Sólo puedo mirar. Mirar a través del vidrio que me llevaría directo al mar, de tan sólo traspasarlo. No soy maga, pero tengo sueños. Los que me llevan al remolino de la vida, que sube y baja sin que lo notemos. Que gira día tras día cuando yo sigo donde mismo. Y sentada en el mismo sillón donde una vez se sentó la esperanza… y la aventura. Ahora yo ocupo aquel lugar, esperando que el aire me tome suavemente y me lleve al fondo más oscuro para adivinar a tientas donde está el interruptor de la luz natural que flota sin ser atrapada. ¿Y si pudiera escribir lo que viene a mi mente sin importar las frases que riman, o lo que suene más bello? ¿Y si escribo simplemente sin mirar nada, desde las imágenes que me deja este mar sin fronteras, impuestas por el empolvado poder político cubierto de corrupción que nació noble en el pensamiento de aquellos primeros que amaron la sociedad? No los tenemos ahora, sólo hay miles de bastardos que juntos no logran ni uno. Y tenemos que callar, porque es así nuestra vida. Cuando queremos decir algo nos censuran o nos censuramos ¿Está bien? Quiero que mi voz se una al caudal de las voces que suplican por ayuda. Que valentía es la de aquellos que levantan la voz. Que cobardía de aquellos que no quieren escucharlos y de los que en un papel escribimos las injusticias. Cuando el sol se ponga, todos nos vamos a perder entre las calles llenas de mensajes, algunos los ven como atrocidades, otros como arte y componentes de la ciudad. Sólo somos arena en medio de la sociedad, en medio de los poderosos. En medio de aquellos asesinos. En medio de aquellos que quieren ponernos en contra de nuestro hermano, de nuestras raíces. Dime, ¿Le harás caso a aquel que con tanto odio te dice que odies? ¿Quieres ser uno de ellos? Yo quiero ser de los que aman, sin importar las fronteras e identidad. No pidamos identificación entre el pueblo, ¿Para qué? Entre nuestros hermanos está la esperanza y lo único que debiésemos odiar es a aquel que nos posee. Somos libres en cada sentido pero, ¿Cuándo nos daremos cuenta?
Quiero traspasar el vidrio, y sucumbir ante el mar. Ante la ciudad. Sin escuchar a nadie, mas a ti.