La literatura rabe antes de Mahoma (Ensayo) en fase de preparacin
Publicado en Apr 23, 2013
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lAntes de exponer lo que fue la literatura árabe antes de Mahoma es muy importante y necesario conocer las grandes diferencias que existen entre el concepto de árabes y el conceptos de musulmanes mahometanos. Porque resulta que el vocablo "árabe" pertenece a un contexto general étnico-geográfico, mientras que el vocablo "musulmán" (o mahometano) pertenece a un contexto socio-religioso. Por lo tanto, se puede ser árabe y musulmán al mismo tiempo, se puede ser árabe y no musulmán al mismo tiempo y hasta se puede ser árabe y cristiano verdadero al mismo tiempo. Muchos siglos antes de que apareciece la religión musulmana ya existían los árabes y, por supuesto, los árabes que son cristianos verdaderos. Antes de hablar de la Literatura Árabe hay que tener el cuenta la gran diferencia que existe entre ser árabe y ser musulmán, que no es la misma cosa según opinan muchos que ignoran que los árabes existen desde muchos siglos antes que los musulmanes y que árabes se refiere a pueblos históricos étnicos geográficos mientras que musulmanes (árabes y no árabes) surgen desde la muerte de Mahoma (que bien muerto está) y son creyentes religiosos y por tanto pertenecientes a un contexto social y religioso. Ahora vamos a relatar, apoyándonos en Wikipedia, estas diferencias esenciales que todos deberíamos ya conocer.

Un árabe (Arábigo: ʻarabī), pero en castellano llamado alarbe  (del árabe andalusí al‘aráb, y este del árabe clásico ‘arab, árabes) era, en origen, una persona natural de la península Arábiga y otros territorios circundantes de lengua árabe, o alguien de este origen. Debido a la extensión de la lengua árabe por todo Oriente Medio y el norte de África a partir del siglo VIII, modernamente suelen considerarse árabes las personas que tienen como lengua materna el árabe, sea cual sea su origen étnico o su religión, y por extensión los naturales de los llamados países árabes, aunque varios de éstos cuentan con minorías étnicas de lengua no árabe. Los árabes, por tanto, no constituyen un grupo étnico homogéneo y la definición de "árabe" ha variado a través de las épocas y de los contextos.

Entre los árabes existe una gran diversidad de orígenes étnicos. Según la Torá, la Biblia y el Corán, los árabes de la península de Arabia son los descendientes de Sem, hijo de Noé. La manutención del nombre de pila o el apellido es una parte importante de la cultura árabe y, por tanto, algunas líneas genealógicas pueden ser rastreadas hasta tiempos remotos. Los primeros árabes de los que se tiene conocimiento documentado provenían de la antigua capital nabatea Petra, en la actual Jordania. Otros árabes, conocidos como árabes arabizados, incluyen a aquellos que viven en partes de la Mesopotamia histórica (conocida en árabe como Bayn Nahrain o “entre dos ríos”), del Oriente (Próximo y Medio), de las tierras bereberes, de las tierras de los moros (la antigua Mauretania), Egipto, Sudán y otras zonas de África.

