.Estuve dormitando sobre las letras que el alma me dictaba, les he puesto una mordaza, quédense allì, inútiles intentos de retòrica desgastada, si todo fuè ya dicho, si el decir no sangrarà una làgrima...

Y mi voz desandaba los rincones habitados por palabras, ¿què buscas? alguien dijo entre las sombras, -no lo sè... pero mis ojos tragaban vocales espinadas, estèriles, bailoteaban como lúgubres barcas a la deriva, ¿donde estàs? Còmo saber si aùn no sentí el dolor de la belleza, si nada o nadie me partió la cabeza, me desnucò el milagro de lo inefable, si esta búsqueda no tiene cuerpo o forma, si el verbo no pariò el conjugado tiempo del decir sublime, si mi garganta es pequeña y mi alma se contrae en el espacio apenas limitado de mi consciente, si mi pecho se expande en el diafragma y exhala adjetivos y adverbios y vuelven deformes, y tengo hambre, sed, bulimia de sonidos.
Me desvestí de imágenes, dejè correr la alquimia macerada en las fuentes, bebì del agua bendita de escritos angulosos, perfectos... y me sentí culpable.