Y en la plenitud misma de mi cenit
De mi caída por piedras escabrosas
Por dolores añejos
Que bebo y bebo en la oscuridad de mí mismo
Mi hijo me llama
De regreso
De golpe
A la tierra
A las labores mundanas
A las cosas de siempre
Mi hijo me llama
 
Abriendo mis ojos a la nefasta vida
Él ríe y dice no,
No padre, mírame,
Mírate
Míranos
 
No,
Dice él,
Y  ríe
Y juega
Y vive como un ala-luz rimbombante ante el reflejo duro de los malos años
 
Él me llama
Me abraza
Y me hace ser persona
Sacándome del lodo de mis memorias
Alegremente
 
Él es mi salvación
Mi luz
Mi amor…