Las casualidades no existen, o eso creía yo, hasta que sin querer un día apareciste en mi vida, haciéndome perder el control,  aquel día que te vi por primera vez, me pareciste perfecto, hermoso sin ninguna clase de defecto, aunque te veías tenso, eso no importaba, caminabas sin mirar hacia los lados, tu mirada fija tenias en el móvil, yo note todo de ti y sé que aunque no fue por mí, estabas nervioso, tal vez incomodo, cuando de repente finalmente me miraste, tus ojos no eran nada increíbles, eran muy sencillos, pero aun así seguían siendo peculiares, con un gran brillo y esplendor en tus pupilas, tenia cosas que hacer así que me aleje de ti, aunque sin perderte de vista, finalmente me tuve que ir, pero tu recuerdo siguió en mi mente, estabas allí parpadeante, como cuando una niña ve en el prado la flor más hermosa del lugar,  la quiere, la desea, pero no puede arrancarla abruptamente de su hogar, no te volví a ver mas pero una parte de mi eso no le afectaba, sabia que en algún momento nuestras miradas nuevamente se cruzarían, y aun lo creo, nunca supe tu nombre, ni tu edad, ni tampoco donde buscarte, desapareciste de mi vida aunque tu presencia aun a mi lado dormida se sentía, veía en la tv aquella nueva película de amor que me daba segundos de alegría en mi vida tan vacía, soñaba despierta con una historia de amor feliz, estaba consciente que necesitaba algo que realmente me motivara, que me hiciera reaccionar, sentir que estaba viva, tenía la esperanza de que serias “eso” que cambiaria la monotonía de mis días, le pedía a dios cada noche un amor nuevo y real, algo que fuera sincero, y a la vez especial, no quería lo que ya tenía porque eso no me hacía sentir apasionada, sabía que hacia mal, pero mi postura no iba a cambiar, o quizás sí, la verdad es que no quería causar más daños, sin embargo eso era algo innato en mi, tenia y aun tengo la mala costumbre de dañar todo lo que me ama, intento evitarlo, pero aun queriendo ser buena, respiro maldad, no obstante sabia que tú podrías cambiarlo, pero no llegas, no vuelves, no apareces, esta espera se ah hecho larga, mas no importa, puedo esperar si así lo deseas, mi vida, mi eternidad y parte de mi existencia, pero si no vuelves, seguiré siendo una musa maldita, bella, mortal y peligrosa, mi instinto me guía a ti,  pero mi naturaleza es huir, quizás por eso no me encuentras, quizás no seas tú quien no está, a lo mejor soy yo que aunque lo deseo, repelo este efecto.