DESENTRAISMOS
Publicado en Apr 21, 2012
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                                DESENTRAÑISMOS
No he alcanzado nada. No tengo meta alguna. En lo absoluto me importa el triunfo. De Dios no me afecta sí existe o no existe. Del pájaro me interesa el trino más no la estampida del vuelo. Gozo el paso de las hormigas de ningún modo la andadura del hormiguero. Del libros busco su esencia no su intelectualismo. En el amor me deleito del amor no hago de la mujer amada un objeto del amor. Del día me interesa el día no su sábado. Del licor me gusta beberme la sustancia no la sandez de mí mismo. De la gota fluye en mi alma su cortinaje de lluvia no el torrente de gota en gota. En el panal no observo el estrépito mercantil del dorado sino el fulgor de la miel.
 
Soy un patriota del universo. Vivo a la sombra de mí ser la consecuencia de haber nacido. Dilapido filosofías jamás su génesis. Después de mucho silencio ejerzo el silencio como voz palpable para mi espíritu. Permanezco siendo un anfitrión del viento. En este tiempo de odio y sicariato sé de la mordedura del perro mientras ladra. Un poco de los demás y mucho de mí mismo me ha equilibrado en la balanza de la ignorancia. La duda se me aparece como el resplandor de un fantasma vagando en busca de su cuerpo de verdad. Escucho en el habla de ciertas personas la fluidez del loro. Por cuestión de filantropía melancólica amo la noche desnuda de gente. Dejo el mundo desaguar y en ocasiones lo impulso a lo concreto.
 
“Hoy” es mí día único vivido con suma importancia todos los días. Vivo la experiencia de la felicidad en cada amanecer por esto tengo buen criterio de la muerte. Cuando dialogo conmigo mismo depuro mi conciencia a la orilla de las obsesiones. Me dignifico porque me compenetro con el asombro de la existencia. Promulgo un “ojo por ojo y diente por diente” al no dar consejos. A través del amor le entrego mi personalidad a la existencia. A todo instante me excomulgo de las virilidades absurdas del pensamiento. Miro el “ser o no ser” como si fuese un espermatozoide en apuros. Advierto en la muerte un simple resbalón del vivir.  Veo en el dogmático un degenerado del espíritu. Miro en la adoración un derivado de la penumbra.
 
Me atrae saber cómo por el ojo de una aguja cabe la mirada de un camello. Promulgo aquí y allá tu propiedad del mundo y el Eres carne suprema de tus propios huesos. No tengo la mediocre manía de recrear mis sentidos al aplaudir la conquista del dinero. Razono los problemas como un pequeño vaso inundado de olas. Dejo a las filosofías revolcarse en el pantano de ellas mismas dejando la verdad proseguir su vereda sin ser salpicada por lo  grotesco de sus retóricas. Distingo en los moralistas su indiferencia al caer las hojas secas mientras padecen ceguera ante la belleza del árbol desnudo. Por el contrario al mirar el rocío sobre la hoja seca en el árbol invitándome a despertar mis sentidos y a compenetrarme en ese instante absoluto ninguna vez dudo de mí existencia como un milagro.
 
Por la inherencia animal de los humanos cuando un hombre imita a otro hombre sólo distingo un mico imitando a otro mico con ademanes filosóficos de mico. Al hablarme alguien de sus virtudes no dejo de asombrarme de sentir piedad por él por no haber entendido nada sobre la colonización de sus neuronas. Bebo el universo en la copa de cada palpitar hasta embriagarme de luceros de noches errabundas de polvo de flores y vuelo de piedra y sangre de alegrías y pan de mí mismo. Sin la entelequia de mis neurosis me es imposible gozar el estornudo de mis razones. Cultivo el presente para no asistir en un futuro al ancestro carcomido de mi mismo. Aguzo los sentidos en presencia del orgulloso hasta encontrarle algo casual con la idiotez. Asumo las posibilidades como una metáfora de la realidad.
 
Para superar las dificultades me convierto en un visionario de todo cuanto ha sucedido. Hallo en el indiferente la epistemología de la violencia. Estoy seguro de esa voz ininteligible y de un escalofrío atestiguando la existencia de ese yo desolado reflejándose en el contorno del hombre sin objetivo alguno. Me fastidia la mentira porque es lengua afilada hablando desde la madera de la verdad el ripio de la verdad. Me compagino en el rocío sobre el árbol caído porque le da vida al crepitar de mis sentidos. Fragmento mentes de sicólogos y con facilidad encuentro su sicología malograda ante el encuentro consigo mismo. Adivino dentro del abdomen de la pobreza un corazón angustiado. Me identifico con la naturaleza por esto escucho el color veo el sonido palpo el aire me vuelvo etéreo en sus vivencias.
 
En el hombre envidioso identifico un filósofo rastrero de su incapacidad de ser. Vivo un espectáculo cuando mi alma se entona con el vibrar sublime de la vida. Como dieta espiritual trato de evitar el colesterol de las malas acciones. Me mofo de la premonición del pesimista al sentir lástima de él porque nació su madre. Me inquietaría el destino de mí escepticismo si en el fondo de mi ser no habitara el remordimiento de no creer en algo. En el feminismo veo el cerebro de la mujer convulsionado de machismo. En el machismo una mujer histérica despertándose  en el corazón del hombre. Nada me ayuda a vivir mejor sólo la vida misma.                                  
 
Con bisturí intelectivo forjo DESENTRAÑISMOS a mis instintos indescifrables para estar listo a ajustar cuentas con la justicia divina y una contabilidad macondiana me extasía hasta hacerme orinar estrellas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Carlos Alberto Agudelo Arcila
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Descripción

Existir sin convencionalismo alguno.

Palabras Clave: Bistur desentraismo instinto justicia contabilidad macondiana orinar divino estrellas premonicin entelequia fondo machismo escepticismo feminismo cerebro incapacidad

Categoría: Artculos

Subcategoría: Comentarios & Opiniones



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