siempre
Publicado en Mar 25, 2013
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Prologo
Estaba tan feliz que de algún modo tenía que expresarlo así que empecé a escribir en mi diario.
Esta noche volveré a verlo, estaré con el por un largo rato, conociéndolo me tendrá entre sus brazos a cada momento, acariciara mi pie lentamente y en un suspiro repetirá te amo dulcinea, y te amare siempre. En esos momentos yo no sabré que contestarle solo podre sonreír y mi inmensa felicidad me hará enrojecerme, por los nervios, quizá también me debilite tanto como para temblar.
Aun no puedo creer que me tenga así sinceramente estoy loca por él, el me ha cambiado tanto, el ha transformado mi vida por completo, el es muy importante en mi vida, se podría decir que lo necesito para vivir.
No sé ni siquiera como es que el ha logrado entrar en mi vida, apoderarse de mi mente y dominar mi corazón yo solo sé que lo amo como nunca antes he amado a alguien en el mundo, que con el experimento sensaciones, emociones que no puedo expresar porque son tan mágicas que no tienen explicación.
También sé que mi vida ahora se divide en dos partes: la primera antes de él; y la segunda durante y el.
No tengo ni la mínima idea de cómo logre vivir sin él durante tanto tiempo, fueron 16 años de mediocre felicidad, para ahora como si fuera una saeta atravesando mi corazón ser completamente feliz y todo gracias a un solo ser, el amor de mi vida.
En ese momento me detuve un instante para volverme y leer todo lo que había escrito, no podía creerlo, era casi un frenesí, realmente jamás me había considerado cursi pero esto lo evidenciaba y todo
gracias a él, ese chico del que no podía dejar de hablar, porque solo en el podía pensar.
Llevaba tanto hablando de él, pero nunca les dije quien era, su nombre era Antonio llevaba más de tres años de conocerlo pero solo 2 años desde haber iniciado una relación con el, todo ese tiempo para mi realmente había sido mágico, casi nadie podía creer nuestra relación, era como ninguna otra, simplemente era especial.
Ah!, por cierto yo soy Soledad tengo 18 años y como se darán cuenta soy completamente feliz.
 
Un Encuentro Normal
Después de escribir en mi diario mi emoción por verlo otra vez, desperté del sueño y volví a la realidad arregle y mi cama y me dirigí a la cocina en donde se encontraba mi madrastra Carolina, ya habían pasado 9 años de que se caso con mi padre y ella y sus hijos Victoria y Raúl se vinieron a vivir aquí, ella es muy linda, jamás me ha causado problema, ni ha sido mala con migo pero siempre ha tenido indiferencia en la forma en que trata a sus hijos y a mí. Por ejemplo en este momento deben de seguir tranquilamente dormidos, mientras yo debo levantarme temprano para ayudarle a Carolina con los deberes de la casa.
En realidad no me molestaba ayudarla todo lo contrario me gustaba porque así yo la sentía realmente como una madre para mi, aunque a pesar de ello me hubiera encantado saber cómo era Esmerada, mi madre, cuando era más pequeña mi padre me hablaba de ella, pero nunca me quiso decir porque ella no está con nosotros.
Pero bueno hay que volver al presente, lo siento lo que pasa es que soy un poco distraída. Limpiamos la casa quedo tan hermosa y
acogedora como siempre Carolina la había hecho sentir, ya estábamos por terminar cuando escuchamos que ruido en la parte de arriba, eso solo nos anunciaba una cosa Victoria y Raúl ya se habían despertado, no nos detuvimos y seguimos con lo nuestro, y al terminar nos dispusimos a preparar los alimentos para esa tarde.
Mi adorado padre venia a casa a comer a las 3:00 y los 5 juntos nos sentábamos a comer, y como una familia que habíamos comenzado a ser ya hacía tiempo conversábamos. Cada que llegaba la hora de la comida iniciaba la misma discusión entre mi padre y yo.
-Padre, por favor permíteme buscar un trabajo, no me gusta verte así, tu ya no puedes solo con la familia por favor permíteme ayudarte.
-No hija, yo tengo que poder, además como voy a permitir que tu trabajes aun eres una niña.-Y con eso concluía el argumento de mi padre.
-Padre, sabes que ya no soy una niña y que eso lo haces solo para retenerme. –Yo replicaba con algo de coraje.
