4-El Día Internacional de la Mujer de mi vida
Publicado en Aug 24, 2009
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Estrené mis nuevos ojos huecos con aquel recuerdo que me desgarraba; aquel de cuando me topé con Ella, chocando de frente como a ciento veinte, con el esplendor de su imperiosa beldad, para sucumbir, y descubrir así, que sí había un Dios y que era una chica ucraniana que, por avatares de la Historia, había nacido en Apóstoles. Isabel en la escalera, sin quererlo ni saberlo, me mostró a mí, escéptico y diestro por aquellos días en los que creía que los hombres verdaderos no lloraban ni bailaban, que existía una quimera capaz de dejarme estupefacto en la pampa, la vía y sin aliento, un 8 de marzo caluroso, digno de tererés, declarado ahí mismo según mi propia UNESCO Día Internacional de la Mujer de Mi Vida mientras iba, con sobre de jugo en mano a tomar un tereré en lo de su vecina, mi pobre novia Tania. De sólo verla, estuve a punto de soltar una lágrima lánguida de alegría. Porque regresaba, así, mi lado izquierdo revivido en la belleza de los poetas; regresaba así aquella misma sublime conmoción, aquella misma tontería de las primeras mañanas, la que nos ruboriza con un colibrí aleteándonos bajo el esternón; volvía, así, mi costado miope de los sueños, volvía así a la ilusión de aquellos días de albor en los que Josefina, además de mi mejor amor, era mi mejor amiga. Porque Ella, con su sola presencia, era tan capaz de hacerme sentir que ese fluir no haciendo pie, en el que me hundía en placentas, en colchones de rosas, era la real atmósfera de un mundo sensacional de colores, de aromas a navidades y de recreos bajo el sol. Cuando Ella tomaba mi mano, respirar era suspirar harina y cuando Ella estaba a mi lado, la sangre pesaba para que yo levitara con las agujas del tacómetro del corazón marcando el rojo peligro de explosión. Isabel me miró con ojos que lo sabían todo acerca de mis paraísos infantiles perdidos y de sus tontísimas taquicardias; me saludó sonriéndome con ojos encendidos, lanzando centellas. Es que las mujeres "siempre lo saben todo", inteligentes por pura intuición no necesitan ser racionales... y además... ¡la cara de idiota que habré puesto!, cara de amor-idiocia con moño de regalo y todo...  cara de ganas de enamorarme de ella... Hubo un diálogo interno entre el Diestro y el Siniestro:
-...por dios, qué hermosa.
-¡ojo los escalones!...
Con aquel aullido a una luna invisible, voló por los aires mi armadura. Rodé escalones abajo. Si, ríete de mi estupidez, maldito voyeur de estas páginas. Lo cierto es que hubo un cambio de paradigma y un vuelco en mi talante; hubo un estruendo tal que plegué mi estandarte para hacer un torniquete, abrí el paraguas, ahí nomás fracturado llegué y con lastimeros balbuceos dejé a Tania, dando por terminado nuestro noviazgo, huyendo con las excusas escuetas y cínicas con las que siempre abandonamos a una mujer.
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Foto del autor inocencio rex
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Descripción

fragmento de genoma y feromonas

Palabras Clave: escaleras torniquete suspirar harina mujer

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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Delfy

hola Inocencio.... creo que aqui se muestra una fase muy interesante, aqui la honestidad y piedad hacen una fugaz pero importante aparicion, a mi forma de ver la deslumbrante chica atrae por completo al protagonista y este se siente tan ilusionado que toma la desicion de alejarse de su novia de años... hasta este punto me parece... Muy honesto.... cuando otra persona entra al jego es mejor no hacer daño a ninguna de las partes... y alli aparece la Piedad... si asi como este es todo el libro no dudo que sera Muy interesante....
Felicidades
Delfy
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August 24, 2009
 

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busy