pulpita (frag.)
Publicado en Aug 20, 2009
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Las calles eran meros afluentes llevando mugre, bajando al río; hacía horas que el alumbrado estaba apagado y un buen rato que yo estaba en un zaguán oscuro y anónimo, esperando a que amaine, abrumado en la penumbra por todo lo que había confesado Millán y sobre todo, por haber vuelto a ver a Lorena; el malestar de mis tripas revueltas, ese asco a todo, no era nada. Debía encontrar al Polaco; quería preguntarle si, aunque sea, él sabía qué diablos había estado pasando. Tuve la intención de levantarme, terco, e ir hasta la Despensa, pero pronto sentí arcadas, ladeé la cabeza y volví a vomitar. Con la luz de los relámpagos, junté fuerzas y seguí camino a duras penas, obstinado en llegar hasta mi pieza; necesitaba echarme, aunque fuese un rato, a descansar, a ordenar todas las imágenes revueltas en el estómago. Me convencía de poder llegar a cada paso, me decía que allí, evitando las goteras en ese paraíso bajo un techo de chapas, podría cambiarme la ropa, los zapatos y los soquetes empapados, que además allí me esperaba, parco en su escondite, el .32 que tanto iría a hacerme falta en caso de encontrar al Polaco.
Pero aún me tambaleaba en la tormenta.
Mareado, recordaba haber trepado como un gato, haber caminado grácil la medianera del caserón como Nijinski; en cambio, jadeando adivinaba mi camino en aquella cruda intemperie en la que apenas podía mantener el equilibrio, y en la que resultaba una proeza trazar una linea recta, no ya en el rumbo al conventillo, sino que debía sostenerme para ayudarme a seguir por unos pocos pasos más. Así, iba de árbol a tapial. Ladraban perros. Respiraba entre arcadas. Iba desde la pared, trastabillando, hacia el alambrado.
Tuve la fatídica certeza de que jamás me iría a Brasil.
En plena calle Aguado (cuando la iba cruzando) caí de rodillas al barro, con un alarido atragantado, un calambre invencible que había petrificado mi vientre. Tomándome el abdómen con las manos entrelazadas me eché de costado, rendido y en posición fetal, con medio cuerpo sumergido en un leve torrente.
Tuve la certeza de haber sido envenenado.
Como en un sueño, noté el acercarse en silencio de soles gemelos que reflejaban y doraban la lluvia, el barrial, el agua en los charcos.

El coche se detuvo. Terminé de despertar agradeciendo a un cielo en pleno llanto. Quise clamar  auxilio a gritos, suplicar que me sacaran de la intemperie de mi indefensión, implorar a, fuera  quien fuese el bendito samaritano, que me llevara al maldito Hospital. Pero tridentes en mi vientre lo impidieron ahogándome la voz. Volví a vomitar. Un hilo de sangre negra y viscosa se me pegó al dorso de la mano con la que me fregué la mejilla. Luché contra el asco y la derrota y volví a ahuyentar a una inconsciencia que paciente acechaba. Lágrimas y la lluvia se mezclaban, cegándome con la ayuda de los soles gemelos. Desde el interior del coche acaso deliberaban si ese bulto negro, atravesado en plena calle Aguado, era un perro muerto, o quizás un ebrio en una de sus peores, o si era un buen cristiano que yacía muerto.
Me preparaba a persignarme cuando una roja oscuridad dio tregua a mis ojos, anocheciendo en violeta. Intenté arrastrarme arañando la baba que era aquel limo disuelto en el torrente. Hubo cuatro destellos en los que vi al Dodge de Millán. Oi risas. Otros cuatro refucilos y una eternidad hasta que oí el abrirse de una de las puertas, hasta que oí al pasajero bajar y al motor seguir murmurando.
Oí el chapotear de los pasos en aquel barro casi líquido, en plena calle Aguado. 
Las luces altas se encendieron. No pude ver mas que la sombra gigante que se me acercaba.
El Polaco levantó el brazo. Llevaba algo en la mano.
Todo se volvió azul cuando sentí el metal estrellarse en el parietal de mi lado malo. Volví a sentir el mismo ruido y el mismo dolor.
Los soles gemelos fueron desvaneciéndose. También la lluvia, también los charcos y el dolor.
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Foto del autor inocencio rex
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Descripción

Parte 7 de un relato pardo

Palabras Clave: brasil charcos parietal coche tapial soles gemelos luces refucilo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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