El origen de los árabes se concentra en dos grandes grupos: Los “al-‘Āriba” o de “origen puro”: Son los árabes que tradicionalmente se han considerado como descendientes de Noé a través de su hijo Sem, que engendró a Arfaxad, que engendró a Salaj, que engendró a Heber, que engendró a Joctán (Qahtan). De ahí que reciban el nombre de Joctanitas o Qahtanitas, cuyos ancestros más antiguos, desde el punto de vista histórico, son las tribus de sabeos del Yemen. Las familias nobles de árabes joctanitas pertenecientes a este grupo pueden ser reconocidas en tiempos modernos a través del apellido de su linaje: Alqahtani, Alokbi, Alharbi, Alzahrani, Alghamedey, Alansari o Ansar, Aldosari, Alkhoza'a, Morra, Alojman, Bani Qahtan, Bani Okba, Bani Harb, Bani Zahran, Bani Ghameda, etcétera. Las genealogías árabes adscriben los orígenes de los joctanitas a los pueblos árabes del sur que levantaron uno de los centros de civilización más antiguos en Oriente Próximo alrededor del 800 antes de Jesucristo. Estos grupos no hablaban ninguna de las formas primitivas del árabe, sino senguas semíticas del sur  del sur tales como el sabeo, el mineo, el qatabánico o el hadramático. Hablemos de Los "al-Mustaʻribah" o "árabes arabizados".  El término "árabe arabizado" puede usarse en tres casos diferentes: Es usado para definir a los árabes considerados tradicionalmente como descendientes de Abraham a través de su hijo Ismael, y de éste, su hijo Adad, por lo que son conocidos como "Adaditas". Define a los árabes que se establecieron en La Meca cuando Abraham tomó a su mujer egipcia Agar y a su hijo Ismael para conducirlos a dicha ciudad. Ismael creció junto a su madre Agar y la noble tribu árabe de "Jurhom", que abandonó Yemen para establecerse en La Meca tras el gran periodo de sequía que padeció Yemen por aquel tiempo. Ismael aprendió la lengua árabe y la habló con fluidez a lo largo de su vida. Esta es la razón principal por la que este grupo árabe es conocido como "arabizado". El Profeta del Islam, Mahoma, es descendiente de la tribu árabe adadita conocida como"Quraysh". Las familias de árabes adaditas, pertenecientes a este grupo, pueden ser reconocidas en tiempos modernos a través del apellido de su linaje: Alanazi,Altamimi, Almaleek,Bani Khaled, Bani Kolab, etcérera. El término "árabe arabizado" es también usado para definir a las tribus árabes que hablaron otros idiomas afro-asiáticos en tiempos primitivos.El mismo término "mustaʻriba" o "árabes arabizados" es usado también para definir a los árabes mestizos descendientes de los árabes puros con árabes del sur de Arabia. Identidad árabe o Familia árabe de Ramallah, a principios del siglo XX. La identidad étnica de los árabes no debe confundirse con su adscripción religiosa, y es anterior a la aparición del Islam,  tal como se demuestra históricamente por la existencia de reinos árabes cristianos y de tribus árabes judías en la antigua Arabia. Sin embargo, actualmente la gran mayoría de los árabes son musulmanes, con pequeñas minorías que siguen otras religiones, principalmente el cristianismo. 
 
Por otra parte, los pueblos islamizados pero no arabizados, que constituyen el 80% de la población musulmana mundial, no forman parte del mundo árabe, pero sí del mundo islámico,  que es geográficamente mucho más extenso y diverso. Por lo cual se demuestra que el mundo árabe es distinto al mundo musulmán. En la actualidad, la definición de quién es o no es árabe debe incluir uno o más de los tres criterios siguientes:

 
1. Criterio genealógico: los descendientes de las antiguas tribus de Arabia, habitantes iniciales de la Penínusula Arábiga y de Siria. Esta definición fue muy empleada en la Edad Meddia, por ejemplo por Ibn Jaldún, que distingue a los "Prolegómenos"  entre los árabes sedentarios que habían sido nómadas en el pasado y los árabes beduinos que todavía eran nómadas en el desierto. Utiliza la expresión "árabes exnómadas" para referirse a los musulmanes sedentarios, pero nombrándolos a continuación según la ciudad o el país donde vivían, es decir, egipcios, hispanos o yemenitas. Los genealogistas árabes medievales dividían los árabes en tres grupos: "Antiguos árabes": tribus que habían desaparecido o que habían sido deshechas, como los A'ad y Thamud, a menudo citadas en el Corñan como ejemplos del poder de Dios para destruir los pueblos impíos."Árabes puros": los del sur de Arabia, especialmente del Yemen, descendientes de Qahtan (muchos de ellos emigrados tras la destrucción de la toma de Marib), y sus rivales del norte, descendientes de Adnan."Árabes arabizados" (musta ribah): los del centro y norte de Arabia, descendientes de Ismael, hijo de Abraham. El "Libro de los Jubileos"  explica que los hijos de Ismael se mezclaron con los hijos de Cetura y Abraham, y que sus descendientes se llamaron "árabes" e "ismaelitas". El criterio genealógico, sin embargo, fue perdiendo fuerza a medida que pueblos distintos se iban identificando progresivamente como árabes.

