De cmo sobreviv a la normalidad y otras cosas CAP V
Publicado en Apr 03, 2013
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Era increíble que Orión estuviera correspondiendo a mi beso. Dejé mi mano apoyada sobre su pecho mientras probaba sus carnosos labios; podía sentir los latidos de su corazón y era algo fantástico, además era un factor que me decía que eso era real, que no era un sueño. Al sentir que el aire nos faltaba, despegamos nuestros labios. Él de por sí tenía su piel rojiza; pero yo que era algo más blanca me había puesto roja como un tomate y ni sabía qué decir. Me miró y me dijo: "¿Desde cuándo?", lo miré avergonzada, "Desde Octubre, el cumpleaños de Ulises" susurré. "Qué curiosidad, yo también" me respondió; créanme que mi corazón estuvo a punto de salirse por mi boca. En cambio él estaba tan tranquilo; ni sabía cómo lo hacía... cómo se mantenía siempre tan calmo. En ese momento llegó el bus, subimos, pagamos y nos sentamos en un asiento de dos; suceso que se daba casi una vez al año en mi ciudad, pues los medios de transporte solían estar repletos hasta la coronilla y eras afortunado si tenías aire propio para respirar... Me atreví a abrazarlo y él me respondió apoyando su cabeza sobre mi hombro, mostrando cansancio. No hacían falta las palabras; sinceramente con ese momento yo ya estaba en el cielo. Era un chico (bueno con 19 años no tan chico) muy tierno... el aura misteriosa que mantenía me dejaba intrigada a querer saber más de su vida; y además tenía tanta sabiduría pero a la vez un corazón tan noble, que me hacía querer llegar a él. Estando sólo a unas cuadras para bajarse (pues yo vivía unas cuadras después de él), me miró y preguntó "¿Te veo mañana?"; lo miré confundida. "Pero si mañana Amaia debe llevar a su bebé al médico para un chequeo de rutina y Ulises averiguará para inscribirse en Psicología en la Uni. Yo puedo, pero ellos no"; "Con que puedas me basta, es lo que pretendo" contestó con elegancia y me regaló una leve sonrisa. Joder era una cita... Aún dudaba estar en la realidad y no en un sueño. "Sí, está bien. Mándame un mensaje de texto cuando estés listo y pasaré por tu casa ¿Vale?"; "Vale" aceptó; me dio un beso en la mejilla, se bajó del bus y antes de comenzar a caminar de regreso a su casa, me saludó con su mano. Llegué a eso de las siete de la tarde y mamá ya estaba preparando la cena; solíamos cenar muy temprano y jamás entendí la razón, ya que un momento después el hambre me volvía a aparecer... Debo confesar que siempre fui una chica de muy buen comer, y mi figura delataba aquello, pero había que mantener el metro setenta y seis que mido. De padres altos no se esperaba otra cosa que yo también fuera de ese porte. Papá decía que en nada me parecía a él, pero yo creo que sí. En cambio cada persona que nos veía a mí y a mi madre, nos confesaba lo parecidas que éramos... yo lo dudaba... mis rasgos eran distintos a los de ella, los creía más similares a los de papá; pero aún así ambas teníamos el cabello oscuro, la piel algo morena (aunque yo era más blanca) y los ojos marrones, a pesar que los míos a veces tomaban un matiz dorado. En ese entonces tenía 21 años y estudiaba Profesorado en Artes Plásticas; las opiniones ajenas de que escasas serían las oportunidades de trabajo, me sobraban... pero siempre fui de creer en mí y de creer en que uno puede vivir de lo que ama; de lo contrario se vuelve infeliz. Al terminar de cenar, levanté la mesa y me fui a mi habitación; conecté mi Blackberry al wifi e inicié sesión en el messenger. Mis más cercanos tres amigos (contando a Orión aún como amigo y no aún algo más) eran los únicos conectados a excepción de Yelitza, que también lo estaba, pero a ella casi nunca le hablaba y ni sabía por qué aún la tenía entre mis contactos.  Cuando me puse mi pijama sentía la notificación de que alguien me hablaba, era Amaia. "Cuéntame lo que pasó", pedía ansiosa. El psiquismo y la videncia a veces arruinaban las sorpresas y me impedían mantener el suspenso entre mis amigos. "Bueno, luego de que te fuiste nos quedamos unos minutos más hasta que Ulises se tuvo que ir a su casa (sí, sospecho que tuviste algo que ver con eso... pero te lo agradezco jajaja) así que Orión y yo caminamos hasta la parada; perdimos el bus y nos quedamos hablano", escribí. "Bueno pero además de eso... Ay El, vamos... cuenta... lo veo en tu aura; algo más pasó... estás más feliz que un ratón en una fábrica de queso". "Dudo que lo ratones sientan felicidad" contesté riendo. "Hmmm me parece que te contagiaste de Orionitis; aja... ¿Lo besaste o algo así para poder contraer esa enfermedad? ;)", me preguntó. A veces ni sabía para qué le hablaba si ella con solo intentarlo, ya podía saberlo todo. "Bueno, sí. Nos besamos y me dijo que al igual que yo, siente cosas desde el cumpleaños de Ulises. Ya me puedo morir tranquila, no me queda nada pendiente." Escribí bromeando. "Pff, si tan solo te ejercitaras un poco más, lo hubieras visto tú también; aunque déjame decirte que era demasiado obvio... Bueno ¿Te dijo algo más?". "Sí, mañana saldremos. Realmente aún no caigo en la realidad... sigo en las nubes. Bueno Amy; prometo contarte ¿Sí?, en este momento muero de sueño". "Vale Ell, hablamos luego; adiós. Te quiero", respondió y luego de corresponderle el saludo cerré sesión; bajé al baño, me cepillé mis dientes, volví a mi habitación y al acostarme en la cama caí dormida de inmediato. Sabía que me esperaría un día especial sin duda alguna.
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Foto del autor Mara
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Descripción

Esta es la historia de Electra, una joven que intenta sobrevivir en un mundo normal, siendo una bruja elemental en potencia, apenas consciente de lo que es capaz de hacer con sus habilidades.

Palabras Clave: Amor Mdium dones aventura bruja espiritualidad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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