola al sargento Gafitas? - Efectivamente. Se la quitó antes de irse. - ¿Se puede saber qué cantaron? - Ella le dijo a él ¡Adancito de mi vida! y él le contestó a ella !Ay Evita de mi alma! - ¿Cómo si fuesen La Perla de Cádiz y Antonio Mairena? - ¡No sé quienes son esos dos, comandante! - No se preocupe usted. Sólo eran una flamenca y un flamenco.  - ¡Pues entonces sí, porque una vez que él cometió el crimen se pusieron más contentos que unas castañuelas! - Esto me suena a muy raro. ¿Tú que opinas, Jon? - Que es verdad que es un asunto muy raro, Frank. - ¡Pues ya puedes ir comenzando a investigarlo porque es tu caso, capitán Jon Richard Bach! ¡Y espero que lo soluciones rápidamente! - ¡Voy a intentar ser más rápido que Juan Salvador Gaviota! Empecemos por usted, Antoine.  - ¿Qué desea que le cuente si ya les he dicho la verdad de todo lo sucedido aquí? - De momento cómo cree usted que esa jovencita y ese jovencito llegaron hasta este motel...  - ¡Yo puedo contestar a eso, mi capitán! - Cuénteme, sargento Gafitas.  - Hay un coche muy sospechoso en el Aparcamento de este Motel Travelodge. Por eso mi hermano Gafotas y yo, antes de entrar en este bar para tomar dos refrescos, tuvimos una intuición y anoté en mi agenda la matrícula de ese automóvil. - Espere un momento. ¿Ha dicho usted, sargento Gafitas, que el teniente Gafotas era su hermano? - Y lo afirmo con todo orgullo. - ¿Cuáles son sus dos apellidos? - Él se llamaba Cassius Alí bin Zama El-Gafi y todos le conocían como El Gafotas; mientras que yo me llamo Tyson Ai bin Zama El-Gafi y todos me conocen como El Gafitas. - Está bien. No lo voy a olvidar. ¿Qué clase de automóvil es ese que le parece sospechoso? - Es un Buick La Crosse rojo, del año 2008, con matrícula de Nueva York. - ¿De verdad tiene la matrícula anotada? Supongo que ya ese coche no estará en el Aparcamiento si es el de ellos. - Espere que consulte mi agenda, capitán Richards Bach.  Mientras El Gafitas consultaba su agenda, el capitán Jon Richards Bach volvió a dirigirse a Antoine Seder Aram... - ¿Cómo eran esos jóvenes, Antoine? - No los pude distinguir muy bien porque estaban sentados en medio de la penumbra ya que todavía no estaba el motel totalmente alumbrado pero ella es el monumento femenino más impresionante que he visto jamás.  - ¿Un judío se entretiene en observar esas cosas? - Es que no soy de piedra...  - ¿Y usted, Louise, qué tiene que decir sobre esto? - Que si él afirma que esa jovencita es el monumento femenino más impresionante que ha visto jamás en su vida yo afirmo que él es el joven masculino más atractivo e interesante que he conocido yo en la mía. ¡Y que conste que no lo digo por celos sino porque es la verdad aunque se joda este Antoine del cual pienso separarme en cuanto todo este asunto quede aclarado!  -¿También usted afirma que ese joven, tan apuesto como dice usted que es, disparó sin previo aviso y sin mediar palabra alguna contra el teniente Gafotas matándole al instante? - ¡Ya tengo aquí la maticula, capitán Richards Bach! - ¿Cuál es? - NY 0484 GYY The Empire State. Es un Buick La Crosse de color rojo. El capitán Jon Richards Bach se quedó un momento pensativo antes de seguir hablando...  - Esperen un momento. ¿Y si se han dado cuenta de que tenemos el número de la matrícula de su automóvil y no lo han utilizado para huír? Eso quiere decir que quizás esté todavia en el Aparcamiento de este Motel. Así que vayamos usted y yo, Frank, a ver si es cierto mientras que todos los demás se quedan aquí sin salir para nada de este local. - Muy bien, Jon. Vamos los dos al Aparcamiento de este Motel donde, al parecer, las parejas jovencitas vienen a soñar con los angelitos buenos mientras hacen el amor... si es que a eso se le puede llamar hacer el amor...  Instantes después, en el aparcamiento, encontraron con total facilidad el Buick La Crosse de color rojo que había manejado Joseph Gold Road Saint Vincent dese Nueva York hasta Amarillo. - ¿Qué hacemos ahora, Jon? - Buscar por todos los rincones del Buick, Frank... a ver si encontramos alguna pista...  Tras unos breves minutos de intensa búsqueda, Jon descubrió algo muy sospechoso... - ¡Frank! ¡Aquí parece que hay un doble fondo! - ¿Dónde? - Justo debajo del embrague.  - ¿Has dicho el embrague? - Sí, mi comandante, he dicho el embrague.  - ¿Y qué puede ser eso? El capitán Richards Bach sólo respondió con una exclamación altisonante.  - ¡Ostias, Frank! ¡Aquí hay por lo menos dos kilos! - ¿Se puede saber de qué kilos estás hablando, Jon? - Pues no precisamente de azúcar cubana, Frank.  - ¿Cocaína? - ¡Exacto! ¡Dos kilos de cocaína por lo menos!   
¿Qué es mejor, la chicha o la salchicha?
Hombre de buena costumbre siempre llega hasta la cumbre.
Refrán
Autor: José Orero De Julián  154 Lecturas
Eran ya las ocho de la mañana cuando salí, más rápido que un galgo con ganas de cazar alguna sabrosa pieza comestible, del portal número 56. En aquel día del mes de abril de 1960, las chicas madrileñas se habían convertido, por magia de la naturaleza humana que tiene tantos misterios por desentrañar, en "chicas primavera" como dicen los estadounidenses. Pues bien. Yo iba a tratar de captar mis emociones mientras pensaba en cómo explicarle a Don Florencio que mi cuaderno de "limpio" ni tan siquiera existía. Y es que la existencia se me hacía cada vez más laberíntica; así que esperando al autobús, entre las gentes, pensaba en El Laberinto de Creta y la estratagema que usó Teseo gracias al hilo de Ariadna, que estaba total y enloquecidamente enamorada de él. Yo. sin saber quién se había enamorado ya de mí, con las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón iba contando mentalmente las bolas. Hice un rápìdo cáculo mental: si en el bolsillo derecho llevaba 4 canicas y en el bolsillo izquierdo llevaba 4 canicas me resultó fácil aprender que llevaba 8 canicas en total. Era un juego mental tan divertido que soñaba con poder contárselo a Gamarra en cuanto le viese en el aula. ¿Aguantaría Gamarra mi explicación o haría oídos sordos a todo aquel rollo que tenía yo preparado para demostrarle que ni él era el novio de la sobrina de Zumalabe ni yo era el Obispo de Roma? Lo más seguro es que Gamarra no entendiera nada de nada pues de números primos tenía menos idea que de pintar a la "Venus dormida" que era algo que yo estaba soñando desde hacía unas cuantas noches.  Tan concentrado estaba yo en el asunto de las bolas que no me dí cuenta de que el autobús ya se encontraba con las puertas abiertas y que la cola se movía para ir subiendo; hasta que la voz de un paleto de esos que venían, de vez en cuando, a Madrid me hizo salir de mi ensimismamiento. - ¡Alivia ya, zopenco, que nos van a dar las uvas! Yo no sabía exactamente lo que era un zopenco pero no por ello dejé de contestarle. - Se nota mucho que es usted un poco campestro.  El paleto, que llevaba boina con pitorro en todo lo alto, se rascó las orejas que bastante grandes las tenía y soltó una parrafada que yo apenas entendí demasiado. - ¡Ondia con el guacho de la ciudad! No te respondo con un mojicón pero en la inteligencia de que, en aquí, en el mi caletre no cabe el tal dislate.  Lo de "en la inteligencia" más lo del "caletre" y el "dislate" me sonó a chiste tan gracioso que, avivando el paso, subí al autobús muerto de risa.  Pagué religiosamente aunque yo de religión sabía menos que del asunto de las abubillas y me senté en el último lugar de la parte trasera. Poco a poco se fue llenando el autobús de gentes que bostezaban antes de ocupar sus respectivos asientos. En los primeros que me fijé fue en un par de señores de ya mucha edad. Uno de ellos era manco y el otro no. Así que agachándome para no ser visto por nadie y haciendo como que buscaba un lapicero que se me había caído, lo cual era mentira por supuesto, alcancé a escuchar parte de su conversación.  - ¿Y dónde fue que perdió usted el brazo? - En el frente de Gandesa.  Aquello del frente de Gandesa y el manco que lo había dicho, me transportó, mentalmente, a la Batalla de Lepanto por aquello de que me gustaba mucho aprender de la vida de Cervantes. Y mi imaginación comenzó a funcionar. - ¡Don Felipe, Don Felipe, que me han dado los turcos! - ¡Pluguiera a Dios que seréis condecorado por tan alto valor militar pero ese brazo va a desaparecer! - ¿No existe tal vez algún emplasto que lo pudiera sanar?  - Hablaremos con mi médico de cabecera, Francisco Vallés, más conocido como Divino Vallés, que es burgalés de nacimiento y el mayor exponente que conozco, en cuanto a españoles se refiere, de la medicina renacentista. Siguiendo oculto y haciendo como que todavía no había encontrado mi lapìcero, seguí hilvanando imaginaciones y aquello de renacentista me transportó a mi sueño de pintar a la "Venus dormida" creyendo que yo era  Sandro Botticelli, el que había pintado "El nacimiento de Venus" que venía citado en el libro de Historia del Arte de mi hermano mayor que nunca se enteraba de nada de lo que yo hacía. Me imaginé en la Corte de Lorenzo de Médici viviendo en la República de Florencia. - ¡Señor Lorenzo, señor Lorenzo! ¿Le gusta cómo ha quedado finalizada mi "Venus dormida"? - ¡Me gusta, Pipino, me gusta demasiado! Antes de que llegáramos a un acuerdo con el precio, levanté mi vista y me topé con la mirada de una chavalilla de 12 años de edad que me miraba completamente sorprendida. Así que le guiñé el  ojo izquierdo y le hice señas de que guardara silencio. Yo estaba dispuesto a invitarla a pan con membrillo que me había puesto mi madre para que tuviera algo que comer en el recreo del cole. Pero ella hizo un gesto de rechazo aunque conseguí que me dirigiera la palabra y se centrara en mi persona que era, en realidad, lo que yo estaba esperando.  - ¡No me gustan los membrillos! - ¡Pero si este es de tres colores! ¿Quieres verlo mejor? - ¡No es necesario! ¡Me creo lo que me cuentes! - ¡Escucha, rubiales! ¡Este membrillo es como un semáforo! ¡Tiene los tres colores indispensable para saber ligar sobre la marcha! ¡El rojo significa que no hay nada que hacer! ¡El amarillo significa que quizás sí o quizás no! ¡Y el verde significa que sí que se puede!  