-No me importa lo que digas o pienses tu hija, para mi eres mi niña y no permitiré que trabajes, de eso se encargan los hombres, ustedes las mujeres están hechas para quedarse en casa, para dar amor y no para andar trabajando.- Contestaba en tono de dictador, yo lo amo pero no soportaba su actitud machista.
Después de eso nadie hablaba durante toda la comida al finalizar como ya era costumbre Carolina y yo recogíamos la mesa y mi padre volvía a trabajar, me encantaba la manera en que Carolina y mi padre se despedían yo lavaba los trastes mientras lo hacían, se demostraban tanto que se amaban, era tan bonito. Desde que veo esta rutina es que soñaba con encontrar un amor como el de ellos…y ahora lo tenía, tenía a mi lado a Antonio de quien estaba totalmente enamorada, bueno no estaba segura de si eso era amor
y es que quien sabe la verdadera definición del amor o quien me puede decir cómo llamar a esto que siento si ni siquiera lo puedo describir.
Creo que lo repito mucho pero sé que lo que siento por Antonio es algo increíble, es mágico, es simplemente especial.
Por la tarde iba a mi habitación a leer pero cada 15 minutos me veía obligada a detenerme porque cierto pensamiento en mi mente me distraía si, lógicamente  era el paseándose otra vez por mi mente…Ahhh!, Antonio se oía mi suspirar. Después de darme cuenta de que no le había avanzado mucho a mi lectura cerraba el libro y me dirigía al espejo en el que me peinaba el cabello una y otra vez mientras pensaba en Antonio. Realmente estaba enamorada de él.
Otra cosa que no dejaba de hacer era ver e reloj, lo hacía cada 5 minutos y lo peor es que cada 5 minutos yo sabía que habían pasado solo 5 minutos pero era tanta mi impaciencia por verlo que no podía dejar de hacerlo yo solo pensaba en verlo. Justo 15 minutos antes de las seis yo salía a caminar a jardín, así me encontraba con el y podíamos caminar juntos entrelazando nuestros dedos en signo de unión.
Antonio siempre era tan puntual a penas daban las seis y estaba afuera de mi casa, el jardín era como un laberinto, aunque nos buscaran nunca nos encontrarían. Si tan solo supieran que siempre seguíamos la misma ruta al caminar por el jardín comenzábamos por los lugares cercanos a la entrada de la casa, pero poco a poco nos íbamos alejando hasta que llegábamos a la fuente, ahí nos sentábamos juntos, el me tomaba entre sus brazos, acariciaba mis mejillas y terminaba besando mis labios lentamente, era un beso que en cuestión de segundos me llevaba a volar, cuando al fin nos separábamos yo solo me podía limitar a decirle entre susurros te amo, el me abrazaba tan fuerte que yo sentía pasar el amor atreves de
 
ese cálido abrazo. Ahí nos quedábamos abrazándonos y expresándonos nuestro amor hasta que daban las nueve y Antonio debía irse pues por la mañana debía trabajar.
Hasta ese momento yo pensaba que nadie en mi casa sabía que yo no pasaba la tarde sola, sino que Antonio siempre estaba ahí, pero aun lo dudaba yo estoy segura de que en algún momento se darían cuenta de que alguien me acompañaba. Pero conociendo a mi padre se que se enfurecería mucho al saber que tengo una relación con alguien como Antonio. El era hijo de un compañero de mi padre, ellos se conocían pero mi padre jamás se imaginaria que yo tendría algo que ver con él. O tal vez no de esta manera, digo hasta donde él sabe fuimos grandes amigos, pero no sabe que fue de aquella amistad, si tan solo supiera que se convirtió en amor, estoy segura de que se pondría en su actitud de hombre machista que dice que soy su niñita, además que desde luego no me dejaría mantener una relación con un músico poeta que solo ve la vida de una manera mágica. Me dan escalofríos de solo pesar en cuál será la reacción de mi padre cuando se entere. Bueno si es que eso llega a suceder en algún momento.
Después de tanto pensar camine hasta la entrada, donde me encontré con mi padre.
