¿Lloras mujer? Contemplo en tus pupilas
el temblor de las lágrima; tan bellas,
eran ayer un mar de aguas tranquilas
y hoy son noche profunda de estrellas.

Tu bello rostro se haya demacrado,
tu cuerpo por la fiebre sacudido,
más no llores, mujer, que si has pecado
es vida de dolor la que has vivido.

Que cese de tus ojos ese llanto,
mujer, y de tu pecho la honda queja
se extinga; tú, mujer, que amaste tanto
y a quien el mundo en su injusticia veja.

Aparta de tus ojos ese velo,
que la esperanza anide en tu conciencia,
Dios, te perdona desde su alto cielo
porque es Dios infinito en su clemencia.

Eres ángel que el fango atravesaste
por un camino sórdido y oscuro,
es verdad, más ni un átomo dejaste
de tu esencia perdido entre lo impuro.

¡Mujer! Que calmen tus lagrimas benditas,
el arrepentimiento cava todo;
muerta estabas y ahora resucitas
y te levantas blanca desde el lodo.

No te importe que el mundo en su lenguaje
hipócrita y perverso te condene
no le rindas villano vasallaje,
¡Que te odie, más no que te condene!

¿Acaso no te viene a la memoria
el recuerdo de aquella Magdalena
a la que Cristo levantó a la gloria
porque el inmenso amor la volvió buena?
¿Acaso no es Cristo para aquellos
que arrepentidos llegan a suplantas
y le piden de hinojos los destellos
de su amor que disipa nubes tantas?

Muere, muere mujer, cierra tus ojos,
sin llevar en el alma ni una pena,
y escucharás sin miedo ni sonrojos
decirte: ¡Te perdono Magdalena!
                               Sodican

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Frase de sodican: El viento cuenta sus
penas a las nubes y ellas lloran.