A ella le entró la risa y se acabó el encanto de aquel momento porque a su lado se sentó una señora con el trasero más descomunal que yo había visto en mi vida y me tapó toda la visión de la chavalilla rubiales con los ojos azules que me hizo recordar a Marisol. Y como ya estaba yo "metido en harina", como decía mi abuela siempre que me veía soñar con los ojos bien abiertos,  pasé a recordar a Marisol en su debut como artista. Un rayo de luz proveniente de la ventana, me deslumbró la vista, pero recordé que aquel era el título de la película y me imaginé que yo era Anselmo y me había enamorado de ella. Así que canturreé durante varios segundos desde mi asiento estratégico. - ¡Corre, corre, caballito, trota por la carretera, no detengas tu carrera, pa que lleguemos tempranito! El señor manco que iba en el asiento delante de mí se volvió a mirarme de manera amonestadora.  - ¿No sería mejor que estuvieras estudiando en lugar de ser un golfo? - Perdone, señor manco, pero el único golfo que yo conozco es uno de Vizcaya.  Se me quedó mirando de hito en hito mientras yo solamente sonreía.  - ¿Me estás tomando el poco pelo que me queda? ¿Estás queriendo engañarme haciéndote pasar por vasco?  - Señor manco, yo no tengo la culpa de lo que pasara en Gandesa; pero tengo que informarle de que soy, desde siempre, del Athletic Club.  - ¡Jajajajaja! ¡Los del Metropolitano sólo sois unos ignorantes en esto del fútbol! Aquello hizo que me acordara de mi padre y del padre de él. Y me envalentoné.  - ¡Usted sí que es un ignorante que confunde al Atlético de Madrid con el Athletic Club!  El señor manco se quedó perplejo.  - ¿Es que no es lo mismo? - Pues va a ser que no porque los del Athletic Club son de Bilbao y para que sepa usted algo de mi equipo recuerde para siempre esta alineación: Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Uribe, Arieta, Marcaida y Gaínza.  El señór manco se vino abajo y se me arrugó... - Perdona por lo de golfo.  Terminado el asunto me fijé en un cura que acababa de subir al autobús y, al parecer, quería sentarse a mi lado.  - Esto... padre... ¿no sería mejor que buscara usted a otro para ofrecerle ser monaguillo?...  El sacerdote me miró fijamente.  - ¿Sabes tú lo que es una hostia? - Sé muy bien lo que es una hostia porque mi padre las da muy bien dadas de vez en cuando y yo he aprendido de él.  El cura se asustó y se fue hacia uno de los asientos delanteros del autobús mientas yo recordé otra vez a Gamarra y, en voz alta, lo dije. - ¡Vaya usted a mi cole en busca de Gamarra a ver si le convence a él! El sacerdote, que es lo mismo que decir cura, se interesó en Gamarra.  - ¿Dónde estudia ese tal Gamarra? - En el mismo cole que yo.  - ¿Tal vez en el Sagrada Familia? - ¿Usted me ha visto a mí cara de misionero? - Pues la verdad es que no. - Pues vaya usted a buscarle al cole Lope de Rueda.  En esos momento una rueda del autobús pinchó dando una fuerte explosión ante lo cual el señor manco y su amigo se lanzaron al suelo mientras éste voceaba. - ¡Todos al suelo! ¡Nos atacan los fascistas! Me puse a reír con ganas. - ¡Jajajajaja! ¡Están ustedes dos más asustados que dos conejos de pascua delante de la entrada a un colegio de niños! El que había voceado se levantó rojo de ira, - ¡Has de saber que estás habando con un amigo de Benito! - ¿Benito el molinero? - ¿Es que no conoces a Benito Perojo? - ¿Quién? ¿El rojo? El que había voceado decidió que lo mejor era guardar silencio por si las moscas y, efectivamente, un par de moscas habían entrado dentro del autobús y la señora que tenía el trasero más grande que yo había visto en mi vida, comenzó a espantarlas con un abanico. Lo cual hizo que interviniera un mozo que parecía recluta del servicio militar obligatorio. -¡Señora! ¡Haga el favor de no echar las moscas hacia mi lado porque estoy ya harto de aguantar al sargento Mosquera como para tener que recodarle continuamente por culpa de las dichosas moscas! La niña rubia de los 12 años de edad, después de reírse un buen rato, no pudo quedarse callada.  - ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! ¡El sargento Mosquera! ¡Jajajajaja!  - ¡Niña, no te reirías tanto si las chicas, cuando llegáis a mi edad, también tuvieseis que hacer la mili!  Un niño pequeño, de unos 5 años de edad, que iba sentado al lado de su madre siguió con el cachondeo mientras el conductor del autobús con la ayuda de un joven fuerte y robusto, que se había presentado como voluntario, estaban solucionando el asunto de la rueda pinchada, - ¡Sorchi pelao que te han bautizao con agua y meao! ¡Sorchi pelao que te han bautizao con agua y meao!¡Sorchi pelao que te han bautizao con agua y meao! - ¡Señora! ¡Haga usted el favor de hacerle callar a su niño! - ¡Yo no tengo la culpa de que seas un sorchi! - ¡Para empezar no soy un sorchi sino un sorche y para acabar no estoy dispuesto a que su niñato de la eme se cachondee de mi uniforme militar! - ¿Cómo le ha llamado usted a mi niño? En esos momentos entró el revisor de billetes y se acabó la discusión,  - ¿Tienes billete, chaval? La pregunta me pareció una tontería y le contesté con otra tontería de mayor calibre.  - Desde que tengo uso.  El revisor de los billetes no supo bien a lo que yo me refería con aquello de tener uso y prefirió picarme el billete sin añadir nada más al asunto. Así que mientras se cambiaba la rueda pinchada por otra nueva tuve unos largos minutos para pensar en el cuaderno de limpio de Vicente, el número 1 de la clase. - ¿Por qué tendrá Vicente la rara manía de pegar cromos de mariposas en su cuaderno de limpio? ¿No será que de mayor quiere ser entomólogo? El señor manco me había escuchado pues, al parecer, era un profesional de los cotilleos. - ¡Oye niño! ¿Qué es eso de entomólogo? - Si quiere que se lo cuente suelte usted una peseta ya que el saber no ocupa lugar pero hay que alimentarse de algo y si es sabiendo mucho mejor. Al señor manco le caí gracioso y me entregó la peseta. - Un entomólogo, señor manco, se dedica a estudiar a las mariquitas.  - ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! Yo no sabía bien por qué el señor manco se reía tanto. - ¿Es que la mariquitas no son insectos? El cura, ya que hablábamos en voz bien alta, quiso intervenir.  - ¡A ver si hablamos bien y con educación y respeto hacia los demás, niño! ¡Se dice coleópteros y no mariquitas! - ¿Es que sabe usted tanto de ese tema? El cura, sorprendido por mi respuesta, hizo el disimulado mientras dejaba sentarse a su lado a un jovencito con el pelo pegado con gomina y un vendedor ambulante aprovechó la ocasion para vender sus golosinas.  - ¡Gominolas! ¡Vendo gominolas a cinco centimos la unidad! El jovencito del pelo pegado con gomina pensó que se estaba metiendo contra el. - Señor vendedor... ¿tiene usted algo contra las mariquitas?...  - ¡Pues no, jovencito! ¡Yo no tengo nada contra las mariquitas pero si contra los maricas! El sacerdote puso su mano izquierda sobre la pantorrilla derecha del gominoso y le intentó apaciguar sobándole descaradamente. Esto hizo que el sorchi tomara la palabra.  - ¡Me parece que hay aquí demasiados entomólogos!  Yo no sabía qué hacer pero me contuve y no entré en la conversación; así que se me ocurrió una gran ideay voceé. - ¿Quién tiene fuego? Todos se asustaron al ver que un chaval de tan solo 11 años de edad pidiera fuego y el señor que había confundido al Athletic con el Atlético intentó tomarse la revancha. - ¿No me digas que ya te crees tan hombrecito que andas con los Ideales? Pero aproveché la oportunidad para dejarle de nuevo callado. - Si se refiere usted a los de las "Las Mil y Una Noches" por supuesto que ando con los ideales de poder ligar con Sherezade aunque sólo sea en sueños.  El amigo del señor manco no tenía ni idea de lo que yo estaba hablando. - ¿Sherezade? ¿De qué pueblo es esa chavala?  - De "La Ciudad Encantada". - ¿Es conquense de verdad? La niña rubia de los ojos azules y los 12 años de edad no pudo contenerse otra vez la risa. - ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! ¡Este señor confunde a Sherezade con la Señora Otilia de Palomeras creyendo que es una paloma mensajera! ¡Jajajajaja!  El mal momento que estaba pasando el amigo del señor manco terminó, para su bien, cuando el autobús reinició su marcha a cámara lenta, lenta, muy lenta; tan lenta que el sorche se volvió a enfadar y lanzó una especie de arenga.  - ¡Marcha ligera, ar!  El cura estaba mosqueado.  - ¿Lo estás diciendo por mí o es que te acuerdas del sargento Mosquera? - Suiponga usted, sacerdote, que yo soy un acólito de su parroquia. ¿En quién cree usted que estaría yo pensando de ustedes dos? El sacerdote dejó de sobar la pantorrilla del engominado, - Si a usted no le importa puede seguir un poco más hasta que entre en calor... - Es que... estamos en público,.. y los rumores... aunque sean falsos hasta que no se demuestre lo contrario... nos van a hacer pasar un mal rato... Yo ya estaba otra vez lejos de allí pues  estaba pensando en Pocahontas; que entre los niños de edades bastantes curiosas se sabía que era la hija mayor del  jefe Powhatan, de la confederación algonquina en Virginia. Yo rezaba para mis adentros. - Virgencita... virgencita... que no se acabe ahora esta aventura... por favor... Mi aventura era de lo más inocente que un ser humano pudiera concebir pues se limitaba a que yo me estaba imaginando que estaba jugando al escondite con ella por una parte de la selva amazónica de cuyo nombre, como diría Cervantes, no quería acordarme para hacerlo mucho más emocionante.  Llegué tarde al cole y, para colmo de los colmos, como todavía estaba soñando, se me ocurrió decirle a Don Florencio que el libro de "limpio"se me había olvidado en la selva.  - ¡Jajajajaja! ¡Esta vez si que te has superado! ¡Ve a tu asiento y pórtate bien porque hoy es un gran día! Yo no sabía que aquel día cumplía años Don Florencio pero, al sentarme junto a Gamarra se me escapó el aviso.  - ¡Prepárate, Gamarra, que vienen a por ti! Mi compañero de pupitre me miró sin enterarse de qué le estaba hablando; pero yo miré hacia la ventana y la luminosidad del sol de la primavera sólo me hizo sonreír.    
