Humo viajero
Publicado en Mar 20, 2013
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Tras varios días entre diluvios y cabizbajos, logro regresar de mi viaje recurrente. El olor a tabaco que rodea mi sala es acogedor, las sillas vacías me llenan de una libertad única; por fin estoy en mi playa.
La contestadora con sólo un mensaje, es ella otra vez. Es extraño poder visualizar su silueta en la sala, la cocina, la mesa, mi cama... mostrándome el único afecto que conoce entre posiciones sugestivas y libidinosas, sonrisas que se esfuman como si fuese ese humo que ya no se ve, que sólo esta en mi cabeza, dentro de mi.
Han pasado infinidades de historias en los últimos días, el coito ocular en el pecero y las miradas compasivas son frecuentes. Familias esclavizadas por culpa de ellos mismo, parejas que su única unión es la restricción y enojos, en fin. Ahora, en este momento quiero estar con ella, me pregunto si aún esta molesta por mi recurrente y continua indiferencia a su existencia, al menos no parece estar molesta en el mensaje de la contestadora... que más da...
El plan era vernos hoy para platicar de nuestros problemas y contarnos lo que ha pasado en estos últimos días. Como si intentara borrarse a sí misma con su lengua en mi boca, mi sudor y fluidos, como si pudiera engullir sus memorias. Creo que estas libertades y otras le han transformado en una persona volátil, pareciese un enorme globo hecho de piel y sutilezas falsas. Con su propio termostato de frustraciones, haciéndole ir más lejos, más alto, cada vez más distante de todo lo que le rodea.
No puedo negar que ella es un todo  para las necesidades de un hombre. Como la mayoría de las personas busca: decidida -fácil-, sincera -sumisa- y con un gran sentido de frialdad -buen cuerpo-. Incluyendo el desprecio repentino que ocasionalmente me hace notar y el cuál necesito.
Espero y no me suceda lo mismo que a su novio, que se le podía mirar recostado en la estación de autobuses del vecindario. Pobre tipo, beber y llorar por ella todos los días no lograra cambiar su decisión, lo que ella dice es así y no hay más.
En fin, sólo me queda disfrutar de las delicias que mi penumbrosa casa me brinda antes de que ella llegue. Total, quizá nunca venga otra vez, creo que le molesto mi indiferencia, tal vez nadie vuelva a entrar o salir de estas habitaciones.
Esta tan en lo alto y yo tan lejos, tan tranquilo... esperando pacientemente su regreso.
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Foto del autor Emmanuel Carrillo
Textos Publicados: 87
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Descripción

El humo se queda entre nosotros, entra en nuestros cuerpos y nos cobija como si fuese una antigua obligacin; sigue su camino, dejando slo su esencia en nuestras vidas.

Palabras Clave: Historia brumosa

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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