Si lees esto, he muerto Cap II
Publicado en Mar 05, 2013
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Ese día de regreso en el metro, estaba mirando por la ventana, cuando escuché una voz “El Metro de Lima, te recuerda que deberás renovar tu tarjeta...” volteé y vi el holograma de una mujer hermosa, piel canela, ojos grandes y cabello lacio. Unos chibolos se le quedaban viendo y murmurando “¡Qué tal flaquita!”
-No jodas, si tuviera 6 años más, si entro ahí –decía uno.
-Fácil brother, yo también ¿Quién será en la vida real? –Contestaba el otro.
-No lo sé, fácil es extranjera, y aquí doblamos su voz.
-No creo, mi papá dice que el Gobierno solo contrata peruanos, los extranjeros son muy pocos, apuesto que vive en Surco.
-¿Tú crees, brother?  
-Quizás, solo sé que está muy buena.
Me paré al ver que el holograma mencionaba mi destino “Estación Magdalena, gracias por usar el metro, buen viaje”. No me fui sin antes decirle a los niños “Ella tiene mi edad y no creo que les haga caso a ustedes, mocosos, permiso”. Me dio cólera, conozco a esa chica, es mi ex, y no vive en surco, sino en Magdalena, no pensé en volverla a ver, menos en un holograma y trabajando para el Gobierno.
Subo las escaleras eléctricas y pienso ¿quién puede conocer a Juan José de la Torre? Con esa interrogante llegué a mi depa, encendí un cigarro y prendí mi computadora. Oliver me saludó y me mostró las noticias del momento, tres de ellas yo las había escrito. Oliver se ha convertido en estos últimos 4 años en una especie de compañero invisible, solo escucho su voz “Amo, ¿se siente bien? ¿Cómo le fue en el trabajo amo? ¿Está con hambre, le ordeno algo de comer? Todos tenemos un Oliver en casa, un programa que nos cuida, el mejor wachiman, dentro o fuera de casa. –Esta vez se pulieron los chicos de la UNI-
¡Oliver, buscar información! –Dije mientras fumaba 
-Amo, espero instrucciones –respondía la computadora
-Buscar a Juan José de la Torre, en el RENIEC
-Ingresando a página, amo, necesito el código de búsqueda.
-5k64E9L88L0Y 
-Acceso confirmado, amo, la data arroja 26 coincidencias en toda la república.
-Oliver, filtro… buscar “Juan José de la Torre”, edad entre 50 a 90 años.
-Amo, tengo 2 coincidencias, uno de 51 años y la otra de 62 años.
-Oliver muéstrame los datos de la segunda coincidencia, pásalos a la pantalla del televisor
– Juan José de la Torre, 62 años, vive en Lince, tiene 5 hijos, 2 nietos y es viudo.
-Oliver, busca antecedentes de la Dinincri y pasado político.
-Amo, código de acceso.
-2M3A6R5Y.
-Amo, no hay coincidencias políticas, ni criminales. Estado actual, civil, no es un ciudadano.
No había datos de él, era como si lo hubieran borrado del mapa, pero según la información que tenía, estaba vivo. Aún me quedaba una última esperanza, ¡McLain! Lo llamé a su celular, y contestó de inmediato. “¡El gran McLain, en qué estás!” –Pregunté- me dijo que en nada, tirado en su cama, viendo una peli. Tomé esa frase como mi oportunidad para tomar un par de cervezas y hablar sobre la notificación de “salud eugenésica”, él aceptó, así que quedamos en un bar de Pueblo Libre a las 8:00pm. Me alisté, saqué mis documentos, salí y tomé un taxi. En el camino pensaba como decirle eso sin que lo tome a mal. “Joven llegamos a la dirección”, dijo el taxista, como siempre me faltaba efectivo, así que pagué con tarjeta, bajé y caminé al bar. George, ya estaba tomando, le sonreí, y encendí un cigarro, McLain me pidió uno, y llamó al mozo, para que me traiga mi chela. Estaba medio triste, el Gobierno, le mandó una notificación para que buscara una pareja y tenía 100 mujeres en la lista que eran compatibles genéticamente con él, sin embargo, él no quería tener nada con ninguna, estaba enamorado de una flaca, pero si llegaban a tener un hijo, éste no gozaría del programa eugenésico del Gobierno. Lamentablemente McLain y Sofía eran incompatibles genéticamente. Le aconsejé que podían juntar el cigoto de George y una candidata, en el vientre de Sofía, pero ella era creyente, y no quería procrear de esa manera. George estaba muy triste y tendría que responder en 15 días ante el Gobierno sobre su decisión.