 
2. Criterio lingüistico: los que hablan árabe como lengua materna, incluyendo cualquiera de sus variedades locales. Esta definición incluye a más de 300 millones de personas. Sin embargo, algunos grupos que cumplen este criterio rechazan de llamarse árabes en base a que no tienen ancestros árabes. Por ejemplo, los egipcios prefieren definirse propiamente como egipcios, y no árabes.

 
3. Criterioe geopolñitico: en el contexto del moderno nacionalismo, cualquier ciudadano de cualquier Estado donde el árabe es el iodioma oficial o uno de los idiomas oficiales, o que simplemente forma parte de la Liga Árabe (con lo cual el árabe es idioma oficial de ese país, aunque no lo hable la mayoría de la población). Esta definición también incluiría más de 300 millones de personas, pero es la más contestada y la más simplista de las tres. Es un criterio que excluye toda diáspora árabe fuera del mundo árabe y en cambio incluye no sólo los que se consideran árabes sino también poblaciones arabizadas que no se consideran árabes ellas mismas, como la mayoría de libaneses y de egipcios, tanto cristianos como musulmanes, y también minorías étnicas no arabizadas que han conservado sus propias lenguas, distintas del árabe, como los bereberes de Marruecos y de Argelia, los kurdos de Irak o los somalís, mayoritariamente en Somalia, un país no árabe y sin embargo miembro de la Liga Árabe.
 
La importancia relativa de cada uno de estos tres factores se ve de forma diversa según quien lo formule, y a menudo hay discusiones. En general, la mayoría de los que se consideran a sí mismos árabes se basan en una superposición de las definiciones geopolítica y lingüística. Poca gente acepta una definición política de quién es árabe si no se trata al mismo tiempo de hablantes de árabe.  Por ejemplo, son pocos los kurdos y los bereberes que se identifican como árabes, aunque algunos bereberes sí lo hacen. Algunas minorías religiosas de Asia occidental y del norte de África  que hablan árabe, como los cristianos de Egipto, Libia y Siria, a veces no se consideran ellos mismos árabes y, obviamente por motivos políticos, tampoco se llaman árabes los judíos orientales, originarios de los países árabes, que son de lengua y cultura árabes pero de religión judñia. La Liga Árabe estableció en su declaración fundacional, en 1946, que era árabe "una persona que habla árabe, que vive en un país de lengua árabe, que simpatiza con las aspiraciones de los pueblos de lengua árabe "(una curiosa combinación de definición lingüística y política).
 
Durante la época de la expansión del islam, los siglos VII y VIII, los árabes crearon un gran imperio gobernado sucesivamente por los Raixidun, por los Omeyas y por los Abasíes, cuyos límites tocaban Francia al oeste, China al este, el Asia Menor al norte, y Sudán al sur. Los árabes expandieron el Islam y su lengua, que es la lengua del Corán, mediante conversiones y asimilación cultural. Muchos grupos fueron conocidos como "árabes" a lo largo de este proceso de arabizaciñon, complementario de la conquista militar. Por tanto, con el tiempo, el término "árabe" se fue cargando de un significado más amplio que el de la etnia original: aparece un "árabe cultural" frente al "árabe étnico". El panarabismo proclama que los árabes comparten una misma historia, una misma cultura y una misma lengua. La consecuencia lógica de ello fue la reclamación de un Estado soberano donde quedaran agrupados todos los territorios árabes, pero el panarabismo debe competir a menudo con los  nacionalismos locales, especialmente en Líbano, Siria, Irak y Egipto. En la Edad Media, los cristianos de Italia y los cruzados en general preferían la palabra sarracenos para todos los musulmanes, sin distinción. Los cristianos de Hispania los llamaban los llamaban moro, también sin distinción de origen, incluyendo los que vivían en la Península Ibérica, aunque este término designaba originariamente a los habitantes del Magreb en la antigüedad.