-¿De dónde venias, Soledad? -  Me pregunto sorprendido
-Yo, estaba dando un paseo por el jardín. –Le conteste
-Y… ¿Qué tal tu paseo? –Me pregunto
Sé que sonara increíble después de lo que paso a la hora de la comida pero mi padre era verdaderamente el mejor cuando él se lo proponía, y nuestra relación era muy buena, claro solo cuando no se ponía en su actitud de hombre machista, como odio que se comporte así.
 
-Oh! Relajante –le conteste mientras sonreía
Me sonrió, me abrazo y entramos juntos a la casa, como cada noche lo primero que hizo al entrar fue buscar a Carolina. La saludo y después con un sacudir de mano le dijo hola a Victoria y Raúl que estaban en la biblioteca “leyendo”, bueno si así se le puede llamar a hojear un libro y leer entre líneas Victoria era realmente hueca y no es por ofender pero es que ella veía la vida tan superficial.
Bueno no debería afectarme su forma de ser, me acerque a mi padre como de costumbre para darle un beso antes de dormir, lo hacía desde que yo era una niña y si un día dejaba de hacerlo se que se ofendería como ya se los había mencionado antes, yo para el soy su dulce niñita.
Me dirigí al cuarto de baño de la segunda planta, tome una ducha y me puse mi ropa de cama para después ir a dormir, bueno intentar dormir porque sé que pensando en Antonio podría estar toda la noche hasta que el cansancio me venciera, por suerte no importaba que tan tarde me durmiera apenas e sol alumbrara con sus rayos yo me despertaba, especialmente los jueves ya que ese día salía a pasear por el pueblo y veía a Antonio tocaba el violín en el parque, lo hacía para ganar dinero, era muy humilde pero realmente honrado
Un encuentro sorpresa
A la mañana siguiente como yo acostumbraba hacer los jueves salí a caminar por el pueblo, doble en la esquina, una pintoresca calle, del siglo IXX, con casas de piedra y de colores hermosos, al finalizar, atravesé la calle para llegar al otro lado, donde se encontraba el parque, apenas ponías un pie ahí y se oían las partituras celestiales del violín de Antonio, yo realmente gozaba de escucharlo, aunque hasta ahora nunca se había dado cuenta de que yo estaba ahí
entre la multitud. Por alguna extraña razón esta mañana me dio curiosidad, ¿Qué pasaría si se diera cuenta de que estoy ahí?...así que esta vez me colocaría en la parte de enfrente.
Me sorprendió su reacción al verme, se puso muy emocionado y dejo de tocar lo que estaba tocando
-¡Esta es una canción dedicada para Soledad, mi novia que ha venido a verme hoy!
Le sonreí y sentí como me sonrojaba al escucharlo. Mientras el comenzaba a tocar DO#, SOL#, LA, SI, DO#. Yo podía reconocer cada nota pues de niña había aprendido a tocar el piano, y sabía como sonaba cada una de las notas musicales, me gusto mucho la armonía de esas notas, simplemente me encanto. La canción sonó tan hermoso que al finalizar la mayoría de las personas, por no decir que todas se acercaron al estuche de Antonio para darle una moneda, y justo antes de que el llegara hasta mi, un hombre de atuendo muy elegante y apariencia europea le llamo y se pusieron a hablar en privado.  No sé, pero a ese hombre parecía realmente haberle gustado la interpretación de Antonio y por la manera de platicar estaba pasmado con todo eso.Después de hablar con el hombre, Antonio se acerco a mi me abrazo y me beso tan lleno de alegría -¡Hoy es mi día! –dijo muy emocionado –primero tu estas aquí y luego ese hombre, estoy por comenzar a creer que lo que paso es por ti, quizá tú me das suerte cuando estas a mi lado.  Mientras sonreía y lo abrazaba vi el reloj solar que estaba en medio del parque. -Ya es tarde debo irme –Le dije muy apresurada -No, quédate con migo un poco más, no te vayas dulcinea mía –me dijo en un tono de dependencia, como si su felicidad dependiera solo de mi.    -Es tarde, debo encontrarme con Carolina –Le dije   -¡Esta bien!, pero te invito a cenar ¿si?, solo tú y yo –Me dijo -¡De acuerdo! –le dije -Pasare por ti a las 6. –Contesto entre sonrisas. Me di la media vuelta y a toda prisa comencé a caminar rumbo a mi casa cuando de pronto escuche un grito provenir de atrás de mi, era Antonio que desde lo lejos me gritaba  -¡Soledad te amo! Pedir permiso Entre muy apresurada y tal como le había dicho a Antonio me encontré con Carolina en el jardín, estaba por salir a hacer unas compras en el pueblo, nos saludamos y yo entre en la casa, todo estaba tan silencioso, que se podían escuchar los ronquidos de Victoria y Raúl. Me dispuse a mi habitación a leer un libro, mas tarde cuando Carolina llego a la casa baje para ayudarle con los deberes de la casa y especialmente para hacer la comida, ya que sería ahí donde le pediría permiso a mi padre de asistir a la cena con Antonio, claro no le diría que es con él. Me veré obligada a involucrar en esto a Remedios y Dolores mis amigas del colegio. Porque no podía decirle a mi padre que iría con Antonio mi novio un músico.Estuve leyendo un rato y escribiendo en mi diario, esa era la rutina diaria, mas tarde baje con Carolina le dije que quería pedir permiso a mi padre para algo a lo que ella contesto -Entonces hay que prepárale algo rico para acceda rápido ¿no crees?  -¡Sí! –le conteste mientras sonreía Preparamos la comida y pusimos juntas la mesa, después les llamamos a Victoria y a Raúl para que se sentaran a la mesa con nosotros a esperar a mi padre. Cuando llego lo dimos la bienvenida con una sonrisa y posteriormente nos sentamos a comer. -¿Cómo están todos? –pregunto mi querido padre -¡Bien! –se limitaron a decir Victoria y Raúl, mientras Carolina completaba la respuesta -¡Muy bien!...todo ha estado muy tranquilo –dijo sonriendo Después de eso estuvo todo muy tranquilo hasta que me anime a decirle a mi padre-Padre…me gustaría pedirle algo -le dije y me vio muy asustado –No es nada grave -continúe   -Entonces, ¿qué es lo que  quieres hija? –Me pregunto -Quiero pedirte permiso para…  -Y antes de que pudiera terminar me interrumpió casi gritando -¿Cuántas veces hija, cuantas te tengo que decir que no puedes trabajar? –Contesto tan alterado que Carolina se asusto -¡Tranquilo! –dijo ella -No padre, no es eso, no esta vez –le dije -Entonces… ¿qué es? –pregunto mucho más tranquilo -Quiero pedirte permiso para salir por la noche, con Dolores y Remedios mis amigas del colegio –Explique -Está bien hija –Contesto Le sonreí y seguimos comiendo. Al finalizar como era costumbre Carolina y yo limpiamos la mesa y después fui a mi habitación para arreglarme, estaba tan emocionada. Diez minutos antes de la 6:00 P.M. salí, me costó tanto arreglarme pero quede como toda una dulcinea, use un vestido color gris claro, largo con las mangas hasta los codos y un cuello alto, estilo de la época. La cena Como siempre Antonio fue muy puntual y llego por mí a las 6 en punto como había prometido. Fue muy raro porque aunque me tomo de la mano y beso suavemente mis labios no sentí la magia que sentía normalmente. Caminamos juntos de la mano, mientras el cada vez que podía me besaba pero solo en la mejilla, me sentí muy rara, pero por suerte pude contener las ganas de preguntarle si le pasaba algo. Llegamos a un lugar muy cerrado, había un barandal muy alto y yo no recordaba que ahí hubiera algún restaurante o algo por el estilo. El abrió aquel barandal y me cedió el paso, que sorpresa me lleve al  entrar, era increíble, era hermoso, un gran jardín muy parecido al de mi casa, una fuente hermosos pasillos adornados por rosas de todos los colores posibles y al fondo un kiosco, en el que había una mesa, dos sillas y la cena servida lista para comerse, junto estaba el violín de Antonio, música era lo único que faltaba y creo que eso lo completaría. Antonio se adelanto y abrió mi silla me pidió que me sentara y que esperara un momento y justo como lo imagine se adelanto y saco el violín de su estuche y comenzó a tocar, yo muy  Emocionada descifre cada nota que el toco MI, SI, LA, SI, DO#m, SI, LA, SI, DO#m  Era simplemente hermoso, algo que no se puede describir, simplemente con escucharlo me devolvía el alma al cuerpo.  