Hablamos de 1992 en Madrid, España. Alguno que yo sé de memoria (como Diego o Antonio o José por citar a tres que se lo creían demasiado) deberían aprender que ser un futbolista a pleno rendimiento, a mil por mil de facultades tanto en lo físico como en lo mental, y ser siempre de los más destacados en todos los partidos, cuando ya se tiene 43 años de edad, sólo está al alcance de muy poquísimos seres humanos. Cuando aparecí en Ecuador resulta que ya había incluso rebasado los 43 y eso porque a los 43 años de edad todavía seguía siendo un jugador de los de super clase y en perfecta forma física y mental. Alguno que yo sé de memoria (como Diego o Antonio o José por citar a tres que se lo creían demasiado) deberían aprender un poco más de fútbol en lugar de dárselas de listos cuando los rivales les roban balones como gitanos robando melones. Pasaban el balón en tan malas condiciones para ser bien jugado por el compañero al que se lo intentaban pasar que deberían volver a leer la cartilla elemental de los que es pasar bien el balón tanto en el pase en corto, como en el medio o el pase en largo. Tres cosas que yo siempre supe hacer desde que tengo uso de razón. Alguno que yo sé (como Diego o Antonio o José por citar a tres que se lo creían demasiado) deberían haberme visto jugar a mis 43 años de edad en la capital de España o los grandes partidos que realicé, ya con más de 45 años de edad, en el mismo Quito donde ellos se creían los mejores pero perdían los balones como si los gitanos se los robasen como melones. Quizás es que los fundamentos del futbolista no los habían asimilado del todo y por eso se quedaban a medio camino, entre Pinto y Valdemoro, para poder triunfar como se debe triunfar. A mis 65 puedo todavía demostrárselo sin esfuerzo alguno. Lo que pasa es que ya me la sudan del todo.   
Parece como si me estuviera esperando desde hace 2.014 años pero está más joven que nunca. No sé que misterio contiene en su interior que le hace ser tan juvenil siempre. Veo que es todavía un chaval. Nadie me espera en el bar...  Diesel.-¿Quién te invita cuando tomas una copa?Nadie.- La Soledad. Me invita mi tía La Soledad.Diesel.- ¿Nadie es Nadie?Nadie.- Sólo soy alguien cuando lloro. Diesel.- ¿Cuál ha sido tu mayor éxito?Nadie.- Haber visitado La Ciudad Encantada y haber vuelto encantado del todo. Diesel.- ¿Eres bueno para un monólogo?Nadie.- Yo siempre soy un monólogo. Lo de bueno se lo dejo a Buenafuente que es un tipo muy salado y ya sabes que un catalán gracioso es más gracioso que un banderín de enganche.Diesel.- ¿Qué es lo que más te engancha?Nadie.- La risa. Lo que más me engancha es la risa. Por ejemplo la Ponomarenko. Diesel.- ¿Larisa Ponomarenko?Nadie.- Es solamente un ejemplo. También puede ser Burdeynaya o Riquelme. Pero solamente son para los del glamur y los de la pasta. Menos mal que soñar no cuesta dinero. Diesel.- ¿Dices todo eso por envidia?Nadie.- Digo eso porque dentro de mí no siento y fuera de mí no existo.Diesel.- ¿Alguna vez te has imaginado que eres un triunfador?Nadie.- No tengo ni carnet de conducir el carrito de los helados.Diesel.- ¿Quieres decir que para triunfar con ellas hay que saber pilotar una moto de Gran Premio o un automóvil de lujo?Nadie.- Si. Con Larisa es necesario y por eso me entra la risa. Cuando las sueño siempre despierto ante un Stop y veo pasar a las chavalas sexys de verdad con el tipo rubio y cachas y Míster Universo al volante. No es envidia, Diesel. Es que existe el Stop para quienes somos Nadie porque no tenemos la llave de la moto ni del automóvil. Es lo que se aprende viendo películas de Hollywood. Y quizás hasta sea verdad. Algún día lo investigaré para salir de dudas.Diesel.- ¿Y tú alucinarías si te propusieran ser actor principal en una película?Nadie.- Yo alucino con las del Oeste y no creo que nadie se fijara en Nadie para ofrecerme el papel del pistolero más rápido de todos.Diesel.- ¿Y si te dijeran que seas el más rápido en "Dos pistolas escarlatas" por ejemplo?Nadie.- Alucinar es cosa de hombres.Diesel.- ¿Quien gana a todos?Nadie.- Mi hermano mayor gana a todos. Sólo hay uno que le derrota siempre. Es el mejor recuerdo de mis memorias. Diesel.- "Cuatro hermanos sin ley". ¿Buen título para una película?Nadie.- No. Yo voy siempre por libre. Prefiero "El Llanero Solitario vuelve de nuevo" como sucede en "Sagitario". Diesel.- ¿Qué te dicen cuando vas por las calles soñando siempre con alguna?Nadie.- ¿Es que me ven por las calles?Diesel.- Quizás sí. ¿No lo has pensado nunca?Nadie.- No. No me interesa que me vea alguien. Ni me lo he preguntado ni me lo he respondido. Sólo soy Nadie.Diesel.-¿Y qué esperas ser?Nadie.- Un Licenciado en las Artes...Diesel.- ¿Marciales?Nadie.- ¡Marcial, eres el más grande! Lo siento pero soy de los de la superficie.Diesel.-¿Y qué hay del fútbol?Nadie.- Hay futuro perfecto. Por ejemplo, yo habré jugado... pero tantas veces que ya ni me acuerdo... Diesel.-¿Jugando al fútbol de verdad?Nadie.- Yo nunca juego ni jugaré en el Modorra Fútbol Club. Me aburriría demasiado. Soy de los activos. Soy valiente leal legionario. Ya sabes.Diesel.- ¿Y qué sucedería si el Real Madrid o el Atlético de Madrid se fijaran en ti?Nadie.- Me perdería en la selva amazónica. Diesel.- ¿Tan tímido eres?Nadie.- No es timidez. Es que antes que ser profesional del deporte prefiero ser soñador. ¡Es mucho más emocionante vivir con "Luz Celeste" que meter goles sin saber cuántos metes!Diesel.- ¿Tan sincero eres?Nadie.- Tan íntegro soy.Diesel.- ¿Tu apellido es catalán?Nadie.- Mi apellido es mi sombra. Diesel.- ¿Y qué hablas con tu sombra?Nadie.- Cosas. Muchos no saben hacerlo.Diesel.- ¿Te refieres al amor?Nadie.- ¡Jajajajajá!  Y con esta carcajada doy por finalizada la Entrevista. Nadie es perfecto. Futuro perfecto para ser más exactos. Lo he comprobado por mí mismo.    
Nos hemos propuesto derrotar a los neonazis y expulsarlos de las barriadas de Moncloa. La mejor manera es entrar en sus propias guaridas pero, además, abrir una cevichería y dar trabajo a chavalas sudamericanas para cabrearles del todo. Así que dicho y hecho. Abrimos la Cevichería El Rincón de Galápagos en una de sus guaridas. No solamente eso, sino que tengo que introducirme entre todos ellos hasta dar con su líder y enfrentarme cara a cara con él. Le pillo en una de sus podridas tascas jugando a los naipes y me enfrento con él. Cuando le digo que me paso por los cataplines la fotografía de Hitler que tiene oculta en el cuadro de luces del Rincón de Galápagos y me estoy bebiendo todas las botellas de sus bebidas porque me da la real gana, se le funden las ideologías y, bajando la cabeza, esconde el rabo entre sus dos patas. Después me enfrento a toda su cuadrilla, en la calle Martín de los Heros, y les entrego publicidad bien manifiesta de El Rincón de Galápagos. Totalmente acobardados se marchan de la Zona de Moncloa. Lo hemos conseguido. Y brindamos con un sorbito de champán. La suave luz de aquel lugar hizo latir mi corazón. Y entonces fue cuándo la besé. De su mirar yo me enamoré. Los neonazis se van a tomar por donde amargan los pepinos. 
Es el día 8 de enero de 1961 y acabo de cumplir los 12 años de edad. Cada uno empieza a ser cada uno y me despego del Emilín con la experiencia de haber cumplido mi etapa en el Lope de Rueda y comenzar con la Academia Altamira sin contar con su ayuda para nada. Cada uno tiene su propio trampolín. Recuerdo que hoy el alemán Helmut Recknagel, en la localidad austriaca de Bischofsofen, se ha convertido en vencedor absoluto de la prueba de esquí de los cuatro trampolines. Como cada uno tiene su propio trampolín ha llegado la hora de buscarse la vida cada uno de nosotros como Dios nos dé a entender. El Emilín comienza a llevar todas las papeletas para terminar por trabajar de botones en Cointra Camping Gas después de andar vendiendo las Biblias de Jesús García Siboni por las calles y si no demos tiempo al tiempo para ver que va a ser verdad (la culpa la tiene él por no hacer caso a los consejos de papá). ¿Y qué son, en el mundo deportivo que empiezo a desarrollar, los cuatro trampolines? El Torneo de los 4 Trampolines es una competición de salto de esquí  que se desarrolla cada año, en diciembre y enero, en cuatro trampolines de Alemania y Austria. La primera edición tuvo lugar en 1953. Hoy, esa competición tiene un gran prestigio en el mundo del salto de esquí, y los mejores especialistas de este deporte se encuentran allá cada año. Los trampolines son los de las ciudades de Oberstdorf, Garmisch-Partenkirchen (las dos en Alemania) y los de las ciudades de Innsbruck y Bischofshofen (las dos en Austria). Soy un asiduo lector del "Marca" y estoy al día en los deportes porque me importa menos que un pimiento (sea morrón o no sea morrón) lo que haga el Emilín con la hermana del Garzón. Ni me gusta ni me deja de gustar. Simplemente me es indiferente del todo; porque sólo me interesan mis propios cuentos y no los que me cuenta él que me parecen totalmente insulsos y faltos de sustancia. Adobo mis historias con vivencias propias y no necesito ningún guía "social". Bastante tengo con seguir ocupándome de la subsistencia del Boni y del Maxi. Así que ni sus historias con la hermana del Garzón me ponen los dientes afilados ni me producen otra cosa sino modorra y aburrimiento. La mía es la Princesa y nada más que la Princesa. Así que ahora que acabo de cumplir los 12 años de edad empiezo a darle al balón en partidos donde se defiende el honor. Salgo triunfador a pesar de las envidias de José Ángel Merino, Ricardo y todos los "tirapedos" del barrio de Alcalde Sáinz de Baranda de Madrid. No ha habido tarta ni nada que se parezca a una tarta pero me han regalado 2 ó 3 "pulgas" que, junto con "Pulgarcito" (tebeo muy de moda en este año), me vienen muy bien para ir sazonando mi cultura extraescolar. Y es que en el colegio tengo que soportar la envidia de los "municios" pero mi munición está siendo cada vez más "explosiva" y voy dejando "cadáveres" como "ristras de ajos" mientras mi abuela se parte de risa. No sé qué pensará "El Mochales" pero tampoco me importa. Es por eso por lo que todos empiezan a decir de mí que soy un "pasota". A lo mejor hasta están diciendo la verdad... pero lo dudo... porque las chavalas más sexys empiezan a desfilar por mis fantasías...  