 
La lengua árabe, el principal factor definitorio y unificador de los árabes, es una lengua semítica originaria de Arabia que este pueblo ha logrado expandir enormemente como primera o segunda lengua, y sobre todo como lengua litúrgica de todos los musulmanes, por Asia occidental y África del Norte. Esta expansión a través de tantos pueblos inicialmente no árabes resultó en su aculturación y, en algunos casos, dominación por parte de los árabes. La arabizaciñon, un movimiento lingüístico-cultural, ha ido ligado a menudo, pero no siempre, con la islamización, un movimiento religioso. Con la expansión del Islam en el siglo VUU después de Jesucristo, el árabe, la lengua en la que fue escrito el Corán, se convirtió en la lingua franca de toda la cuenca mediterránea. Fue en este periodo que la lengua y la cultura árabes se expandieron extensamente junto a la expansión del Islam, tanto por las conquistas como por contacto cultural. La lengua y la cultura árabes, sin embargo, tuvieron una primera expansión más reducida antes del Renacimiento islámico, desde el siglo II después de Jesucristo (o sea mucho antes que los musulmanes), por el oeste de Asia, con los árabes cristianos (las tribus gasánidas, que emigraron desde el norte de Arabia hacia el desierto de Siria y hacia la costa oriental del Mediterráneo (Palestina y Libano). Actualmente, entre un 7,1% y un 10% de los árabes son cristianos, junto con otras minorías de la zona.

Los árabes son mayoritariamente musulmanes, con una importante minoría cristiana y algunos árabes judíos. Las principales facciones de árabes musulmanes son: suníes, chiíes, ibadíes, alawitas. isamelitas o drusos. Los drusos son, con frecuencia, considerados como una religión aparte. Los árabes cristianos son seguidores, por lo general, de alguna de las iglesias de oriente: coptos, maronitas, siriacos, griegos ortodoxos o griegos católicos. Antes de la llegada del Islam, la mayoría de los árabes profesaban una religión caracterizada por el culto a numerosas deidades, entre las que se encontraban Hubal, Wadd, Al-Lat, Manat y Uzza; mientras algunas tribus se habían convertido al cristianismo o al judaísmo y unos grupos reducidos, los "hanif, habían rechazado el politeísmo en favor de un poco definido monoteísmo. Los reinos árabes cristianos más destacados fueron el gasánida (sur de Siria) y el laquemeda (sur de Iraq). Con la conversión de los reinos himyaritas (sur de Arabia) al judaísmo en las postrimerías del siglo IV después de Jesucristo, la élite del otro reino árabe destacado, los kinditas (Arabia central), se convirtió en vasalla de los primeros, convirtiéndose aparentemente al judaísmo (al menos parcialmente). Con la expansión del Islam, la mayoría de árabes se convirtieron rápidamente en musulmanes, y las tradiciones politeístas preislámicas desaparecieron. Actualmente, la mayoría de los árabes son musulmanes. Los musulmanes suníes dominan en la mayoría de los territorios árabes, y abrumadoramente en el norte de África. Los musulmanes chiíes predominan en Bahrein, el sur de Iraq y las zonas adyacentes de Arabia Saudí, el sur de Líbano, partes de Siria, el norte del Yemen, el sur de Irán y en la región de Omán llamada al-Batinah. La pequeña comunidad drusa, perteneciente a una rama poco visible del Islam, es también árabe. Las estimaciones más fiables del número de árabes cristianos indican que actualmente, los cristianos suponen el 9,2% de la población del Próximo Oriente. En Líbano alcanzan el 39% de la población, en Siria suponen entre un 10% y un 15%, en Palestina un 3,8% y en Israel, los árabes cristianos constituyen el 2,1% del total (aproximadamente un 10% de la población árabe israelí). En Egipto, constituyen el 6% de la población. La mayoría de los árabes de América del Norte, América del Sur y Australia (sobre dos tercios) son árabes cristianos, procedentes particularmente de Siria, Palestina y Líbano.
Los judíos de los países árabes (principalmente mizrahíes y yemenitas) no están considerados actualmente como árabes. El sociólogo Philip Mendes afirma que antes de las acciones anti-judías en los años 1930 y 1940, sobre todo los judíos iraquíes "se veían a sí mismos como árabes de fe judía más que como una raza o nacionalidad distinta". Antes de la aparición del término "mizrahi", el término "árabe judío" (Yehudin Arabí) en los países árabes residen en Marruecos y Túnez. Entre finales de la década de los 40 y principios de la de los 60 del siglo XX, a partir de la creación del estado de Israel, la mayoría de esos judíos abandonaron o fueron expulsados de sus países de nacimiento y se encuentran actualmente concentrados en Israel. Algunos emigraron también a Francia (donde forman la mayor comunidad judía, siendo superior al número del resto de judíos europeos), Alemania y otros pocos a los Estados Unidos (véase el éxodo judaísta desde las tierras árabes).
 
