Un día conocí a un alguien que pareciese  me estaba esperando, cada letra y cada palabra irradiaba el aire que estuviera respirando, a lo lejos algo venia para ser introducido en ambos corazones, se veía tan lejano e inclusive difícil de tener espacio y cabida ante un pequeño lugar, así conformándose con una minina parte donde ese algo estuviera guardado. Esperando, y con ansias de ser vivido, al día siguiente  de volverse a encontrar, las sonrisas estremecían los lugares, la noche se volvía especial, y ese tiempo perduraba, ¿Dónde radicaba la magia?,  el tiempo se detenía, y los corazones exaltados seguían en un esfuerzo por mantener la alegría, los minutos se hacían horas, desconociendo lo que en cada uno habitaba, pero al mismo tiempo anhelando que fuese un algo que no se olvidara…