Sólo mueve un poco el corazóny las olas de tu mar serán el bañode las ninfas silentes de tu mundocuando el sistema amplio de todo el sentirte será adornado de la espuma del sueño.  Sólo mueve un poco el corazóny los vientos del alma saldrán a saludartecon la brisa ligera del compás de las horas.  Sólo mueve un poco el corazón y habrás hallado sentido a tu esperanza. 
De los 20 a los 22. De 1969 a 1971. ¡Si yo contara cuántas bocas callaría!. Cuestión de buen gusto en cuanto a ellas se refiere. Nada más y nada menos. ¡Si yo contara cuántas bocas callaría!. 
La salud consiste en tener bueno el melón cuando llega la hora de comernos el coco. 
A los 28 años de edad ya tengo, dentro de mi equipaje sentimental, experiencias muy positivas para planificar el futuro de mis emociones. Existen muchas chavalas a mi alrededor que han supuesto, para mí, algo más que unas simples formas (o fórmulas una y mil veces pensadas) de ligar en los terrenos amorosos; porque han supuesto importantes formas de desarrollar el compañerismo desde un simple saludo cordial o una muy corta conversación que las sitúan dentro de esos baremos en que siento simpatía por ellas aunque no sean de tipo experimental. Sus presencias consolidan mis estimaciones.  Desde el "más que tó y el más que ná" de Matilde hasta la ostia que Margarita le endiñó a Fernando por lo de "tengo una vaca lechera" ha pasado una década de vivencias en donde las dos supusieron compañerismo controlado pero contrastado con la realidad. Las dos, además, decidieron ser insulares para encontrar el amor. Mati y las Baleares. Marga y las Canarias. Algunos como "El Rizos" de Compensación y "El Zumbado" de Transferencias se quedaron totalmente descompuestos.  Pensando en las aventuras de lo que pudo haber sido y no fue, se me pierden los recuerdos entre los dedos de la magia. A los 28 años de edad todo es posible... hasta poder encontrar la nueva ruta que se abre ante mis expectativas de futuro. De Mati a Marga, espacios para recordar... desde la excursión a la villa de Aranjuez hasta la Semana Santa de Andalucía junto a los ojos del Guadiana. Hay que tener bien abiertos los ojos para no sucumbir demasiado. Todo un lenguaje para llenar mi mochila, junto al universo de mis numerosos libros, de evoluciones dentro de mi memoria y en forma de recuerdos. Y ahora me voy a por mis sueños universitarios. 
Feliz reencuentro con los Negociados de la Principal. Algunos "viejas glorias" ya están desfilando, recogen sus bártulos y se preparan para una vida más feliz; retirados en sus chalecitos junto a la playa o sus casitas solariegas en mitad de los montes. Me voy dando cuenta de que quienes no corren vuelan. Los "viejas glorias" dan paso a los que venimos de haber solventado nuestras batalla internas. ¿Enamorarse o dejarse enamorar? Buen dilema. Ante esta clase de dilemas no me queda más remedio que ver pasar el tiempo mientras registro, en mi bitácora de viajes, excursiones reales que adorno con imaginaciones subversivas dentro de un ordenamiento legal. Por ejemplo con La Ferroviaria que intenta reverdecer viejos laureles.  Un paseo por La Ciudad Encantada nunca viene mal para seguir soñando con viajes de mayor envergadura. Así que lleno mi mochila de ideas y las voy diseñando a manera de maquetas que tendré que desarrollar cuando me llegue la Hora del Periodismo. Mientras tanto me incursiono en el oleaje de las bellas vistas para adornar mi Diario con colores a lo technicolor porque estamos de moda y nunca pasamos de lo que no tenemos que pasar; porque es que, tanto yo como los que se parecen a mi yo, no somos "pasotas" (ni nos parecemos tan siquiera a los "pasotas") sino que "estamos al loro" guipando lo que se puede. Sigo pensando que menos da una piedra. Los "viejos glorias" cantan sus canciones mientras nosotros seguimos al ritmo del "Lalalá". IMAS sólo será un futuro pero ante el futuro hay que quitarse la gorra, o el sombrero, o la barretina o lo que quiera Dios que llevemos sobre la cabeza cada uno de nosotros. ¡Qué cabezas las suyas que no se dan ni cuenta de que estamos presentes registrando todo en las máquinas de triturar papelotes!  Cumplo, una vez más, con lo que me pide mi Mágico Solitario. El 23 está de moda.  
¡Qué buenos son los actuales concejales! ¡Qué buenos son que nos llevan de excursión! Hoy hemos visitado (los de la peña del Hogar) la Casa Museo del Doctor Carlos Soriano y como tengo muchos otros trabajos pendientes de hacer voy a resumir lo que hemos visto copiando la Ficha que viene en Internet y que se ajusta, con total exactitud, a lo que hemos visionado. Datos Generales: Museo Etnográfico Carlos Soriano. Paseo de la Ermita s/n. LLano de Molina 30509. Molina de Segura. Murcia. Teléfono 968 692 019 e-mail: museo@molinasdesegura.es Horario de Visitas: Horario de invierno: de 17 a 19 horas, los jueves, viernes y sñabados. Horario de verano: de 18 a 20 horas los jueves, viernes y sábados. El museo abre el segundo domingo de cada mes con motivo de la realización de talleres didácticos. Se pueden concertar visitas para grupos a través del teléfono 968 219 099. La entrada es gratuita, así como las visitas guiadas. ¿Cómo llegar?: Circulando por la Nacional 301 Cartagena-Madrid, dirección Madrid, pasamos Molina de Segura y tomamos la salida 380 Ceutí/Lorquí/El Llano de Molina. Llegaremos a la pedanía del Llano y seguiremos la carretera hacia Lorquí. Antes de llegar al puente sobre la vía del ferrocarril Madrid-Cartagena, giramos a la izquierda al divisar el conjunto museístico compuesto por casa-ermita-noria. El Museo Etnográfico Carlos Soriano se inauguró el 17 de mayo de 2003 por el Excelentísimo Señor Don Ramón Luis Valcárcel Siso, Presidetne de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y el Ilustrísimo Señor Alcalde de Molina de Segura Don Eduardo Contreras Linares. Presentacíón: Se encuentra situado en la Casa solariega del Abogado Don Carlos Soriano. Esta fue rehabilitada así como la ermita anexa. La casa consta de 2 plantas. La baja dispone de vestíbulo, escalera, cocina, tinajero y patio. La planta primera se compone de dormitorio y dos salas. En el año 2010 se ha adosado al patio una sala de exposiciones temporales. La casa pertenece al conjunto que formaba parte de la colonia agrícola que Don Carlos Soriano fundó. En 1875, Don Joaquín Portillo vende a Don Carlos sus pertenencias del Llano con una noria de madera incluída, construida probablemente por el primero sobre 1868. Con esta noria Don Carlos puso en cultivo, con olivo y morera, las tierras adquiridas y fundó una colonia agrícola. La fundación de dicha colonia exigía la construcción de viviendas para los colonos, una ermita o iglesia, una escuela para los hijos de los colonos y un almacén comunal. Se conserva, en estado ruinoso, la escuela que deta de 1887. En 1892 se abre la pequeña ermita que ahora forma parte del museo. Junto a la Casa de Don Carlos se encontraban 6 casas de colonos. Planta Baja: Sala I. Vestíbulo.- Destacamos una vitrina donde se exponen restos arqueológicos encontrados en las prospecciones realizadas en el municipio. Destacan molinos barquiformes argáricos, cerámica ibérica y romana. Sala II. Cocina.- También encontramos una zona de tinajero y el arranque de las escaleras a la primera planta. Sal II. Cocina: Destaca una vitrina con réplicas de arqueología experimental realizadas en sílex (hoz con dientes de sílex, arco con flechas del Calcolítico, etcétera). La cocina está ambientada con el mobiliario y menaje típico de la época. También encontramos otor tinajero y un chinero. Primera Planta: El dormitorio principal reproduce el ambiente burgués del siglo XIX con cama de copete y mesilla de nogal, cuna, lavabo de caoba y cofre. En la cama sábanas bordadas y cubierta de novia. En la sala donde muere la escalera, se ecponen en vitrinas, trajes de labor y lujo típicos de la huerta de Murcia. En otras vitrinas se exhiben complementos como pañoletas, enaguas y cucos. Otra de las salas contiene miniaturas realizadas por Juan de Dios Arnaldos, vecino de la pedanía. En ellas vemos diversos aperos tradicionales de labranza y recreaciones de algunas labores agrícolas y oficios donde se aprovecha la fuerza del agua (fragua, batán, molino harinero, norias, artes, etc.).  Algunas curiosidades: una caldera para calentar los botes de conservas, cajas metálicas de pimentón, escobilla para limpiar telas, platos de cerámica variada, cajones de medidas de celemín y fanegas, una fotografía de Juan de Dios Arnaldos vestido con uniforme de futbolista... y en la ermita alguna estatua de San Carlos Borromeo, la Virgen, la Cruz con Jesucristo y una pila de agua donde navega un mosquito totalmente ahogado. Nada más por el día de hoy.  Recuerdo que hemos llegado con un autocar completamente gratis, nos hemos hecho una fotografía del grupo completo con todos los chicos muy guapos y todas las chicas muy guapas para recuerdo inmemorial de futuras generaciones y hemos vuelto con el mismo autocar completamente gratis. Faltó un bocata de tortilla para que la fiesta hubiera sido completa. Pero no estuvo mal. Fue una bonita experiencia.    
Era justo que Pepe Reina (hijo de Miguel Reina), después de haber estado tanto tiempo siendo suplente de Casillas y de Valdés tuviera un momento de gloria. Y la tuvo. La Selección Nacional de España se despidió del Mundial de Brasil 2014 con una gran victoria ante Australia que, al parecer, pensaba que nuestros héroes estaban muertos. Renacieron nuevamente los héroes y les vencimos con el honor de grandes entre los grandes. Ahora toca reflexionar. Algunos de estos héroes dicen que se van pero no todos lo han dicho sino que, por el contrario, muchos han hablado de que quieren seguir, por lo menos, hasta el próximo Europeo (alguno hasta puede llegar al próximo Mundial) si es que el entrenador de la Selección cuenta con ellos. No se les había olvidado jugar bien al fútbol y eso es lo importante. Ahora es necesario seguir contando con ellos para que sirvan de maestros a tantos judadores veinteañeros que están pidiendo paso. Lo importante no es romper con todo y empezar de cero. Lo importante es saber ir mezclando las generaciones para volver a lo más alto del mundo futbolístico. Seguimos siendo campeones aunque nos tengamos que volver de Brasil con las manos vacías. Seguimos siendo potencia mundial y lo vamos a seguir demostrando. Tenemos mucha cantidad y mucha calidad. Los héroes han despertado y podemo presumir que somos una de las Selecciones Nacionales de Fútbol Profesional que, a nivel mundial, tenemos mucho donde elegir. Mucha cantidad y mucha calidad. No todos los que han pasado a Octavos de Final pueden decir lo mismo y se va a demostrar que no son mejores que nosotros. El futuro sigue abierto y nosotros somos parte importante de ese futuro.  