Él me preguntó que me pasaba y le comenté sobre mi reportaje, y se mató de risa, me dijo que eso yo lo podía escribir con los ojos vendados. En eso entre carcajadas solté el nombre “Juan José de la Torre”, se puso serio, y me esquivó la mirada, tomó otro sorbo de chela, y no me dijo nada, le volví a preguntar por ese nombre y me susurró al oído.
-¡Tú eres huevón, no!  
-¡Qué te pasa brother, tranquilo! –Le dije
-¿Huevón, por qué crees que estoy en deportes? 
-No lo sé…Pero sabía que antes estabas en el área de investigaciones –Le contestaba, siempre mirando para todos lados.
-No sé muy la historia de los “5 últimos” pero sé que los mandaron a diferentes partes del Perú, se les perdonó la vida por ser parte del “látigo” y participar activamente en “la guerra de los 7 días”, nadie los ha ubicado, solo yo y un puñado de gente tiene esa información, no podemos acercarnos a menos de 3 kilómetros a la redonda, estaríamos muertos… ¿Por qué crees que nadie hace una nota sobre ellos? ¡Nadie se atreve a buscarlos, no existen ni en el Reniec y son constantemente vigilados! ¡Aléjate del caso, de lo contrario te enfriarán, y a la OSV no le tiembla la mano.
-¿OSV? –Pregunté intrigado
-Organismo Secreto de Vigilancia… Esta conversación nunca ocurrió, ya es tarde, vamos a casa.
Terminamos las chelas y nos fuimos, él antes de tomar su taxi, se despidió de mí, me abrazó, y me susurró, “no confíes en nadie que te quiera dar esa información, ten ojos en las espaldas y cuida que preguntas, las paredes tienen oídos”, sonrió y paró su taxi. Vi el taxi partir y caminé unas cuantas cuadras y paré un taxi pensando en lo que me dijo.
Al día siguiente, estaba en la misma rutina mañanera, cuando fui a comprar mi vaso con quinua, me encontré con McLain y al verme me abrazó, y otra vez me susurró “Cuando llegues a tu periódico, revisa el bolsillo derecho de tu saco”, me cambió de tema y luego se fue. Hice lo que me dijo, llegué a la oficina y me instalé en mi lugar, revisé mi bolsillo y encontré el nombre y la dirección de “los 5 últimos” decidí empezar en número de orden, para que si es que me estuviera vigilando, no hallé sospecha alguna. El primero estaba en Arequipa, pero ¿Qué escusa metía para irme allá? En eso vi a la flaca de la sección turismo, y le comenté sobre intercambiar roles, le dije, que quería tomar unas fotos al volcán, pedí permiso al asistente de mi editor y reservé el vuelo. El más cercano era a las 1:00pm, eran 9:00am, lo reservé, y fui a casa a alistar mis maletas.
“Juan José de la Torre”, vivía en Camaná, a menos de 4 horas de la Ciudad Central, el tren me dejaría cerca, y de ahí a latear ¿Qué tan lejos podría ser? Llegada la hora del vuelo, abordé el avión y dormí, total en una hora estaría para encontrarme con la verdad, la cuestión sería… cómo entrar a la casa, que estaba vigilada.
 
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Foto del autor Alexander Esad
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Descripción

Palabras Clave: Lima Per ciencia ficcin paralelismo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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