Antonio se sentó a la mesa, justo frente a mí y me dijo es hora de cenar, cenamos juntos yo estaba pasmada, la verdad es que Antonio me hacía sentir que volaba en una nube, en ese momento yo solo podía pensar en el, en Antonio, en el que estaba casi segura seria el amor de mi vida. En ese momento yo era feliz, yo me sentía en un sueño, en un sueño hermoso y eterno hasta que de un momento a otro me obligaron a despertar, me quebré por dentro fue como lanzar una enorme piedra a una hermosa y limpia ventana de cristal, vi cada parte volando a mi alrededor, sentí que en ese momento iba a morir no pude soportar la noticia no así, no de golpe. Creo que solo pude gritar para pedir una explicación, después volví a casa totalmente cabizbaja, no podía estar de otro modo. Necesitaba hablar con alguien pero en casa no tenía la suficiente confianza como para contarles algo así, y a Remedios y Dolores la verdad es que hacía mucho que les había perdido la pista. No tenia de otra más que escribir mis risas y llantos sobre un papel, no podía más que contarle a mi más grande confidente, uno que no me aconsejaba pero siempre estaba dispuesto a saber de mi, mi   diario…mi inseparable diario, era como mi mente porque era ahí donde almacenaba los pensamientos que de mi boca no salían. La despedida Esta noche fue la peor de mi vida, honestamente no sé porque lo hizo, no sé porque se va, yo realmente lo amo, pensé que estaríamos juntos toda la vida pero al parecer el decidió que no. Que ahora todo termino simplemente se va a España a estudiar música y que hay de mí. Siento como si todo este tiempo hubiera sido para él solo un pasatiempo, un pasatiempo y nada más, a caso no le importa que muchas veces le haya dicho que moriría por él, la verdad es que eso es exagerar pero no estoy segura de sobrevivir sin él. No se que será de mi vida si el se va de mi lado, no se…me dijo que no me olvidaría que volveria por mi, que el realmente me ama pero esque no se si deba confiar en que volverá, no se además seria encadenarme toda mi vida a él, aunque realmente ya lo había echo desde el primer momento en el que le dije te amo, aun lo Recuerdo pero ahora solo lo veo como el mas hermoso de los sueños del que crei nunca iba a despertar, pero ahora podía sentir el ardor en mis ojos de la luz del día que entraba por la ventana y llegaba hasta a mi simplemente no podía dejar de llorar. Pero ahora después de tanto es que se que todo lo que viví con tigo jamás volverá, no te detendré, esta ha sido decisión tuya, de nada me servirá pedirte que te quedes solo me queda decirte adiós mi vida, mi amor te dejo marchar vibre en tus recuerdos no te olvidare y si nos volvemos a ver abrázame, que sin ti solo soy una pequeña niña frágil que no conoce el amor, porque para mí tu eres el amor, eres el amor de mi vida. Cada noche que pase te buscare en el fondo de mi corazón y recordare la melodía de tu violín y el aroma de tu piel.Y cada vez que me decidía a dejar de pensar en el venia a mí el recuerdo de cuando me preguntaste Cuánto te quería yo…te lo dije entonces y te lo diré ahora te quiero siempre mi amor.Si antes mi vida se dividía en dos partes a partir de ahora será en 3: antes de él, durante el y después de él.     Cuando reaccione pasaba de la una de la mañana, apague mi lámpara y me dirigí a mi cama a dormir entre llantos y recuerdos de lo que fue un gran amor. El adiós definitivo Esta mañana no tengo ganas de levantarme, no tengo ganas de hacer nada salvo llorara, pero no puedo derrumbarme de este modo ante mi familia así que tratare de fingir que aun soy una persona viva, con esperanzas, con deseos, con anhelos… y todo eso que Antonio esta empacando en este momento en su maleta para llevarlos consigo a España, la única pregunta volando en el aire en mi mente es si se lleva todo eso de mí, porque no me lleva a mi también consigo, porque. Me levante muy temprano como siempre, pero me quede en cama, hasta que Carolina entro en mi habitación para ver si estaba enferma o algo así, pues simplemente era raro que yo no hubiera bajado a ayudarle con los deberes de la casa. -¿Estas bien, Soledad? -No sabía que contestarle así que me limite a agitar mi cabeza de arriba abajo diciendo que si.   -¿Estas segura? -me pregunto ella –Si te pasa algo, si quieres hablar con alguien aquí estoy, se que nunca ocupare el lugar de tu madre pero si puedo ocupar el de tu amiga… ¿no crees Soledad? -Si le conteste mientras se liberaba una media sonrisa de mí. -Voy a seguir con los deberes de la casa, si necesitas algo solo háblame. –Dijo mientras desaparecía tras la puerta. Habrán pasado apenas diez minutos cuando ella volvió-Así que no tenias nada –me dijo –vamos niña abajo te buscan. -¿Quién? -pregunte algo sorprendida -Un joven, dice que se llama Antonio y que necesita verte ahora mismo – dijo Carolina -No se ira, se quedara con migo –pensé mientras baje corriendo las escaleras hasta llegara a la entrada donde estaba el. -¿Te parece que caminemos por el jardín mientras hablamos? –me cuestiono Antonio  -Esta bien -le dije Salimos juntos me abrazo, yo no sabía que sentir, seguimos la ruta de siempre y no fue sino hasta llegar a la fuente que se decidió a hablar.-Soledad te amo, te amo dulcinea como no he amado a nadie porque has sido tú quien me enseño a amar, se podría decir que fue junto a ti con quien crecí, con quien dejo de ser un niño y me convierto en hombre, y es precisamente por eso que me tengo que ir, porque quiero que cuando vuelva por ti pueda darte un buen futuro, podamos formar un familia juntos, si me voy es realmente porque te amo Soledad, simplemente tu eres todo para mí, yo sin ti no soy nadie. –El explicaba, cuando interrumpí. -Eso no es cierto, de serlo no te irías sin mí –le dije -No me voy sin ti, tu vas con migo en el corazón Soledad, tu estarás siempre aquí –dijo mientras tocaba su pecho a la altura del corazón-Soledad te quiero siempre a mi lado por eso volveré por ti. -Antonio te estaré esperando siempre, aquí estaré por ti recuerda que soy toda tuya y en el momento en el que lo desees puedes venir por mi –le dije entre lagrimas Me abrazo una vez más, esta sería la última vez antes del viaje, entonces el salió corriendo de casa igual o más destruido de cómo lo estaba yo.  ¡Mucho gusto madre! Entre a casa ahogada en llanto, simplemente no podía hacer más que llorar, solo llorar. Subía las escaleras cuando Carolina acudió a mí, toco mi hombro y yo caí entre sus brazos, aun envuelta en llanto. No podía decir nada, solo llorar, llorar con Carolina, porque con ella no sé, pero por primera vez sentí que Carolina era mi madre, por primera vez sentí como si aquella mujer que me había criado desde que tenía 9 años, era la mujer que me dio la vida, era quien había llenado el vacio y completado la historia. -¿Quieres contarme? –Ella me cuestiono –Se que te ayudara –dijo un segundo después. - Si madre –Le conteste. Salió espontaneo de mi, ni si quiera lo pensé, pero a ella pareció gustarle mi expresión, pues dejo escapar una media sonrisa. -Vamos a tu habitación, ahí podremos habla mejor –dijo mientras señalaba la escalera. -Si –conteste algo temblorosa. Fuimos a mi habitación, tal y como ella lo había sugerido y ya estando ahí me pregunto -¿Quieres empezar? –Dijo al tiempo que pasaba sus brazos sobre mis hombros. -Si quiero, pero…no se por donde comenzar –dije mientras la miraba -Te daré un consejo, inicia por el principio –me dijo fijando su mirada en mis ojos. Suspire y comencé por decirle quien era para mí Antonio, ella me pidió tantas explicaciones, cómos, porqués, dóndes, cuándos y como es que todo eso me hacia tanto daño. Conteste todas y cada una de sus preguntas, hasta llegar al final, su partida, el más amargo adiós que le daba no solo a Antonio, sino también a mis expectativas, sueños, anhelos pero muy sobre todo a mis ganas de vivir.                 

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Foto del autor Maiden Blank
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Descripción

Siempre es una novela que empece a escribir hace tiempo, a las personas que la han ledo les ha encantado, es una historia de amor y desamor, que aun no termina.

Palabras Clave: Siempre

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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