Demonios
Publicado en Mar 31, 2013
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El farol seguía iluminando el olvidado muelle de Valparaíso, donde  los mañaneros se acercaban a pescar, para olvidar recuerdos nocturnos. Bestias y demonios provenían de lo más profundo del infierno, sombras formando cuerpos toscos y con dificultad al caminar se dirigían a la orilla del endemoniado muelle para esfumarse en la oscuridad. Rostros deformes, cuerpos sin piel, mientras que sus ojos negros observaban a los lejos las calles desoladas. Sedientos de cuerpos vírgenes, cuerpos esbeltos les producían excitación al extremo.
Sus cuerpos torturados, marcas de la cruz en sus espaldas deformes, otros sucumbían ante las plegarias en sus cerebros agrietados por donde se deslizaba el mismo fuego del infierno.
Plegarias tras plegarias caían de la oscuridad, fragmentos de la biblia sobre sus cuerpos calientes y esqueléticos. Corrían arrastrando los delgados brazos, mientras sus garras rasgaban las tablas putrefactas del muelle. Gritos de sufrimiento se deslizaban por las nocturnas calles porteñas. La sociedad arrinconada en el miedo, que expulsaba la necesidad de ser salvados por cada poro de sus cuerpos.
Caminantes nocturnos, dueños de las pesadillas y pensamientos vírgenes de su presencia extraña y discriminada. Se tomaban los callejones arrastrándose entre la basura humana, olfateaban con el fin de encontrar momentos que los guiara hacia algo o alguien. Sentían tanto una atracción asesina como sexual hacia los mortales inmersos en su felicidad a base de farsas y un conformismo que los caracterizaba.
Desaparecían gritando y sufriendo como si estuvieran siendo torturados por el mismo sacerdote que los condeno a ser extranjeros en el mundo terrenal, plagado de mortales desconcertados  por el mismo sistema que los ve crecer, envejecer y morir.
Demonios rasgando sus cuerpos amorfos, sangre, río de ratones, sangre espesa y amarga como su misma presencia.
Las horas los convirtió en desesperados incurables. Cuerpos mortales no tocados que creían que deseaban ser tocados, por las manos ardientes creadoras del pecado no purificado y no aceptado por sacerdotes ignorantes de la creación de demonios como carroñeros despellejados de la noche.
Creaciones creadas por un solo poderoso cazador de errores humanos y pecados sin perdón. 
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Foto del autor Sebastian Sick Pereira
Textos Publicados: 15
Miembro desde: Mar 13, 2013
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Descripción

Palabras Clave: demonios sangre miedo ciudad desolacin desesperacin carroeros cuerpos muelle farol

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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