Quiero que mis manos queden sobre mi ataúd en signo de agradecimiento y que mi pueblo, sea testigo de que nada me llevo en mis manos. Lo único que llevaré entre mis manos, será solamente el recuerdo del momento.
En mis manos; con poca movilidad, arrugadas, hinchadas, existen cicatrices hechas a causa del esfuerzo de los años, con algunos callos o arrugas, pero que son ahora el testigo de mi pena.
 
También quiero que entre los mejores cirujanos, psicólogos, licenciados, políticos, presidentes, millonarios, etc., etc., lleven mi ataúd sobre sus hombros hasta llegar al jardín de los vivos, para dar a conocer que ni los mejores profesionistas lograron curar mi herida, mi felicidad, mi tristeza, mi soledad, mis pies chuecos que desde pequeño preocuparon a mi madre. No lograron cambiar mi forma de ser, siempre fui el mismo a escondidas de todos.
 
Y por ultimo, que todos mis escritos, mis poemas, mis fotos, mis libros, arrójenselos sobre las calles de este pueblo olvidado, que en este pueblo se hicieron y para mi pueblo son regalados.
Mis canciones; para que aquellos niños que sufren, canten mis baladas, afuera de sus casas, en las iglesias, en el Jardín Libertad, en las centrales camioneras, para olvidar los malos pensamientos, y ser libres como las palomas del Jardín Núñez de las 6pm.
 
Y recordarles que solo se lleva a la casa eterna...el recuerdo de los que se quedan.
 
Quiero enterrarme con mis propias manos.
Saciarme hasta quedar inconsciente, así quiero mi muerte. Propia.