Sangra a demasía,duele más,
más que el flujo de dolores
de aquellos sinsabores
que no se irán ni perecerán.
Jamás.
Me pregunto el porqué
las palabras son asesinas.
Destripadoras, voraces
Tan capaces de manejar armas
con las que si quieres,calcinas.
Maldigo aquel día
lo madigo porque sé,
que apesar de amarte,
te hice daño, te lastimé.
Y así la alegría,
yo, asesina, te arrebaté.
Vergüenza siento, agonizo
No es lo que parece,
Pero parece no ser.
Pronto lo que acontece,Me deja en el piso,
frío, falaz.
Duele, duele más.
Dejame respirar,
dejame decírtelo
dejame pedírtelo.
No me olvides,
no lo olvides,
No me perdones,
No lo ignores.

Por favor deja que sangre,
que se pudra, que muera
que fallezca, que desgarre
Lo poco de consciencia que queda.
Sangraba en demasía,dolía más.
Pero ya no lo siento
o ya no existe,
o se ha ido.
En el fondo sigue ahí,
enrrollado como gusano, incrustándose,
Más y más aquí. Aquí.
Ya no queda mucho por perder.
Pero sigue lamentándose.
Y sangras y sangras
Y no te detienes,
¡Ay corazón, que no entiendes!
¿Quién te mandó a que te enamoraras?