La pequeña Elizabeth
Publicado en Apr 14, 2013
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¡Pequeña Elizabeth!, le grita su madre, salgo a ver a mi nieta por favor mantén tu rostro con forma para cuando regrese.
La pequeña niña se tapa los oídos con las manos, mientras piensa y piensa, y casi quiere gritar:
-          ¡Cállate mamá!
Se levanta de su cama como a quien liberan de una prisión, no nota nada extraño en su habitación, ni los atrofiados dibujos que con crayón se expanden por las paredes, ni las rasgadas cortinas que inútilmente cubren al lugar del la agobiante luz, ni los pavorosos objetos rudimentarios de tortura que se esparcen como decoración. No quiere notar nada, pasa sin sentirlo a través de la puerta, sus pies cubiertos por los más finos zapatos de charol crean un continuo golpeteo al chocar con el parquet que recubre todo el pasillo, parece que sabe de memoria lo que tiene que hacer, incluso parece que ya lo ha hecho miles de veces antes, delicadamente abre la puerta de una habitación a mitad del pasillo, entra como queriendo no ser vista, pero nadie la puede ver, nadie está en la habitación. Es grande, silenciosa, con un aire un poco enclaustrado, la decoración parece elegante, sin embargo, las continuas líneas de rasguños en paredes y pisos, terminan por darle un aire frívolo.
 
La pequeña Elizabeth levanta la vista, y observa con brillantes ojos la cama que se postra en el fondo de la habitación, retrocede un par de pasos y corre con todas sus fuerzas en dirección a la cama, da un pequeño salto y cae sobre el suave colchón, en el acto esbozo un sonrisa, que el frio del cuarto se encargo de borrar.  
 
Estuvo durante varios minutos revolcándose entre las cobijas, sintiendo como rosaban su cuerpo, por fin en un momento se detiene, ve fijamente el buró al lado de la cama, y saca de ahí unas tijeras afiladas, las toma con escalofriante familiaridad, después, sale de la habitación.
 
De nuevo recorre el pasillo irrumpiendo el silencio con su golpeteo de pies, es aquí cuando nota que aun esta en el segundo piso, baja con delicadeza la escalinata con las tijeras en su mano, la casa está sola para ella, ni las cinco criadas, ni los tres choferes, ni los dos jardineras, ni el resto de la servidumbre está en la casa, deberían hacer su rutina diaria, deberían estar frente a ella saludándola con majestuosidad, deberían hacer sentirla diez años más grande de lo que es. Pero no hay nadie, y la pequeña Elizabeth no lo nota, baja los 25 escalones y se detiene frente a una alfombra rojiza, siempre odió esa alfombra, se sienta a un lado de la alfombre, cruza las piernas y comienza a destrozarla con las tijeras, en el acto va formando figurillas con la tela, un árbol, un par de pajaritos, un casa, animales de todo tipo, un cirulos y otras figuras geométricas, pero al formar con el ultimo trozo de tela un corazón lo toma entre sus manos, se levanta y corre hacia la puerta gritando:
-          ¡Mira mamá!
 
Quiere abrir la puerta pero está cerrada, corre con el trozo de tela hacia la puerta trasera en la cocina pero también esta cerrada, las ventanas son demasiado altas para que ella las alcance, y es ahora que nota que está sola, en la inmensa casa, entre trozos de tela, entre rasguños y tijeras, entre horribles aparatos, entre su caminar y sus ideas.
Observa detenidamente el corazón, toma las tijeras y lo rompe en más trozos sin forma, después, con la punta de estas, marca sobre su piel más corazones, disfrutando como la sangre brota.
 Muere desangrada, o tal vez sólo tal vez muere imaginando.
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Foto del autor Elisa
Textos Publicados: 2
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Descripción

Palabras Clave: soledad transtorno niña pequeña

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



Comentarios (8)add comment
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GLORIA MONSALVE

un saludo elisa
nos comaprtes una historia abierta en la que apesar de lo que narras hay trasfondos que se pueden leer claramente... mensajes que pensar e intensionalidades por descubrir
grato leerte
un abrazo de amistad
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May 01, 2013
 

Elisa

Que bien que te guste.. gracias por el comentario
Saludos
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July 01, 2013

Aete

me gusta como escribes, la frontera de la locura se deshace en las palabras
saludos
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April 30, 2013
 

Elisa

Gracias Aete que bien que te guste...
Saludos
Responder
April 30, 2013

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

De pequeña........, Elizabeth, ya no tiene nada. Buen relato que muestra el camino de esta niña que termina eliminándose con las tijeras. ¡¡Pobre madre con esa niña!!. Esa alfombra roja guarda el secreto que no está develado en el relato
Felicitaciones Elisa
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April 16, 2013
 

Elisa

Tienes razon de pequeña ya no tiene nada, justamente por eso elegí el titulo, me parecio el perfecto contraste de lo tierno con lo espantozo y traumante... tengo una mala costumbre de dejan mis escritos muy abiertos a la imaginacion de quien los lee por eso no he pensado en el verdadero significado de la alfombra...
Gracias por el comentario... Saludos
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April 17, 2013

Juan Pablo Pites

bastante fea la historia, al principio parece linda pero es bastante terrible
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April 14, 2013
 

Elisa

Casi lamento que mi historia haya causado ese pensamiento en ti...
pero es la manera en la que escribo, la mayoria de mis escritos te dejan son una sensacion atormentadora y de verdad que no lo hago intencionalmente... por supuesto que no he querido representar una posible situacion real... todo lo contrario, lo que yo busco es plantear el peor de los ecenarios, por supesto que ese tipo de comportamientos no van acorde con una niña y justamento por eso la elegi....
basicamente logre mi cometido crear una sensacion horrible en quien la lee por eso casi lamento que te haya causado eso
Responder
April 17, 2013

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