LA CHICA DE LA CHASQUILLA DIAGONAL
Publicado en Dec 04, 2012
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Cuando la conocí teníamos los mismos sueños por alcanzar, las mismas ganas, el mismo nivel de egolatría, las mismas ideas, la misma disconformidad, los mismos temores (los que nunca fueron expresados), las mismas adicciones, e incluso probablemente teníamos problemáticas súper parecidas. Nos veíamos con distancia, pero con un entusiasmo febril. Por mi parte no esperaba el fin de semana para verla, y sé (o me consta) que ella tampoco para conmigo. Pero una vez que nos juntábamos, luego de unos cinco minutos de tensión todo fluía de manera natural.

Mi modalidad sorprendido se activaba al ver que no tenía que convencerla para hacer algo fuera de lo habitual, ¡Ella siempre quería hacerlo todo! Y eso a mi me encantaba. Para ella lo importante radicaba en que yo siempre debía estar a la altura de las circunstancias. ¡La que fuese! Así me enfrentó con variadas situaciones que no pensé jamás vivir.

Ella sufría, y más de la cuenta. Le gustaba situarse en medio del dolor. Ese dolor sanguinario, destructivo, y por sobretodo muy difícil de igualar si no lo sientes. Así nació nuestro primer, eterno, y finalmente constante enfrentamiento: Ambos visitábamos el cubo de la tortura, la diferencia es que yo quería salir luego de un rato, mientras que ese era el lugar donde ella se sentía realmente cómoda, por lo que salir era para ella el real castigo.

Aún recuerdo la primera vez que me besó. Caminábamos borrachos, con el concho del Stolich de litro aún en la mano en frente de La Moneda y me invitó a mear. Supuse que requería que vigilara su meado, pero terminamos meando juntos. No recuerdo que festividad era, pero pasamos por varios moteles y hoteles y todo estaba copado… Me miró fijamente y me dijo que si el próximo hotel o símil estaba en la misma condición, debía conformarme con el preámbulo entre autos.

Volvimos rápidamente en un taxi hacia República, donde hay uno que por sus características no es muy requerido, y como el presupuesto se agrandó, tomamos la mejor habitación el fin de semana completo con cerveza (Cristal) y comida (ramitas y papas fritas) cada cuatro horas o algo así. Ahí, entre fulgor, sustancias y sonidos me habló de su vida, su familia y algo de su pasado. Ahí también le mostré mi poesía, mi insanidad y algo de mi futuro.
Hace más de un año que no se nada de ella, por razones de salud dejé de frecuentar aquel lugar que solía reunirnos. Es en momentos como este en que comprendo que estuve enamorado de la chica de la chasquilla diagonal. Me ha pasado con otras mujeres la misma situación. Sustancialmente el hecho de mantenerse en la memoria de otro, es fiel prueba de la significancia de la huella. Creo que de eso se trata al fin y al cabo; trascender de los momentos e influir en el subconsciente…
Foto del autor Cristbal Indiegente Baquedano
Textos Publicados: 14
Miembro desde: Dec 04, 2012
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Descripción

Un amor, una poca violenta...

Palabras Clave: Amor chasquilla

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos



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