La ruptura de los espejos
Publicado en Nov 17, 2012
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Casi siempre es el miedo de ser nosotros lo que nos lleva delante del espejo
Antonio Porchia
Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
Jorge Luis Borges
Una meningitis aguda lo había enviado a la cama el día de anterior, al despertar el dolor había desaparecido, pero tenía otro malestar, apenas recordaba los detalles del día anterior, cosa extraña pues siempre había tenido una memoria prodigiosa,- soy como Funes el memoriosos-, solía repetirse, -Borges escribió una pequeña biografía sobre mi vida antes de que yo naciera-. Pero por mas que intentaba recordar los detalles del día anterior, no podía, máximo podía juntar los recuerdos hasta la hora del almuerzo, después de eso, el dolor de cabeza, corrompía todas las imágenes de su memoria.- lo  dejare para luego- se dijo mientras apartaba las cobijas con gran facilidad, un detalle lo hiso detenerse, esta mañana las sabanas pesaban menos. Sin darse cuenta ya había llegado hasta el cuarto de baño, pero algo no estaba bien, los diseños arquitectónicos no eran el mismo, variaban en pequeños detalles, el estilo barroco era alterado por un pequeño estilo moderno, la jabonera tenía un diseño triangular, también la posición del orinal variaba por varios centímetros, este detalle fue el mas lo perturbo, en su cuarto de baño había una grieta de unos 6 centímetros, y a unos 7 centímetros se encontraba el urinal, pero en este cuarto, el urinal se encontraba a 9 centímetros de la grieta, era obvio lo que pasaba, esta no era su casa, con un ligero suspiro pensó salir desesperadamente de ese lugar extraño, pero una sombra humana lo detuvo de golpe en la puerta del cuarto, era un hombre de avanzada edad, con  cabello blanco perfectamente cortado, y con una mueca que parecía una sonrisa, llevaba puesto  un traje negro entero, propio de los mayordomos  - señor Sánchez  veo que a despertado, dijo el anciano,- en unos 5 minutos le subo el desayuno. El hombre subió como lo había prometido, en 5 minutos, llevaba una bandeja con pan, un poco de café y dos huevos perfectamente cocinados, pues aun en esas extrañas circunstancia seguí teniendo su extraordinaria memoria, -señor lo están esperando en la sala el señor Páez y el señor Vázquez, dijo el mayordomo antes de salir de la habitación. El señor Páez y el señor Vázquez, se repetía incesantemente,- personas total mente desconocidas para mí, pero no hay ninguna razón para no salir a recibirlos.
Abrió el armario, y encontró sus ternos, en el mismo orden en el que él los había colocado el día anterior, pero esta no era su casa él ya lo sabia, -cosa extraña-, pensó mientras se abrochaba la camisa,- si yo estoy aquí, entonces la persona que vive en este mundo, esta en mi mundo, espero que siga la rutina como yo-.
La sala era igual a la de su casa, ningún detalle faltaba, el candelabro en el techo, y los muebles Luis XV, estaban ahí, al igual que dos señores con vestimenta militar, mi general dijeron los dos hombres, cuando lo vieron entrar, y continuaron, señor nos preocupamos por usted, las tropas rebeldes han invadido la ciudad del oeste, y he recibido  la información de han encontrado su paradero, en ese momento una mosca volaba entre el candelabro, rompiendo el silencio gris invadió toda la sala. –Señor-, hablo el segundo hombre, - es mejor que sea trasladado a otra locación, como lo a informado el mayor Páez, los rebeldes conocen su paradero y no tardaran en  venir y encarcelarlo  en el mejor de los casos, pero según los informes los rebeldes piensan en asesinarlo, - por eso señor lo mejor es llevarlo de aquí, lo mas antes posible, ya tengo preparo un camión que lo transportara de aquí, y lo llevara a la capital. En la infinidad de los hechos, solo pudo sentarse en el mueble más cercano, mientras su corazón volvía a la  tranquilidad, pudo organizar un pequeño esquema de la situación, pensó, - me quieren asesinar, ¿Por qué?, si yo no hecho nada, es al otro Andrés Sánchez al que quieren, no a mi, yo solo soy un simple contador, no soy ningún militar prófugo, es mas odio la vida militar siempre la aborrecí, pero ahora, si les digo que es un error, me tomaran por un loco, y me dejaran morir aquí, ¡no!, voy ha seguir la rutina, nada mas. La mosca paso desapercibida, por los hombres que se encontraban en la sala, cansada fue a posarse en un espejo.
-bueno mi general, nos tenemos que ir, dejamos solitaria la guardia sur, no se olvide a la 2 de la mañana estaremos aquí,  procure tener todo listo. Los hombres se cuadraron se despidieron, otra vez la sala había quedado en un frio  silencio, propio de la dignidad de la muerte, un pensamiento volvió a golpear su siquis, - Cómo estará el general Sánchez ahora, espero que no este sufriendo tanto como yo.
La claridad de la luna, alumbraba el pasto, un viento proveniente de la pampa hacia bailar a las flores que en el jardín de la casa se encontraban. Una silueta humana se dibujaba en el filo de la cama.  -  ya casi es hora, solo falta 5 minutos para las 2 de la mañana, ya mismo vienen por mi, ¿pero será lo mejor huir?,  y si solo me acuesto en mi cama, he intento dormir, tal vez amanezca en mi propio cuarto, y esto no será mas que una horrible pesadilla. Un sonido sordo, rompió el silencio, el sonido de disparos de fusil se empezaron a escuchar, eran los rebeldes pensó, mientras se persignaba, un temblor estremeció la  casa,- la puerta principal ha sido derribada, ya vienen por mi, unos pasos se escucharon en las escaleras, y voces de extraños inundaron la casa, - ¡esta aquí!, ¡el desgraciado esta aquí¡, la madera de la puerta cedió ante la fuerza del destino, un grupo de hombres armados entraron y lo rodearon,- así que usted es el general Sánchez, dijo el mas viejo de los hombres,-usted no sabe como lo hemos buscado, usted si que es una rata escurridiza, pero mira la perseverancia si sirve, por fin lo hemos agarrado-. Aturdido y nervioso, solo pudo pronunciar,-pues aquí me tiene-, una risa grupal invadió el dormitorio,-vea que usted sigue siendo muy gallito, pero bueno tengo órdenes de llevarle ante el tribunal, pero creo que aquí, se decidirá su suerte, el hombre saco una moneda sucia, y se la puso en la muñeca,-haber mi general cara vive, cruz muere. El hombre lanzo la moneda al aire y………..
 
