Entras por la puerta,
te sientas en mi cama...
Me acaricias lentamente,
la cita fue concretada.
Yo sabìa que vendrías,
aunque a tí nadie te llama,
y aunque no puedo verte,
te adivino, allí sentada.
Espías por mis ojos,
te tienta también mi alma,
aunque eso no te corresponde,
tal vez estás apenada...
Nos cruzamos muchas veces,
y nos vimos cara a cara.
Pero no sé por que razón,
me dejaste...sin palabras.
El reloj marca las veinte,
el tiempo,dices se acaba.
Pero esta hermosa la noche,
toda azul, toda estrellada...
En el jardín de enfrente,
la primavera se jacta,
de haber dado su belleza.
La vida florece ufana.
Por favor, ten compasión,
te digo, con un hilo de palabras.
Amiga...dulce amiga,
Amiga...muerte clara.
No tengo tiempo, lo sé...
Pero amo, las mañanas,
y las noches estrelladas,
con sus reflejos de plata.
Y a una mujer que, en secreto,
(tengo fe) también me ama.
Por esta noche, al menos...
Dejame...dejame que me vaya.