“Proceso de reorganización nacional”: vericueto retórico para dilapidar ideologías. Estigmatizando la carne a picanazos, amparados bajo la égida del funesto orden neoliberal. El monopolio del discurso, la instauración de la política del silencio…
 
De esos silencios obscenos, aberrantes: el silencio de los alaridos, los desgarradores silencios de los que se lamentan; de los que sufren en ese inframundo de incestos y sadismo, de clandestinidades de cemento y moho.
 
De los que arrostran rastrojos de humanidad que paulatinamente va desfalleciendo.
 
De aquellos que solo pueden recordar y ser recordados; aquellos que añoran mientras se los añora en la inconmensurable distancia de cielos abiertos y parques.
 
Aquellos que son y no son: aquellos que desaparecen y yerran como mal halladas fantasmagorías de una virulenta realidad.
 
Hagámonos eco de esos silencios, seamos la voz de los acallados y sobre todo no los echemos en residuales amnesias ni dejemos que se impongan esos sordos olvidos.