Alcantarilla. Murcia. No nos da miedo Javier. Nuestra ONG (hoy MUAD) no necesitaba para nada ni a Javier ni a todos los que eran como Javier. Una cosa es Castillo y otra cosa muy diferente y mejor (por ser superior) es Del Castillo. Y más si a Del Castillo se le suma De Julián Del Arco y Del Real. Por eso no nos importaba que Javier nos quitara su apoyo. Ni lo necesitábamos ni lo hemos necesitado jamás porque nuestra fuerza proviene de Dios. La época de los caramelitos hace mucho tiempo que la dejé atrás y ahora (2007) me gustan los bombones. Así que no me arrepentí ni me arrepiento de haber escrito "En el principio era Nada" ni "La plaza de las palomas" porque si a Javier no le gustaban mis cuentos (que no los escribía para él por cierto) a mí no me gustaban sus jaculatorias. Estábamos sólo de paso y nos fuimos hacia adelante.  Ya conocía yo a Alcantarilla como la palma de mi mano y le anuncié a Carlita que si Javier la negaba formar parte del coro, Jesucristo le daría miles de oportunidades de cantarle mucho más y mucho mejor. De Castillo a Del Castillo existe mucha diferencia. Y la envidia no se combate con la ira sino con la serenidad que da el tiempo. El tiempo ha cambiado. Nosotros no. Seguimos siendo los mismos pero con más canciones en nuestro repertorio. Y Carlita es Carla llena de Fe y Felicidad. Los caramelitos para quienes los necesiten. Yo prefiero los bombones y de eso tengo en abundancia. Y es que no es lo mismo la pasta que el pastel. Alcantarilla. Murcia. 2007. Y siempre después de Jesucristo para que no haya duda alguna. No necesito teologías de principiante para saber a qué Dios estoy sirviendo y cómo es ese Dios al que sirvo. Y, a la hora de la verdad, entre Castillo y Castillejo, por ser un gran escritor, prefiero las metáforas, antítesis y perífrasis de Don Bartolome. Las jaculatorias de Don Javier no me llenan ni un zapato. Así que la alegría no se la borraron del rostro a mi princesita por mucha envidia que les diese a alguien que no quiero señalar. Adiós. Cierro el Diario y me voy a dar una vuelta por los rosales por ver si las flores siguen abiertas. Y es que de flores sé un mogollón.  Por cierto ya no soy un humilde inocente porque hace mucho tiempo que mi cupo de humildad, entre silencios traidores, dolores callados y soledades injustas, se rebasó de tanto ser humilde. Ahora he dejado de ser humilde solamente para ser normal; nada más que normal. La humildad está muy bien para los pastorcitos y para los cachorros. Yo ahora ya soy un león y por eso leo tanto y escribo con Liberación después de leer gracias solamente a Jesucristo. A lo mejor me estoy refiriendo a la Biblia o lo que deduzco de leer la Biblia. Amén.    
Extendiendo el alcance de mi credo, infinito en el cortejo de tus sueños,soy un esquema de pájaros surcandocada espacio, cada árbol, cada rama...cada minuto en que observo estos signosconteniendo formas del asociadomundo...  La tierra conocida me anegacon sus nubes blancas mi existenciay en el fondo del sentir latinosoy fe de proponer palabrasen este caminar por tu espesura.  Dura todavía la tierra virgencon dones de luz y de sentidos. En cada afán de ilusión recuperada hay un afecto que surge desde el fondode una utopía incandescente y alcanzada.  Y, sueño de camino cosmológico, me pongo a platicar con las estrellas.  (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel") 
Cuando mi padre se retiró del Ejército siendo Oficial de Caballería y pasando a clases pasivas militares, se colocó en el Ayuntamiento de Madrid y, como demostró tener una gran capacidad en el manejo de los números, fue destinado al Departamento de Estadísticas, primero en la calle Segovia y después en la calle Alcalá, en donde antes habían estado ubicadas las Escuelas Aguirre. Así que sus amigos Pio Velasco (padre de Conchita Velasco), Merino, Camello, Estalote, Padilla y otro largo etcétera de oficiales del Ejército de España incluidos varios coroneles, tenientes coroneles y generales, quedaron ya atrás. Ahora ampliaba el entorno de sus amsitades con personas más sencillas, de clases sociales más modestas y cotidianos compañeros de trabajos administrativos. Yo me pasaba algunas tardes enteras con mi padre ayudándole en las tareas de los cuadros y las combinaciones de los numeros estadísticos mientras él había cambiado la escopeta de cartucho por la caña de pescar. A sus dotes de sensacional cazador unía ahora las de un experto pescador y siempre dentro de la legalidad. Pero el tiempo nos hace evolucionar y mi padre, antes de morir, seguía evolucinando a marchas muy aceleradas. Así que me contaba que, muchas tardes de San Isidro, iba con un compañero a ver corridas de toros en la plaza de Las Ventas de Madrid. Aquel nuevo e inseparable amigo de mi padre, con quien compartía amplios y profundos debates taurinos, se apellidaba Carbajosa. Para mí fue un apellido inolvidable porque gracias a aquel nuevo amigo mi progenitor se hizo más sensible, más humano, más comprensible y más implicado en temas sociales compartidos con mi madre. Se habían quedado ya atrás las largas jornadas de cartas; los intermianbles tutes entre mi padre y Mariano frente a mi madre y Sabina que terminaban siempre por poner nerviosa a mi abuela Rufina.  El caso es que Carbajal entró a formar parte del grupo de recuerdos y memorias de mi padre y yo entendí que para ampliar el número de tus amistades sólo consiste en dejar que te quieran. Fue con Carbajosa, más los consejos de un general, con quien consiguió sacar a Emilín de sus escarceos con los bajos fondos pandilleros de aquel Madrid que o te elevaba a las alturas de su gloria o te hundía en los infiernos de sus bajezas. Si Emilín lo hubiese sabido entender es posible que hasta hubiese levantado un pequeño altar para el humilde Carbajosa en lugar de odiar tanto a los seres humildes.  Su Majestad El Temple (Rafael Peralta, Huerta, Curro Girón, Andrés Vázquez, Ostos, Paco Camino, El Viti, Aparicio, Curro Romero, El Pireo). Armonía, medida justa y terminante (Ostos, Bernadó, Zurito, Aparicio, Huerta, Diego Puerta, El Cordobés). Verónicas de rumbo y señorío en las que el tiempo pareció dormir en el engaño (Curro Girón, El Viti, Andrés Vázquez, Chamaco, Diego Puerta, Paco Camino, El Cordobés). Esa figura que es el eje sobre el que gira el último baluarte del toreo puro, imperecedero (Antonio Ordóñez, Carlos Corbacho, José Fuentes). Si Emilín lo hubiese sabido entender es posible que hasta hubiese levantado un pequeño altar para el sencillo Carbajosa en lugar de odiar tanto a los seres humildes. Pongamos que hablo de Madrid. Temporada 1965. Y yo empiezo a triunfar en esto del Esparta de San Isidro. Que viva la fiesta popular.
J.- ¿Has votado ya? G.- Yo no puedo votar.  J.- ¿Pero te gustan o no te gustan los políticos guaperas de este año? G.- A mí no. Ninguno me gusta.  J.- Para mí que son como los detergentes. Cada uno limpia mejor, pero todos destiñen. JAJAJAJAJA. G.- Jajaja. Eso seguro. J.- Unos más que otros, pero todos mangan lo que pueden porque están forrados... digo aforados... que quiere decir que se van a forrar de pasta gansa. Y de oca a oca tirando porque les toca. Esto de las Elecciones se parece a "Sopa de Gansos" de los Hermanos Marx. Jajajajaja. Con música de salsa milonguera. Escucha. ¡Bechamel bechamel mucho como si fuera ésta la última vez! Y pensar que algunos se lo están creyendo... Esta noche "Habemus Papa"... digo... "Tenemus Presi"... Mira cómo canto. ¡Entré a la Sala del Presi y le conté al Presidente que si era delito el robar se fuera ya muy caliente! El resto te lo puedes imaginar. O sea que la cosa está como sosa. Dicen los de la Tele que vuelven cuatro años de "Bonanza"... así que vamos a ver mogollones de camellos... digo de caballos... Es que a veces me confundo con "Lawrence de Arabia" por lo de quiero y no puedo. JOJOJOJOJO. Ahí va otro cantazo. ¡Ni contigo ni sin ti tienen  mis sueldos remedio; contigo porque me robas, sin ti porque estás mintiendo! JOJOJO. Adiós. Voy a ver si me lo publican en "Il Corriere della Sera" o en "Stampa" o en el "Diario de Ciempozuelos" o "Diario de Leganés", porque esto de hoy son cosas de "piraos del tó". Se lo voy a chivar a Barrionuevo, que siempre está de acuerdo conmigo y no nos paramos de reír con los chismes políticos. Mañana hablaremos del gobierno a lo Tip y Coll por lo menos; porque va a ser todo un serial... pero de risas... para cuatro años por lo menos. Y me despido cantando. ¡Ojalá que haya café "pa" soportarlos! Lo demás te lo puedes imaginar. Sin Magdalenas pero con tertulias, porfa. Y si no es mucho pedir con dos de azúcar. Gracias. ¡Atleti Bilbaoooooooooo! No va a ser la panocha pero sí la repanocha. ¡Atleti Bilbaoooooooooo! Y bajamos el telón pero no lo manchen de mugre, porfa. ¡Qué ansias, Dios mío! ¡Qué ansias! 
1983 después de Jesucristo. El cerco se estrecha cada vez más. Veo chicas guapas por todas partes. El catálogo vital de las chicas que atraen la vista se hace cada vez más infinito. Y en medio de aquella búsqueda del amor, (no del sexo sino del amor en grande), las dificultades por conseguirla son cada vez más dificultosas. El abrupto paisaje de mis sentimientos se convierte, día tras día y semana tras semana, en un colapso de emociones. ¿Y Ella? ¿Dónde está Ella? Al final, después de haber sorteado miles de presencias y unas cuántas propuestas inaceptables, me quedan sólo dos caminos: las islas o el continente. Así que, dispuesto ya a resolver todo aquel rompecabezas, una vez salido ya del laberinto de la multitud de chavalas guapas, tengo que decidir a cara o cruz. Pero no puedo jugarme a cara o cruz el amor de toda mi vida y el amor para toda mi vida. Así que entro en la iglesia parroquial y, en medio de un silencio de cinco o seis personas, le suplico a Dios por la respuesta verdadera. - Si existes dime quién es y dónde la puedo hallar. Fulminante. No es las islas sino el continente. El lugar se llama Tucumán. Allí estaba Ella y Ella era el amor que andaba buscando desde que solamente tenìa siete años de edad. Había sido una travesía de 27 años de continua lucha contra las adversidades, de continuos encuentros con espejismos y de continuar manteniendo mi Fe por encima de cualquier otra circunstancia. Después de miles de chicas gupas conocidas -unas más que otras a decir verdad- la he encontrado. Gracias, Jesucristo.