Antes de entrar ya de lleno en el estudio de la Literatura Árabe antes de Mahoma (el cual ya está muerto y bien muerto desde hace muchos siglos), es necesario decir lo siguiente: los musulmanes, con su Corán que ellos dicen que "predica el amor entre los hombres" lo que quieren y ansían es dominar el Mundo entero para imponer su religión (y mirad bien que no digo sus creencias pacíficas como ellos hipócritamente dicen sino religión y además religiñon extremista, dura, implacable) y para ello, con su Corán en la mano (que habla de "guerra santa a los infieles" como si las guerras fuesen santas cuando consisten en matar a otros seres humanos que piensan de forma diferente) y no se detienen a la hora de imponerse por métodos violentos llegando a no tener ninguna clase de remordimientos a la hora, incluso, de cometer toda clase de terrorismo. En cuanto a los hombres viven dominados por sus autoridades religiosas (extremistas del todo) y sobre las mujeres musulmanas ya es de todos y todas conocdio que no sólo están sometidas sino que están esclavizadas por los hombres. 
 
Pasemo ya al tema central de este Ensayo. Según Wikipedia: La literatura árabe (en árabe Al-Adab Al-Arabi) es el conjunto de textos literarios escritos en lengua árabe; no es habitual, por tanto, incluir las obras que están escritas usando el alfabeto árabe pero no el idioma, como es el caso de la literatura persa  y de la literatura en lengua urdu. La palabra árabe usada para literatura es adab, que deriva de una palabra que significa "invitar a alguien a comer" y que implica matices de cortesía, cultura y enriquecimiento personal. La literatura árabe emergió en el siglo VI después de Jesucrist, conservándose de fechas anteriores solo algunos fragmentos.

Literatura preislámica.-  El periodo anterior a la escritura del Corán y al auge del islam es conocido entre los musulmanes como Jayliyyah, o perídodo de la ignorancia según, claro está, dicen los musumes. Lo cual no es cierto en ningún sentido social ni literario. Aun cuando el término se refiere, especialmente, a la ignorancia religiosa, remite también a la escasa literatura escrita durante dicha etapa, aunque no a la literatura de tradición oral, la cual fue considerable; así, cuentos como el de Simbad y el de Antar bin Shaddad fueron, probablemente, frecuentes en el medio oral y fueron registrados por escrito más tarde.
Las décadas finales del siglo VI, sin embargo, empezarían a mostrar el florecimiento de una tradición escrita vigorosa. Esta tradición se compilaría dos siglos después en las colecciones tituladas Mu'allaqat y Mufadddaliyat. Estas recopilaciones, no obstante, ofrecen una panorámica parcial de esa tradición, por cuanto están configuradas como antologías, preservando solo los mejores poemas, que, en muchas ocasiones, son fragmentos de poemas más extensos.
 
Leo, en un texto de Internet, lo siguiente: Los árabes, antes de Mahoma, estaban diseminados sin formar pueblos fijos y estables, por efecto de la situación física del país. A excepción de algunos pocos que habían fundado ciudades a orillas del mar y se dedicaban al comercio, todos vivían en tribus errantes en el desierto, manteniéndose con el producto de los ganados. Por eso estaba limitada su educación en los primeros tiempos al ejercicio de los sentidos, al manejo de las armas, a cuanto podía habituarlos a todo género de privaciones, y a interesarles por su nación y por su tribu. Después de los trabajos y ejercicios del día, los ancianos, recostados delante de las tiendas, referían a los jóvenes, durante la velada, los hechos ilustres de sus abuelos, e inflamaban los corazones en amor a la patria por medio de himnos patrióticos. De este modo se educaban los niños en el seno de la familia, y no había necesidad de establecimientos públicos de educación y enseñanza; pero la ciencia de los árabes estaba en su infancia: sus conocimientos acerca de los astros, no merecían sino el nombre de astrología; su historia consistía en genealogías; su medicina no tenia carácter científico y otro tanto puede decirse de los demás ramos del saber.
 
