LA ESPADA DE DOBLE FILO:
Abri los ojos y vi como esa espada atravezaba parte de mi pecho, la espada era larga y de doble filo, con una empuñadura resplandeciente. Me quedé asombrado observando esa magnífica arma pero sentí un fuerte dolor, enseguida tosí y comencé a botar sangre de mi boca. Logre poner mi mano derecha sobre mis labios para detener el sangrado; mi brazo izquierdo estaba inmobilizado debido al intenso dolor. Al parecer comencé a perder el sentido porque empecé a imaginar cosas de mi vida que en ese momento no tenían sentido, lo único que yo quería era saber porque me encontraba en ese estado; ¿Cuales fueron los hechos que me llevaron hasta este trágico final?
 Pese al agudo malestar logre poner ambas manos en la afilada espada para sacarla de mi adolorido y ensangrentado pecho, pero mi esfuerzo fue inútil, el arma no se movió ni un centímetro. La angustia y la desesperación se adueñaron de mi mente así que decidí gritar para pedir ayuda, no obstante, las palabras no alcanzaron a salir de mis labios. Cuando ya estaba a punto de resignarme a morir pude oír una voz detrás de mí que dijo "todavía no es tu final". Poco después, cerré los ojos y quede inconsciente.