Todo empezó con un problema
de faringe y una espantosa jaqueca.
 
Me encontraba en el viejo sillon
junto al televisor,  reflexionando
un poco  sobre mi vida.
Fue cuando vi una sombra familiar,
era una mujer hermosa, su
cabello tenia un tono soleado,
era de baja estatura pero disimulado
con unos tacones enormes, el
maquillaje vulgar de su rostro
estelarizaba la nostalgia de volver
al lugar donde abandono una parte de
su vida.
 
Entonces me levanté bruscamente
golpeando la mesa y medio tropesando
con mis pies hasta llegar a ella,
me pare con un perfil de sorprendida
y sonreí mientras mis pupilas imitaban
las nubes de mi ciudad y los puñales
rodeaban mi garganta. Asi que la abracé,
la estreché tan fuerte deteniendola con mis
brazos, con mi melancolia, con
todo lo que tenia porque solo queria que se quedara.
 
Me arrodille ante ella y le dije:
"-¡Mami no me dejes!
te necesito mas que nunca "
y le regale mis lagrimas
amarradas con un trozito de algun
antiguo y amargo grito. Pero
ella solo besó mi frente, me deseó lo mejor,
y me dijo:
"-te amo princesa"
tomó nuevamente su maleta, me dió la espalda
 y salio por la misma puerta en la que llego para curar
mis profundos males.
Juró que le ofrecí todo para que se quedara
pero no le intereso el amor que
pudiera brindarle porque siempre a tenido la erronea
idea de merecer el castigo eterno
de una antigua culpa que guarda con fervor
en la resaca de todos lo dias.
 
Entonces subieron el volumen
del televisor, salté de espanto
y me di cuenta de que aquella mujer
solo era una ilusion, hermosa pero triste
al fin.
Y esta historia termina como empezó
con un intenso dolor de garganta 
y extrañando los ricos caldos que mejoraban
la salud de cualquiera y la mujer
que podia solucionar cualquier crisis infantil.
                        ···Donde quiera que estes, ¡¡¡te amo!!!···