Yo no estoy de acuerdo en esto si se refieren a la Literatura y, hace años, trabajando como profesor de Literatura Universal conseguí recopilar una gran cantidad de materiales escritos que hablan de una grande colección de poesñia y de cuentos anted que Mahoma y sus lacayos arruinasen su desarrollo y su proyección hacia el futuro. Era una poesía m,uy brillante y eran unos cuentos muy imaginativos y mágicos (lo cual, al parecer, no le gustó nada a Mahoma y sus lacayos porque quisieron acabar con todo ello y que no quedase ni el más mínimo recuerdo de la existencia de estos poetas y cuentacuentos). 
 
Lean el siguiente texto de Vasiliev a ver si, entre líneas, pueden ustedes sacar conclusiones de que hubo una gran cultura árabe anterior a Mahoma y que Mahome se ocupó en cortarla de raíz y querer aniquilarla: Mucho antes de la era cristiana, los árabes, pueblo de origen semítico, ocuparon la península arábiga y el desierto de Siria, continuación geográfica de la península al norte y que se extiende hasta el Éufrates. La península arábiga, equivalente poco más o menos a la cuarta parte de Europa, está bordeada por el golfo Pérsico al este, el océano Índico al sur y el mar Rojo al oeste, mientras al norte penetra, casi sin transición, en el desierto sirio. Las provincias más conocidas de la península eran: el Nedj, en la meseta central; el Yemen o Arabia Feliz, al sur de la península; el Hedyaz, faja estrecha a lo largo del mar Rojo, que se extendía del Yemen al norte de la península. Este árido país no era habitable en todas sus partes. Los árabes, pueblo nómada, moraban especialmente en el norte y centro de Arabia. Los beduinos se consideraban los representantes más puros y auténticos de la raza árabe y únicos poseedores de dignidad y de valores personales. A más de los beduinos nómadas había algunos sedentarios, establecidos en un corto número de ciudades y aldeas y a quienes los beduinos, errantes, trataban con arrogancia cuando no con indiferencia.
El Imperio romano había necesariamente de entrar en conflicto con las tribus árabes de la frontera oriental siria, y se vio forzado a tomar medidas para proteger territorio ocupado por sus enemigos. Con esta intención los emperadores romanos mandaron construir una serie de fortificaciones fronterizas, el llamado limes sirio, análogo, en menor escala por supuesto, al famoso limes romanus de la frontera danubiana, que se elevó con miras a la defensa del Imperio contra las invasiones germánicas. Algunas ruinas de las principales fortificaciones romanas de la frontera siria subsisten aún hoy.

Desde antes de Cristo comenzaron a formarse estados independientes entre los árabes de Siria. Tales estados sufrieron mucho la influencia de las civilizaciones griega y aramaica. Así se les da a veces el nombre de reinos helenísticos árabe—arameos. Entre sus ciudades, Petra se convirtió en particularmente floreciente y próspera, gracias a su ventajosa situación en el cruce de varios grandes caminos comerciales. Las magníficas ruinas de esta ciudad atraen hoy aun la atención de los historiadores y arqueólogos contemporáneos.
Desde el punto de vista de la civilización y desde el político, el más importante de todos los reinos árabe—sirios de la época del Imperio romano fue el de Palmira, que tuvo por soberana a la que los autores romanos y griegos llaman Zenobia. Aquella valerosa reina, mujer de cultura helenística, fundó en la segunda mitad del siglo III después de Jesucristo, un gran Estado, conquistando Egipto y la mayor parte del Asia Menor. Según Turaiev, ésa fue la primera advertencia de la reacción de Oriente y de la división del Imperio en dos partes, oriental y occidental. El emperador Aureliano restableció la unidad del Imperio y, en 273, la reina vencida hubo de seguir el carro del emperador triunfante a la entrada de éste en Roma. La rebelde Palmira fue destruida. Sus imponentes ruinas atraen tanto como las de Petra a los sabios y turistas contemporáneos. El famoso monumento epigráfico de Palmira, la “carta” palmiriana, grabada en una piedra enorme y que contiene preciosos informes sobre el comercio y hacienda de la ciudad, ha sido transportada a Rusia y se halla ahora en el Ermitage de Leningrado.

