Parecía que tornábase realidad
una etapa de apocalipsis anunciados,
como un ‘film’ lleno de incredulidad
hipnotizante de mortales asustados.
 
Una noche, un sueño fue conducido
por mi subconsciente inquieto y sagaz,
sería una advertencia, futuro vivido
o el fruto ganado por perder la paz.
 
‘El último sueño’ lo he llamado,
tributo a las sociedades imperantes
que viven para si y no para su legado;
tocará sobrevivir si no mueren antes.
 
Catástrofes inmensas irremediables,
golpes de pecho tardíos, -lo siento-
y gritos de desolación incontables.
Se detuvo el tiempo, no sopla más el viento.
 
Toda edificación al borde del colapso,
simples mortales yendo despavoridos,
entre grito y locura un corto lapso;
todos eran a la muerte favorecidos.
 
Los volcanes se acercaban como vivos,
sus entrañas se regaban arrasando
sin chance para sufrir a los esquivos
hacía desaparecer sin ir avisando.
 
Las calles y caminos se rompían,
fuego y agua acababan con todo
y por más que huían y corrían
pues de salvarse no había modo.
 
Y pues, el último sueño se acabó;
así mi vida, pues ahí estaba yo.
 
DANNTO
Danilo Castaneda