NACIMIENTO
 
Te dejare las crisálidas que fueron.
Las dejaré  
                como trémulos repasos de la vida.
Te dejare las crisálidas que fueron
como las naves  de amor,
                 después de cada muerte
                 y en cada vida revivida.
Te dejare las crisálidas que fueron
                y caminare.
Caminare  con mis pasos más certeros,
pisando fuerte el verde que me vio nacer
                sin corregir mis letras asustadas,
                comiéndome a bocanadas el viento
                y dejándome llevar por mis viejas hadas.
Te dejare las crisálidas que fueron
buscare el camino
                que no tenga sombras,
                a sol pleno,
               para establecer
              el ritmo de mi propia sombra.
Nada impedirá mi paso.
Nadie llevara mi ropaje.
               Se que volveré a ti.
Después de todo,
               todo esta en mí.
En mí,
              está la sombra reparadora del árbol,
              y el sonido de las hojas
              cuando sopla el viento.
En mí,
             están las voces
             desde el antes infinito.
Contengo los sentidos que grabaron mi sapiencia.
Camino de memoria
              sin pensar en los tropiezos.
Descalza voy, sin nada.
              Sin nada.
              Con todo.
 Volveré a ti.
 
Santa fe, 11- 5-2012
María del Rosario Alarcón (Derechos reservados)