Lascivia
Publicado en Jul 27, 2012
Lo encuentro todos los días, al salir en las mañanas,
Inevitable, lo mismo, cuando regreso a mi casa. Lo saludo con un gesto, desprovisto de palabras, Pero escucho, las que dice, aunque no quiero escucharlas. Será que no fui, ni soy, suficientemente clara, O tal vez es tan obtuso, tan obstinado, que nada, de lo que yo pueda hacer, por rechazarlo, le alcanza Me molesta su presencia, me fastidia su mirada insistente y atrevida, cuando taladra mi espalda. La siento, aunque no lo mire y es como si me rozara. Llego corriendo a mi casa, cierro todas las ventanas, trabo las puertas y activo de inmediato las alarmas. Refriego toda la piel, que rozó con su mirada, para arrancar de mi cuerpo cualquiera supuesta marca y hasta las veo correr, junto a mi piel, con el agua. Es sólo en ese momento, cuando me envuelvo en la bata, que logro sentirme limpia de su lasciva acechanza
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Eliza Escalante