Dos dinastías árabes habían desempeñado ya cierto papel en el transcurso del período bizantino. La primera, la de los gasánidas de Siria, de tendencias monofisitas, vasalla de los emperadores bizantinos en algún modo, hízose muy poderosa en el siglo VI, bajo Justiniano, al convertirse en auxiliar del Imperio bizantino en las empresas orientales de éste. Tal dinastía cesó probablemente de existir a principios del siglo VII, cuando los persas conquistaron Siria y Palestina. La segunda dinastía árabe, la de los lajmitas, tuvo por centro la ciudad de Hira, junto al Éufrates. Por sus relaciones de vasallaje con los persas sasánidas, era hostil a los gasánidas. Dejó de existir también a principios del siglo VII.

El cristianismo, bajo su forma nestoriana, tuvo en Hira un grupo de adeptos, siendo reconocido incluso por algunos miembros de la dinastía lajmita. Ambas dinastías hubieron de defender las fronteras de su reino: los gasánidas junto a Bizancio; los Lajmitas junto a Persia. Habiendo al parecer dejado de existir ambos estados vasallos en el siglo VII, cuando comenzó la expansión del Islam no había una sola organización política digna del nombre de Estado en los límites de la península arábiga y del reino de Siria. Por otra parte existía en el Yemen, como vimos ya, un reino de sabeos himiarítas (homeritas), fundado a fines del siglo II antes d.C.; pero hacia 570 el Yemen fue conquistado por los persas.

Antes de la época de Mahoma, los antiguos árabes estaban organizados en tribus. Lo único que engendraba entre ellos comunidad de intereses eran los lazos de sangre, y tal comunidad se manifestaba casi exclusivamente por la aplicación de principios coercitivos y caballerescos, como ayuda, protección o venganza sobre los enemigos cuando la tribu padecía algún insulto. La más ínfima circunstancia podía originar una lucha larga y sangrienta entre tribus. Se hallan alusiones a esos antiguos tiempos y costumbres en la vieja poesía árabe, así como en la tradición prosaica. La animosidad y la arrogancia presidían las recíprocas relaciones de las diferentes tribus de la Arabia preislámica.

Los conceptos religiosos de los árabes de entonces eran muy primitivos. Las tribus tenían dioses propios y objetos sagrados, como piedras, árboles, fuentes... Mediante ellos trataban de presagiar el futuro. En ciertas regiones de Arabia predominaba el culto de los astros. Según Goldziher, los árabes antiguos, en su experiencia religiosa, apenas superaban el fetichismo. Creían en la existencia de fuerzas amigas y, con más frecuencia, enemigas, a las que llamaban dinns o demonios. Su concepto de un poder superior invisible, el de Alá, adolecía de gran imprecisión. Probablemente desconocían la plegaria como forma de culto y cuando se dirigían a la divinidad su invocación, era de ordinario una petición de ayuda con miras a una venganza motivada por alguna injusticia u ofensa padecida. Goldziher afirma que “los poemas preislámicos que nos han llegado no contienen alusión alguna a un impulso hacia lo divino, ni siquiera en las almas más sublimes, y no nos dan sino muy pobres indicaciones sobre su actitud ante las tradiciones religiosas de su pueblo”.