Estamos en los últimos años de la década de los 90. Posiblemente 1995 ó 1996. Quito. He terminado mi labor como periodista y único escritor de la Revista Ambato Internacional y estoy tomando un pequeño descanso en mi hogar de la Francisco Palacios con La Gasca. Ronda por aquí una apestosa pandilla (de pandilleros hablo) que baja desde La Comuna para intentar meter miedo a las pacíficas personas que caminan por la Avenida y calles adyacentes. Les dirige un "matón" al cual todos le conocen como "El Tigre". Así que voy a ver si le cazo y le mando a la selva de algún país africano para que viva rodeado de mugre por todas partes menos por una llamada idiotez. Porque "El Tigre" es tan idiota, elevado a la enésima potencia, que le podemos incluir en esa clasificación humana que se conoce como "Gilipollas". Y ya se sabe que los "Gilipollas" son hombrecillos más parecidos a los pájaros bobos que a verdaderas personas. Lo primero que voy a hacer es salir a su encuentro. Dicho y hecho. Una de estas noches en que "El Tigre" se encuentra chupando -supongo que algo llamado "mierda"- en la Tasca-Panadería de mi amigo Wilson, me acerco a beber una cocacola. Miren por dónde, el famoso "Tigre" está ya del todo "mamado" (pobre criatura) en la misma puerta del local. Con los ojos inyectados de bilis por culpa de alguna de esas drogas que se mete hasta por el trasero se acerca hasta mí y coloca el borde de su ridícula "gorrinilla" en el borde de mi lujosa gorra deportiva. Y, claro está, suelta la gilipollez del siglo.  - ¡Te voy a matar, español! A mí me da tal ataque de risa que no me queda otra cosa sino mirarle fijamente a los ojos y, ante su tembleque de "cagurria" y mientras se está jiñando a la pata abajo (porque este "Tigre" no tiene dos piernas y dos brazos como las personas normales sino cuatro patas como los cerdos) sólo se me ocurre contestarle lo siguiente (tengo testigos de que digo la verdad).  - ¡Escucha, ridículo, acabo de cenar lentejas y no tengo ganas de que me duela la tripa de tanto reírme de ti!  Wilson sale a ver qué ocurre. Y ante la decepción de todos los seguidores de "El Tigre" y la mofa y cachondeo de todos los míos, el "cagurrias" agacha la cabeza, mete sus hocicos debajo del "alerón" de sus sobacos -que huelen a un tufo que apestan- y se marcha más callado e impotente que un chinche intentando chupar sangre del suelo de una plancha porque, además, se ha quedado desdentado del todo. ¡Menuda plancha se ha llevado el "matón"!. Y después de aquella noche le vi un "mogollón" de veces en La Gasca situándome yo a su lado mientras él permanece, siempre, más "cortado" que un gilipollas en una casa de alterne. Verdadero. Fin de la amenaza de "El Tigre" que termina por abandonar la zona ante las risas y el cachondeo general de toda la barriada. Y toda su pandilla, convertidos en cernícalos, se marchan con viento fresco hechando vientos por sus traseros. Ya saben a lo que me refiero. ¿"Cacaos" por culpa del miedo? Eso es. "Cacaos" hasta sus cejas.
La Vida es la mejor locura que inventó un genio llamado Dios.  
A MI ABUELA (por: José Orero De Julián "Diesel")  Un millón de palomas vuelaen ese tu mirar tan tiernoy yo, cuando me miras abuela,me siento viento eterno... viento que besa tu frentey luego sigue su vuelohacia ese lugar tan presenteal que llamamos el cielo.   Autor: José Orero De Julián "Diesel" 
Exactamente agosto del 2014 después de Jesucristo. Nunca jamás en mi vida he pasado tanto bochorno como ahora. No llueve en toda la Región de Murcia, o por lo menos en Molina de Segura, ni una sola gota. No llueve ni sacando en procesión a todas las estatuas de vírgenes y santos de toda Murcia. En Molina de Aragón nos estamos asando vivos. Menos mal que a partir de las 8 de la noche sopla una miaja de viento que nos refresca. Aguantamos el bochorno general y sobrevivimos por Fe. Sólo falta que nos pongan encima de una parrilla y nos doren bien dorados. El sudor no sólo chorrea por la frente sino que se pega a la ropa y nos hace caminar lentamente. Esta lentitud es desesperante pero es lo mejor que se puede hacer para resistir con las fuerzas intactas. Estamos esperando a que llegue la normalidad con el mes de septiembre y que volvamos, en octubre, a las actividades que tanto me atraen: Senderismo, Café Tertulia, Taller de Lectura y hasta es posible que me apunte al Teatro. No sé si será el calor que me está derritiendo la sesera (aunque lo evito con la gorra de "American made in Ireland") pero quizás me atreva a apuntarme al Teatro; aunque solamente sea por lo de guionizar algo novedoso que esté relacionado con este bochorno general. Te duchas y a los pocos minutos estás como un bogavante dentro de la paellera. Espero que esta noche sea tan fresca como para seguir resistendo estos termómetros de 40 grados bajo el sol. Recuerdo la novela de ciencia ficción "Nada nuevo bajo el sol" (1907) de José Antonio Suárez. Pero lo que pasa es que este calor, este bochorno y estos sudores no tienen nada de ficción sino que son reales. Cierro mi Diario antes de que las teclas de mi computadora se disuelvan junto con mis dedos. Estoy sudando gota a gota como un torrente. No soy Torrente Ballester por cierto sino torrente nada más.             
Hoy el mundo se sigue preguntando si es cierto lo que llegó a afirmar Immanuel Kant: "Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él". Leo y releo. Medito. Pienso en los solitarios. ¿Fueron alguna vez capaces de ser hombres según Kant o se quedaron en las orillas del camino por culpa de alguna nostalgia infinita? Me pregunto si para llegar a ser ese hombre que decía Kant hay que educarse en la indiferencia y en la discriminación ilustrada. Quizás Kant fue tan ilustrado como para olvidarse de contar entre los hombres a los solitarios. A veces contradecir a los grandes genios de la filosofía humana nos convierte en verdaderos seres humanos. Supongo que Kant sería, hoy en día, uno de esos impolutos y afamados ejecutivos de las grandes empresas del marketing. Y echando mano de su filosofía crearía algún célebre eslogan como, por ejemplo, "la vida es feliz cuando te enganchas". ¿A qué clase de enganche se referiría Kant siendo representante del alto standing y con la sonrisa siempre blanca? Sociedad pos contemporánea. Hay que vivir a tope. Reservado el derecho de admisión. No se admiten solitarios. Son muy tristes. Son muy aburridos. No saben reír. No sirven para las fiestas. Amargan con su presencia. La sociedad recela de los solitarios porque no alegran los días. Son marginados y es mejor dejarles marginados con su soledad a cuestas. Son gentes que no ofrecen diversión alguna. He tenido la oportunidad de conocer a muchos centenares de solitarios. He tenido la oportunidad de mirarles a los ojos para poder comunicarme con ellos. He tenido la oportunidad de saber que un día fueron personas alegres. He tenido la oportunidad de entender que, en algún momento indeterminado, algo o alguien les rompió el corazón. He tenido la oportunidad de contemplarles cuando cae la tarde y les llega la noche en lo profundo de sus seres. He tenido la oportunidad de darles la mano y sentir el frío de la ausencia dentro de sus almas. He tenido la oportunidad de vivir con ellos. He tenido la oportunidad de saber que son los mejores seres humanos que he podido conocer. Quizás es que yo no he pasado nunca de ser un joven de 18 años de edad que nunca crecerá lo suficiente como para pasar a ser un hombre como afirmaba Kant que debían ser los hombres. Quizás es que para ser un hombre ya mayor sea necesario colgar el corazón en el perchero y poner en su lugar una lujosa etiqueta. Quizás es que sea indispensable que, para llegar a ser un hombre, hay que endurecer el espíritu y alejarse de todos aquellos solitarios que también tuvieron infancia. Quizás es que no cumplir más de 18 años de edad sea solamente ser solidarios con los solitarios. Quizás por eso no puedo crecer más y me haya perdido la oportunidad de ser un hombre maduro con el corazón tan seco como el sarmiento. Quizás sea que para hacer sonreír a un solitario hay que contarle entretenidas historias para poder acompañarle en su soledad bajo las luces de las estrellas o en el rincón de los más alejados en la sala de los sentimientos. Quizás por eso soy feliz. 
"Está en ti la esencia de tu persona. Está en tu mirar las cosas más allá de lo externo, en lo profundo, en lo íntimo de cada uno de los destellos que sacan a relucir tus pensamientos cuando contemplas la vida. ¿Qué es la vida sino una concatenación de sentires tamizados por el pensamiento perpendicular de tus ideas? Cuando sientes, cuando sufres, cuando gozas... cuando te quedas contemplando la vida que vives en plena dimensión y sacas conclusiones positivas para tu forma de ser es cuando de verdad existes. Y es eso la existencia íntima de tu persona, la que te da siempre valor para sentir la felicidad y la tristeza, el ánimo y el desánimo, y las ganas de seguir adelante. Está en ti la esencia de tu persona. Y está en tu interior la verdad de lo propìo que es, en definitiva, lo que realmente asumimos en este nuestro caminar terráqueo. Después sólo queda el misterio de haber comprendido lo que es tu vida proyectada hacia el más allá de tu propia presencia" (José Orero De Julián "Diesel"). Proponernos un reto. Esa es la cuestión en estos momentos. Pienso. ¿Merece la pena ser lo que llaman "normal" para satisfacer la envidia de ciertas gentes que no son capaces de ser como tú? No. Lo que merece la pena es ser como deseas ser a pesar de la envidia que eso produzca en esas gentes que no deben significar nada para ti. Los retos se logran cuando no se piensa ni en el fracaso ni en la muerte. El fracaso es de los indecisos. La muerte es de los incrédulos. Quien palpa el sentimiento de la perfección huye siempre del conformismo. Eso es muy importante para lograr cumplir con nuestros retos. Romper con la rutina y convertirla en aventura diaria, en sorpresa diaria, en diario descubrimiento.  ¿Para qué hacer promesas sólo por contentar a los que no quieren que seas diferente a ellos? Si hiciésemos caso a todo lo que nos dicen unos y otros no haríamos absolutamente nada; así que, una vez teniendo en claro lo que quieres hacer, hazlo. Si sabes que te va a valer para triunfar no hagas caso a nadie que intente detener que lo hagas porque buscará convencerte de que no lo lleves a cabo. No les hagas caso. Solamente es la envidia que les produce el hecho de que ellos no pueden hacerlo. 
