Me dejas cuando menos lo espero,
justo cuando el tiempo me conduce hacia vos,
cuando mi pecho arde de amor y de pasión,
cuando mi único pecado, fue brindarte lo mejor.
Ya sé lo que dirás, que todo tiene un tiempo,
que lo nuestro no daba para más...
Que necesitas otras cosas,
que deseas otros rumbos atisbar,
que el mundo es inmensamente grande,
y tú sedienta de aventuras, lo quieres explorar.
Camino hacia tu casa, con mi ojos enrojecidos,
con mi rostro arrazado por el llanto visceral,
y veo, lo que mi pecho no quiere aceptar,
te veo en otros brazos y lo pareces disfrutar.
Entonces... no necesitabas tiempo,
el tiempo lo usaste pronto, para mi mal...
Y me cruzan por la mente mil cosas,
momentos de amargura y recuerdos de cristal.
Que comtemplando, como tus labios,
muerden otra boca, sedienta y pidiendo más,
estallan en mil pedazos y se derrumban,
estallan y se derrumban en mi alma incapaz,
de poder decirte algo, algo para escapar,
para no ver como despedazas mi corazón sin más.
Pero no puedo o no quiero, hechizada mi alma,sufre
y mis lágrimas mojan, mis temblorosas manos...
Te odio por matarme, por condenarme a este castigo
tan atroz, tan tenaz. Te odio, lo me lo repito,
te odio...pero te amo.