Realmente no conocí al difunto, apenas lo veía cuando trabaja de interno en el hospital san juan de dios, pero eso ya es pasado, creo que se llamaba  Andrés Sánchez, falleció hace unos 2 días, según me dijeron mis antiguos compañeros, como todos sabemos su locura invadió  sus últimos días, pobre infeliz, era un gran contador, uno de los mejores, pero enloqueció, hasta el ultimo de sus días  paso repitiendo que era un general del ejercito. 
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Foto del autor washington paez
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Descripción

invadiendo la mente, sugiero una pregunta, que pasara si te despertaras como otra persona.

Palabras Clave: ruptura de los espejos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (1)add comment
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Alexis Uqbar

Apologista de Borges, como yo. Es harto complicado urdir una buena historia que aborde el tema del Doppelganger, y más con referencias tan clásicas como Stevenson o Wilde, o contemporáneas como Julio Cortázar y el mismo Borges. Tu relato es una propuesta interesante, aunque no fragua. Optar por la locura es una salida demasiado sencilla (al menos en esta historia) y me remite demasiado al thriller que para nada es un buen género literario. Pudiste haber explotado más tu historia.
Saludos.

Nota: No hagas mucho caso de la crítica, al final del día, es lo más superficial en un lector.
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November 17, 2012
 

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