Yo me casé con La Princesa en 1984. Tuvimos a nuestra primera Princesita en 1986. Nuestra segunda Princesita nació en 1990. Y a partir de aquí tuvimos que dejar de tener hijos porque en este segundo parto La Princesa estuvo, durante unos pocos minutos prácticamente muerta hasta que, de repente, volvió a la vida. El doctor fue muy sincero conmigo y me aconsejó que por el bien de La Princesa ya no tuviese más hijos con ella. Éramos muy fértiles los dos y podríamos haber tenido más hijos pero la advertencia era muy seria: al tercer embarazo quizás el hijo o la hija nazca pero lo que es casi seguro del todo es que tu esposa se muere. Así que desde 1990 hasta 1994 seguimos teniendo relaciones sexuales pero con cuidado de que ellla no quedara embarazada. Fue en 1994 cuando mi suegro, que era ginecólogo, me dijo que lo mejor, para asegurarnos de que ella no quedara embarazada no era ninguna clase de método sino dos soluciones: la ligadura de trompas de ella o la vasectomía en mí.  Me explicó en qué consistían ambas cosas y que, lo normal, en la inmensa mayoría de los matrimonios era el egoísmo de los esposos porque mucho más del 90 % elegían que se hiciesen la ligadura de trompas la mujer. Pero mi suegro me especificó que, con las ligaduras de trompas, a corto a medio o a largo plazo, las mujeres sufren graves trastornos internos mientras que la vasectomía no produce ningún trastorno en los varones y se pueden seguir teniendo relaciones sexuales completas sabiendo que nunca más se van a tener hijos; pero que esto de la vasectomía, en aquel tiempo, no se lo hacian ni el 10 % de los varones por culpa del estúpido y falso machismo. Así que no lo pensé dos veces y, al día siguiente, fui al hospital y me hicieron la vasectomía. Desde entonces al tener relaciones sexuales con La Princesa siempre son completas y nunca hay riesgo de embarazo ni ella ni yo sufrimos trastornos de ninguna naturaleza.  Y aquí interviene otra demostración de lo que yo llamo "el amor noble" (que nada tiene que ver con los "amores libres" porque son todo lo contrario) y es que, sabiendo que ya no había posibilidad de que yo tuviese más hijos podría haber aprovechado bastantes ocasiones que se me presentaron en la vida para engañarla y tener relaciones sexuales con otras mujeres con la ventaja de que al no haber niños de por medio podría se que no se diera cuenta. Sin embargo, jamás la traicioné nunca ni nunca jamás se me pasó por la imaginación tracionarla. Si lo hubiese hecho tan sólo una sola vez yo no me consideraría un hombre por haber faltado a mi juramente ante Dios y ante la Humanidad de amarla y serle fiel hasta la Eternidad. Y así ha sido desde que estoy en esta Tierra. Ni antes de conocerla personalmente, ni mientras duró nuestro noviazgo ni una vez ya casado (ni con vasectomía ni sin vasectomía) dejo bien claro escrito para toda la posteridad que jamás he engañado en ninguna ocasión a La Princesa. Nunca jamás. Y a eso yo lo llamo "amor noble"; del cual, por supuesto soy un defensor a ultranza pero no "téorico" sino totalmente práctico.  Y jamás voy a fallar en ese juramento por más que cierta persona, de cuyo nombre ya no me interesa acordarme, me dijera que en ese tema no se puede decir nunca "de esa agua no beberé". No sé lo que habrá hecho ella ni me importa saberlo pero si se cabrea porque yo le dije que conmigo estaba equivocada que se cabree pero, en este tema, juro solemnemente que nunca "he bebido de otras aguas ni beberé" por mucho que ella se dedique a predicar lo contrario. No importa lo que haya hecho o dejado de hacer porque no me interesa saberlo pero que sepa que "de ese agua yo no beberé". Amén. 
Y llego al umbral de los pleamares y me hundo en él para sentir la armonía de mis sentidos bailando junto a las farolas del puerto...
Todo sueño merece una conquista;todo sueño merece un destino; todo sueño merece la imprevistaandadura infinita en el camino.   (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel"). 
En las aulas donde los pupitres tienes que compartirlos con otro compañero de clase, a veces se tiene suerte y otras veces te toca al lado de un soplagaitas como este tal Diego Ortiz. Diego Ortiz solamente es un soplagaitas. Ni él me habla a mí ni yo le hablo a él durante todo el curso escolar. Estamos en Cuarto Curso de Bachillerato (Instituto San Isidro de Madrid) y cada vez que van pasando los monótonos días en el aula voy dándome cuenta de que Diego Ortiz solamente es un soplagaitas con menos gracia que un chinche en la peluca de Carrillo porque sólo es un chincheta de lo pequeño que es de tamaño infantiloide tanto en lo físico como en lo mental. Pero no avancemos en el tiempo. Estoy en mi primer año del San Isidro de Madrid y tengo que soportar a un verdadero soplagaitas llamado Diego Ortiz. Ni él sabe nada de mí ni yo quiero saber nada de él; así que cuando termino el Curso me encuentro liberado de tan pesada carga. Adelantando años tuve mejor suerte con Sanromán (con quien al menos compartía chistes más o menos ingeniosos) y con Ortiz Vergara (con quien al menos compartía verdaderas charlas de fútbol). Pero este mi primer año en el Instituto he tenido que soportar a Diego Ortiz que es un verdadero soplagaitas además de un gilipollas perdido en la nebulosa de Pegaso. Por lo menos.
Son las nueve. Sólo las nueve de la noche. No acompañada de minutos ni de segundos. Limpia. Son las nueve de la noche y lo único que siento, en realidad, es este perpetuo vivir poseído por los rayos blancos y frescos de la luna tras el cristal de la caliente cafetería donde estoy sentado, solo, ante mi hoja de papel en blanco. Pensar más allá de las nueve en punto de la noche no tiene ahora sentido. Pausada el alma, detenida el alma en estas nueve horas de la noche, solo se cruza en mi memoria un vivir sin minutos ni segundos. Se posan los rayos de la luna con su brillo blanco sobre mi hoja también blanca y se hacen despaciosas, lentamente despaciosas, las líneas que escribo sobre este inestable diagrama de sentimientos en suspenso. Hay un soplo de luz de luna en la hoja blanca de esta ascensión por la vida plana carente de minutos y carente de segundos. La sucesión de las palabras no tienen límites. Son las nueve de la noche en punto. Y lo único que cuenta, en definitiva, es la esperanza de ver el texto escrito bajo la blanca y pálida luna. Observo una escena y la transcribo:  Camina un anciano encorvado con un pequeño niño de la mano. Frente a ellos, en la acera del otro lado de la calle, una mujer esbelta y bella está esperando un taxi para embarcarse hacia algún lugar de la noche. Y en este instante he notado y he dejado quedarse en mi escritura la estampa de un anciano con su nieto contrastando con la madura y esplendorosa belleza de una mujer colgándose del panorama de la noche. Son las nueve sin minutos ni segundos. Apuro mi café, recojo mi hoja en blanco y salgo hacia el destino del más allá de las nueve... por la misma avenida donde el anciano, el niño y la esbelta mujer me han hecho plasmar la escena de la vida entrecruzada. 
En un solo instante, en un solo segundo, en un solo sentimiento...pulsamos estaciones y espaciosdemasiado asidos al corazón. Somos personas enraizadasal tronco común de este manantial donde beben los pájaros viajeros. Un tiempo suspendido en lo humanoy esa parte de Dios interminable.  Personas exactas que abandonan mitos para entrar en la creencia de la Fe.Y es, en este instante, en este segundo, en este sentimiento...donde podemos medir la estaturaal descubrir que la paz en este cieloexiste porque, sueño sobre sueño,se abre en el espacio ya mi alma.  Y monte. Y valle. Y ciudades. Y un viajar sin calendarios ni relojespor el tiempo que nos convierte,serenados, como visibles personas en familia. (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel").   
Descubiertos como sombras en este fuegoque recorre todo el continentees el eco que retumba el que se escucha con el tropel de los sueños desbordados...y llenos de espíritu y de silencioabrimos la voz a los caminos... ¡Bendito itinerario de poemaconvertido en eco que retumbaen la conciencia de los seres emergentes! Emergemos. Emergemos con la vida de metáforas cual orquídeas soñando con el alma;una forma de entender la existenciaque construye diálogos cada díapara ser de nuevo otro alientodanzando en la fiesta personalde cada empuje dibujado en el cóncavo horizonte tan presentecomo el sol, la luna y este sueñode ser siempre un punto infinitounido a la voz del eco que retumba.  (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel"). 
Día 12 de marzo del año 2014 después de Jesucristo. La marcha, hoy, se presenta bajo la amenaza de lluvia; pero esto no es causa justificable para abandonar en el intento. Se prevé una cierta dureza porque vamos a combinar llanura con montañas. Está previsto que quizás nos caiga un aguacero a mitad de camino pero, una vez iniciada la salida, lo mejor es tirar hacia adelante y que sea lo que Dios quiera; así que, siguiendo con mi costumbre de la seguridad, me incluyo en el grupo de los que van en cabeza para no ser cortado y caminamos con un ojo mirando al suelo para no pisar ciertas cosas que hacen los animales y con el otro ojo mirando al cielo para ver si Dios se apiada de nosotros y nosotras y no llueve. El cielo, nublado, parece haber oído nuestras peticiones y comienza a clarearse el dia.  Siempre enlazando entre los de cabeza y los que intentan aguantar el ataque de los de cabeza, sirvo de enganche entre ambos grupos pero una vez conseguido reagrupar a todos los participantes abandono esta labor y me fusiono con el grupo de cabeza. Hemos tomado la salida del Hogar un total de 15 personas (4 mujeres incluídas) pero ya se presiente, desde los primeros compases de la prueba, que habrá algún abandono. La travesía que llevamos es la de "coser y cantar" y algunos cantamos por lo bajo para no asustar a los pajaritos del campo. Vamos cogiendo ritmo. El asunto es no dar tirones que acaben pronto con los menos resistentes y mantener la resistencia con el ritmo adecuado para no quedar descolgados (velocidad sostenida) porque nos vamos a enfrentar con las montañas. De vez en cuando, el grupo se estira y luego se encoge, se estira y luego se encoge, y con esta manera de hacer las cosas llegamos al inicio de las cuestas arriba por las montañas. Nos damos cuenta de que las 4 mujeres ya han decidido no continuar en la marcha y se han dado media vuelta. Recuento a los que estamos realizando las subidas de "media dificultad" y doy el aviso de que hay 2 hombres que o se han rezagado demasiado o han decidido también abandonar. Por las montañas subimos y bajamos, en forma de "toboganes", un total de 9 competidores. Es entonces cuando hay que aplicar la inteligencia más que la fuerza bruta y, como digo muchas veces, aprender a subir bien es más fácil que aprender a bajar bien. En las bajadas cualquier resbalón insignificante puede tener graves consecuencias. Y así, con la prudencia necesaria, aplico la ley del mínimo esfuerzo en las bajadas dejándome llevar por el impuslo efectuado en las subidas pero mirando bien donde pongo los pies. Hasta que, en el punto máximo de la marcha, llegamos al "Árbol del Ahorcado" después de haber pasado por un edificio ya derribado que, como dicen quienes lo conocen, antes fue una Fábrica de Pólvora. Algunos también dicen que luego pasó a ser "fábrica de polvorones" y nos entra a todos la risa. Observando el "Árbol del Ahorcado" (se cuentan historias tétricas sobre él) es verdad que está la soga con el nudo corredizo y medito sobre el asunto de que un suicidio no es cuestión ni de valentía ni de cobardía sino de desesperación (cuestión que defiendo desde hace muchos años). Así que como he prometido a mis compañeros hacer un pequeño verso sobre este asuento aquí lo expongo: "Si dicen que me he marchado / hacia el abismo final / que nadie piense tan mal. / Ni soy un acobardado / ni tampoco un héroe social, / pues todo hombre ahorcado / no es hombre sino mineral". Y es que, en realidad, todos los que voluntariamente se quitan la vida no están actuando como seres pensadores sino como un pedazo de roca y de cristal. Fuertes por fuera pero flojos por dentro. Cuando alguien se suicida es porque ha perdido el sentido de su existencia.  Saliendo de la montaña me uno a Pedro en cabeza y vamos hablando de cosas de nuestras infancias: historias infantiles, tebeos, cromos, las anécdotas que nos sucedían cuando íbamos descubriendo el mundo. Al final, ya superada la prueba y de vuelta al Hogar, resulta que hemos cubierto de 12 a 13 kilómetros. Hemos estado cerca de 2 horas (minuto más o minuto menos) caminado por la llanura y por las montañas (con esos "toboganes" que nos han despertado finalmente el apetito) contándonos cosas personales de nuestras vidas. Hoy subimos. Mañana bajamos. Pasado mañana volvemos a subir. Etcétera. Si hemos salido 15 y hemos vuelto 9 es que los supervivientes hemos sido más del 50 % del total que hemos participado en la prueba. Lo cual no está nada mal sabiendo que nos enfrentábamos a las montañas. Después, un café con leche que paga Agustín, nos hace entrar a todos en calor. 