La vida nómada de los beduinos era naturalmente desfavorable al desenvolvimiento de lugares fijos consagrados a un culto religioso, aunque fuese en una forma primitiva. Pero al lado de los beduinos estaban los habitantes sedentarios de las ciudades y aldeas nacidas y desarrolladas junto a los caminos de tráfico, sobre todo a lo largo de las rutas caravaneras que iban de sur a norte, es decir, del Yemen a Palestina, Siria y la península del Sinaí. La más rica de las ciudades que bordeaban este camino era La Meca (Maceraba, en los antiguos escritos), famosa ya mucho antes de Mahoma. Seguíala en importancia Yathrib, la futura Medina, harto más al norte. Aquellas ciudades constituían excelentes etapas para las caravanas mercantiles que iban de norte a sur y viceversa. Había muchos judíos entre los mercaderes de La Meca y Yathrib, así como entre los habitantes de otras zonas de la península, cual el Yemen y el Hedyaz septentrional. Desde las provincias romano—bizantinas de Palestina y Siria, al norte, y desde Abisinia, al sur, acudían a la península numerosos cristianos. La Meca se convirtió en el principal centro de contacto de la desigual población de la península. Desde época muy remota poseía la ciudad un santuario, la Kaaba (el Cubo) cuyo carácter original no era específicamente árabe. Consistía en una construcción de piedra, de 35 pies de altura, que encerraba el principal objeto de culto, la piedra negra. La tradición declaraba que aquella piedra era un don del cielo y asociaba la elevación del santuario al nombre de Abraham. Gracias a su ventajosa situación, La Meca era visitada por mercaderes de todas las tribus árabes. Ciertas leyendas afirman que, para atraer más visitantes a la población, se habían colocado en el interior de la Kaaba ídolos de diversas tribus, a fin de que los miembros de cada tribu pudiesen adorar su divinidad favorita durante su estancia en La Meca. El número de peregrinos aumentaba constantemente, siendo en especial considerable durante el período sacro de la Tregua de Dios, práctica que garantizaba más o menos la inviolabilidad territorial de las tribus que enviaban representantes a La Meca. La época de las fiestas religiosas coincidía con la feria grande de La Meca, feria en que los mercaderes árabes y extranjeros efectuaban sus transacciones comerciales, las cuales dejaban a la ciudad enormes provechos. La ciudad enriquecióse muy de prisa. Hacia el siglo V d.C. empezó a dominar en La Meca la poderosa tribu de los Koraichitas. Los intereses materiales de los ávidos moradores de La Meca no se descuidaban y a menudo las colectas sagradas utilizábanse por ellos para satisfacción de sus intereses egoístas. Según Goldziher, “con la dominación de la nobleza, encargada de cumplir las ceremonias tradicionales, la ciudad tomó un carácter materialista, arrogante y plutocrático. No cabía encontrar allí profundas satisfacciones religiosas”.

Bajo la influencia del judaísmo y del cristianismo, que los árabes tuvieron múltiples ocasiones de conocer en La Meca, aparecieron, incluso antes de Mahoma, algunos individuos realmente inspirados por ideales religiosos muy diversos del árido ritual de las viejas costumbres idolátricas. Los conceptos de aquellos modestos apóstoles aislados se distinguían por su aspiración hacia el monoteísmo y su aceptación de una vida ascética. Pero todos se contentaron con su experiencia propia, sin influir ni convertir a quienes les rodeaban.
 
Si se han fijado bien, hubo momenttos de esplendores culturales de los árabes anteriores a Mahoma, hubo poeta, cuentacuentoas y leyendas. Esto es lo mismo que siempre ha ocurrido en todas las literaturas universales en sus inicios y, si Mahoma no se hubiese interpuesto con su arrogancia, prepotencia y despotismo, hoy estaríamos hablando de una Literatura Árabe no islámica ni musulmana de tanto desarrollo como cualqueir otra Literatura que se dejó desarrollar con toda naturalidad. Pero la religión musulmana del islam no lo permitió por culpa de sus intransigencias religosas y sus persecuciones políticas de carácter de sumisión y esclavitud de los que no querían saber nada de Mahoma y su extremista religiosidad que cercenó de raiz toda aquella Literatura Árabe preislámica que comenzaba a florecer.  Asi que, si estudiamos a fondo los orígenes de la Literatura Árabe podemos descubrir que mucho tiempo antes de Mahoma la Arabia tenia un lenguaje formado, y habia producido poetas de alguna distinción.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Palabras Clave: Comunicacin Divulgacion Reportaje Sociedad Historia Conocimiento Realidad Verdad.

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Sociedad



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