NO EXIGIR EXPLICACIONES ANTES DE TIEMPO

Parece que las piedras desean florecer
en caminos de luces refractarias
y salir a caminar con botas de humo   
por témpanos y desiertos invisibles.

Yo las oigo estornudar en do sostenido
porque de lo contrario
reventarían los anillos que cuelgan de sus orejas.  

Son como un enjambre de avispas en dieta
que no alcanzan desplegar el vuelo.

Son un despedazo de hielos derretidos
por arenas vegetales en un declarado proceso de rebelión.  

Las he sentido en sus divagaciones
al consultar bibliografías sonoras
mientras reciben el impacto del arco iris.

Parece que las piedras proclaman salmos al Espíritu
y devuelven ecos de sus frágiles murallas
mientras los zorzales picotean la conciencia culpable.     

No todo es lo que parece, y eso aún está en examen.
Los anillos cristalizan en un diluvio de diamantes,
pero el humo los recrimina por su dureza.

He perdido las llaves de mi madriguera imaginaria
y ahora vuelo entre zancudos irónicos.
Naturalmente,
no sé exactamente a qué puerto del olvido me dirijo.

Tal vez encuentre un camino de luces refractarias
en que las piedras canten en do sostenido
mientras sus ojos se abren a las sombras multicolores
del vino añejo sobre la mesa.