El Mágico Solitario marca 41 puntos. Me remonto, como siempre, contra la corriente. Es 1990. Ya tengo a mi Princesa y a mi primera princesita que necesita una hermana con la que jugar para dejar a "Patoño" solamente en el recuerdo. Alguien real tiene que sustituirle. Necesito otra princesita. Y es en este verano del 90 cuando llega con una sonrisa a llenar por completo mi vida. Y la vida de mi Princesa. Y la vida de mi primera princesita. Y este seguir sintiendo cómo el tiempo se suaviza cuando sabemos amar. Es mi segunda princesita. Mi Princesa y yo decidimos que ya hemos completado el ciclo de la reproducción. Si mi madre se disgusta porque no es un varoncito yo no tengo por qué disgustarme sino todo lo contrario. Leslie necesita a Carla y Carla necesita a Leslie. Por eso me alegra la llegada de mi segunda princesita para poder jugar con las tres.  Son las tres de la tarde. La llegada de Carla es una luz en pleno verano del 90. Y con la luz de Carla se ilumina todo nuestro futuro. Ahora sí. Ahora es cuando más ánimos tengo para participar de la Literatura Universal. Y es que mi universo, ese pequeño rincón escondido en la humilde vivienda de El Batán, tiene ganas de salir a la superficie. Salgo a la superficie en medio de la expectación de los parroquianos del bar donde escribo "Por esos pueblos del Wayne". Me siento aventurero con futuro de aventurero. Y valga la redundancia mientras mi imaginación se llena de ternura.  Estoy en el Bar Juca, en Villavaliente número 8, de Madrid. Hay que ser muy valiente para vivir "Por esos pueblos del Wayne". Muy valiente y decidido siempre a sobrevivir. Y las historias surgen como espontáneas, como filas de ideas no preconcebidas sino libérrimas, alejadas de cualquiero otra ley que no sea la de la inspiración infinita. Alguien supone que debe ser un trabajo muy importante. Lo es. Es el primer contacto que tomo con los Estados Unidos de Norteamérica y, como no tengo los complejos de Carlangas, allí que me voy con todo mi equipaje de sueños convertidos en aventuras. ¿Realidad? ¿Solamente imaginación? Digamos que es la inspiración que me ha producido haber completado mi familia con la llegada a este mundo de mi segunda princesita. Algo sobre princesas existe en "Por esos pueblos del Wayne" e imagino a John sonriendo con su gesto de ironía y su valor para enfrentarse ante las adversidades. Sigo siendo el Mágico Solitario en la aventura pero en el mundo real estoy bien acompañado. Afuera, en el calor de las calles de El Batán de Madrid, muchos se acercan a la heladería de la carretera que conduce a la Casa de Campo. Y es que este verano de 1990 después de Jesucristo me resulta inolvidable.  Fort Apache. Sangre de héroes. Posiblemente hay que aprender a soportar el calor del verano para aprender a escribir aventuras legendarias que queden en el recuerdo de quienes nos quieren leer. Así que mostremos cutura literaria capaz de llegar al Cine. Sólo hace falta un poco de esfuerzo nada más. Escribir mientras investigamos: La novela del oeste es un género literario de literatura popular o de consumo; pero si se hace con ingenio, se convierte en obra literaria capaz de llenar las pantallas del Cinemascope. Es el "far west": el pionero, el sheriff, los vaqueros, el bandido o forajido pistolero, el tahúr, el hacendado ganadero de ovejas o de reses, los indios, los mexicanos, los militares sudistas o nordistas, los buscadores de oro, los rancheros, los predicadores, las chicas alegres del saloon y todos los tópicos fraguados por los grandes creadores del género. Escribo convencido de que quiero llegar a formar parte de la lista: James Fenimore Cooper, Wahington Irving, Francis Bret Harte, Mark Twain, Karl May y Orwen Wister en el XIX; Zane Grey, Louis Lámour, Robert Howard, Michael Chabon y mis compatriotas Esteban Hernández y Fernández, Marcial Lafuente Estefanía, José Mallorquí. Francisco González Ledesma en el XX. Yo quiero ser de los mejores del Siglo XXI. Y en eso estoy implicado en este 1990 a las puertas de mi consagración como parte del "Far West" a lo genuino. La ingenuidad también es un buen condimento para escribir novelas del Oeste Americano. La ingenuidad y esa capacidad que deseo desarrollar para llenar de luz la llegada de esta nueva etapa cuando acabo de completar el círculo de mi familia. Sin duda John Ford estaría de acuerdo conmigo...       
Finales del XX o principios del XXI o, viceversa, principios del XXI o finales del XX. Sin perder para nada la compostura y con suma tranquilidad yo le dije: "Oiga, caballero, yo no he venido a América a engañar a nadie". Ante el asombro del entrevistador agregué para dejar las cosas en su verdadero lugar: "Aunque aquí en América hay muchos que se creen que me están engañando cuando me hacen trabajar sin ninguna clase de contratos". El asombro del entrevistador llegó a su máxima perplejidad cuando terminé de añadir: "Así que dígale de mi parte al señor Don Jaime, que es un caballero de verdad, que le agradezco mucho su ayuda pero que saldré adelante trabajando en lo que siempre he soñado y sin necesidad de palancas de ninguna clase". Y el entrevistador quedó totalmente anodadado cuando finalicé haciéndoselo saber: "Para ser Gerente de un Banco no me he marchado de España dejando el Banco Hispano Americano de Madrid cuando ya me habían ofrecido un cargo de jefatura que rechacé con un par de lo que hay que tener". Enterado del asunto el Señor Don Jaime, le dijo a Lina en la primera ocasión que tuvo: "Tu hombre es un hombre de los de verdad, así que Diesel saldrá adelante por sus propios esfuerzos. Parece increíble pero es verdad que ha renunciado a ser Gerente de un Banco donde soy el principal accionista". Puestas las cosas en su sitio, y que cada cual arree con lo que le corresponde arrear porque en sus pecados tienen sus castigos, 11 años más tarde, ya de vuelta en mi querida España y como dice mi Mágico Solitario, pienso que "si Obama lo ha dicho también es porque me lo ha copiado ya que yo lo dije mucho antes de que el mundo supiera que existía Obama".  Brindando con media caña de cerveza, y sin querer meter caña a los demás porque para eso está Dios, cierro esta página de mi Diario con un: "Damas y caballeros, yo aprecio demasiado a América y por eso no he timado en América a nadie; cosa que muchos americanos no pueden decir".  
Miércoles, 4 de junio del año 2014 después de Jesucristo. Para acabar, definitivamente, con la pelea de los que quieren salir del Hogar a las 8.30 a.m. y los que quieren salir del Hogar a las 9.30 a.m. decido, por mi propia voluntad y mi libre albedrío, salir del Hogar a la 9,00 a.m. porque es mejor caminar solo en este mundo de Dios, es mejor caminar solo en este mundo de Dios, que yo me casé con Ella y somos uno en dos, que yo me casé con Ella y somos uno en dos.  Nuevos tiempos nueva ruta. A todo nuevo tiempo corresponde una nueva ruta por descubrir; así que me fabrico mi propio sendero. Cruzo la autovía, paso por la larga recta entre las barreras de madera y me largo hacia la orillita del rio cantando más feliz que unas castañuelas tocadas a la malagueña manera: "si yo tuviera el corasao asao asao asao, el corasao asao asao que perdí, dí dí dí, de quien está enamorada, hada hada hada, y esto es que ves, ves, ves y ves cómo te decía yo que no todo el monte es orégano". Llego al tobogán de bajada por el estrecho sendero y bajo hasta la orillita del río mientras sigo cantando: "por la orillita del río contigo me he encontrao por la orillita del río mi hombría he demostrao". Y como no tengo que demostrar nada más subo el tobogán de subida y me lanzo hacia el final.  Al final llego hasta el Camino del Matadero y, después de saludar a Abundio, regreso al Hogar dulce Hogar donde termino cantando lo de "¡Buenos días chuleta, buenos días chuleta, recuerdos a su licor, beba usted cuánto quiera, beba usted cuánto quiera, que esta ronda la pago yo! ¡Pero no olvide siquiera, pero no olvide siquiera, que yo soy un gran señor, y usted es un cualquiera, y usted es un cualquiera, sin ninguna clase de don!" Y fin de la marcha por malagueña. Ahora me concentro para seguir con Will que me está esperando. Y es que la Voluntad no tiene nunca Edad. Hasta la próxima marcha que será, Dios mediante, el próximo miércoles si no nos pilla el toro de la ventiscas o los tifones de verano que vienen un poco adelantados. Son las 9,30 a.m. cuando entro, de regreso, en el Hogar dulce Hogar.  Nota Adjunta.- No quiero ni discutir ni pelear con nadie porque yo ni quito ni pongo Rey pero ayudo a mi señor... y resulta que lo mismo que ya existe la Universidad Juan Carlos I va a existir, dentro de muy poco, la Universidad Felipe VI. Ya lo verán todos y todas con sus propios ojos. 

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