ngeles de la Muerte
Publicado en Oct 13, 2012
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Volaba a cumplir mi cometido. Miré toda la ciudad desde el cielo. Era hermosa. Toda iluminada por sus grandes edificios. La noche estaba silenciosa y las estrellas brillaban en el cielo, junto con la luna,  Pero traté de sólo mirar hacia delante. No se nos permitía distraernos, menos a mí, viniendo de tan ilustre genealogía. Bajé en un callejón oscuro de la gran ciudad. Escondí mis alas. Mi víctima estaba tirada en el sucio callejón, cubierta de mugre y olor a alcohol. Suspiré dejando que todos mis sentimientos desaparecieran. El hombre murmuraba entre sueños. Me acerqué a él.
 
Apoyé mis labios sobre los suyos y comencé a succionarle la vida. Al terminar de hacerlo me sentía llena de vitalidad y energía. Los ángeles de la muerte sólo nos alimentábamos de la fuerza vital de los humanos, a diferencia de los ángeles  bebés, que comían comida de humanos. Dejé el cuerpo tirado allí y abrí mis alas. Volví al ministerio. Mi hermana Grace me esperaba en la puerta.
 
-¿Terminaste?
 
-Claro- sonreí- Me siento con  mucha energía.
 
-Kat, ¡Constantine y Valery, me han mostrado como puedo tener siempre energía y sentirme fantástica!- ella me sonrió- Y, quiero mostrártelo…
 
-¿Ahora? Es muy tarde, quizá me envíen a otro lugar…
 
-No creo, además, ¿no vas a rechazarme, verdad?
 
¿Iría con ella? Estaba contra las reglas más básicas distraerse en horas de trabajo. Yo había tenido suficiente por hoy, pero, ¿y si necesitaban qué hiciera algo más?. Alteraría todo un estricto orden dejando vivir a alguien más tiempo de lo que tiene estimado. Cada persona cumplía una función, y los ángeles de la muerte se encargaban de que sólo murieran en el instante adecuado. Yo, siendo todavía pequeña, como no había desarrollado la habilidad de hacerme invisible, sólo podía trabajar de noche, evitando así que me vieran las alas. Y todavía no se me había dicho que podía volver a casa, ni era lo suficientemente mayor que mi hermana como para ir al mundo de los humanos si no era necesario. Si algún humano me veía, sabría que no era normal, debido a que nuestra piel brillaba y era suave al tacto, más suave que la de los humanos. Y, si me quitaba mi halo, me despojaba momentáneamente de mis poderes, por lo que no podía volar si era necesario. Grace me tomó de la mano, insistiendo.
 
-Vale.
 
-¡Genial! Sabía que dirías eso…- se rió- ahora, ¡volemos!
 
Extendió sus negras alas y comenzó a volar.
 
-¡Espérame!.
 
Yo la seguí rápidamente. Volamos hasta un parque oscuro. Escondimos nuestras alas y caminamos hasta un club nocturno. Yo la miré a Grace buscando respuestas de qué exactamente hacíamos allí pero ella me sonrió y no volvió a mirarme. Seguimos a un adolecente borracho que se bamboleaba para todos lados y no podía caminar bien. Cuando por fin se cayó al suelo, Grace se cruzó de brazos y me miró.
 
-¿Y, qué esperas?
 
-¿Para qué?
 
-Bébete su energía.
 
-¡Grace! Está prohivido. No puedo hacerlo si no es su turno… sería como… asesinar a alguien- dije horrorizada-.
 
-¡Oh vamos! Lo hacemos todo el tiempo, ¿porqué no él? ¿porqué no ahora? ¿qué importancia tiene un niño que ni siquiera puede aprovechar su vida?
 
-Tú no sabes que papel cumple, quizá dentro de dos años sea un científico…
 
-¡Kat, apenas puede arrastrarce! No es más que un niño…
 
-Pero si se enterarían podrían…
 
-¿Quitarte tu halo? Vamos, soy tu hermana. Nunca se lo contaría a nadie.
 
-No lo sé…
 
Grace suspiró:- Bien, el primero lo haré yo, luego, sigues tú.
 
-Bien- dije con voz temblorosa-.
 
Ella tomo al chico de la camisa, lo alzó a su altura y pegó sus labios contra los suyos, succionando su pobre y triste vida. Luego lo tiró al suelo como un saco de basura y me miró desafiante.
 
-Tu turno.
 
-Bien.
 
Me acerqué a una chica que estaba sola, esperando lejos del club a que alguien llegara. La chica se resistió, pero al final cedió y su energía fue mía. Se sentía tan placentero… era como si te dieran una descarga eléctrica y te sintieras vivo, y con energías para mover una montaña. Grace se acercó a mí y se rió.
 
-¿Ves? Es tan sencillo…
 
-Sí.
 
-Ahora jura que no le dirás a nadie lo que hice.
 
-Lo juro.
 
-Bien, en ése caso, sigámonos divirtiéndonos- rió y luego se acercó a la puerta del club, en donde un guardia custiodiaba la puerta-.
 
-¡Grace! ¿qué haces? ¿qué pasa si ven nuestros halos? ¡no podemos mezclarnos entre los mortales!
 
-Kat, relájate, simplemente diremos que es un disfraz, o algo así... nadie se percatará de ello- finalizó y a continuación le dedicó una radiante sonrisa al guardia, que la dejó pasar- ella viene conmigo- señaló-.
 
Grace entró al club y yo la seguí. Adentro, la música estaba tan alta que no podía ni oír  mis propios pensamientos, las luces danzaban de diferentes colores acompañando a la multitud de adolecentes reunidos allí. Recordé como había estado volando minutos antes, tranquila, en el silencio de la noche, llendo al trabajo. Y lo que había cometido ese día, un imperdonable pecado: asecinar, vale, lo hago todo el tiempo, es verdad, pero ésta vez había sido diferente. No es como si cada ángel eligiera a cualquiera, tenía que seguir reglas, una lista. Nadie merecía morir, pero había ciertas personas que sencillamente, por capricho del destino, les llegaba su hora. Pero aclaro esto: los ángeles en realidad no matábamos, sólo buscábamos  a esas ciertas personas, y robábamos lo que les quedaba de energía, vitalidad. Muchas veces eran personas que habían muerto en un accidente de coche, de incendio, problemas con drogas, o una simple caída, los ángeles mayores se encargaban de las muertes naturales y los más pequeños comían comida de humano hasta que sentían la insaciable necesidad de cosechar un alma. Si este proceso  no se cumplía, el alma al morir, luego de separarce de su cuerpo, se quedaba anclada a la tierra. Nosotros al succionar su energía, hacíamos algo así como purificar el alma y abrirle paso hacia el cielo, el lugar del descanso eterno, el paraíso, Edén, o como queraís llamarlo. 
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Foto del autor Luna
Textos Publicados: 10
Miembro desde: Oct 13, 2012
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Descripción

No se ilucionen al leerlo jeje, porque no est terminado, y no creo terminarlo :P

Palabras Clave: ngeles muerte ngeles de la muerte historia relato amor alas plumas halo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa


Creditos: Luna Bujalesky

Derechos de Autor: Luna Bujalesky

Enlace: http://www.facebook.com/notes/hijas-de-la-noche/%C


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