IMPERATIVO CATEGÓRICO

En la antigua provincia
se caen las montañas
tienen un terror de mantequilla
y un deshielo de cáscaras
putrefactas.
He meditado en las plumas cristalizadas de las moscas.
He salido al paso de mis dudas con la certeza
de un estornudo.
He comprobado hasta el delirio
el sabor de las tachuelas en vinagre y parafina.
¿Y quién dice que me ha gustado?

Por eso declaro
y animo a toda hierba alucinógena
el deber del caos al despertar la noche,
¡Este es el imperativo categórico!
¡Este es el suple que requiere la voluntad buena!  

Y no me canso en el esfuerzo de la espera
por ver cómo el huevo supera la alopecia.

¡Ya verán quienes hoy me contradicen!
Por que en mi proceder no hay engaño
Yo lo afirmo, como antaño, que en mi obrar
abrigo la esperanza manifiesta
que mi opción sea una Máxima Universal.