¿QUÉ HAGO CON LA CARCAJADA?

Una carcajada no tiene por qué ser
la consecuencia de algo gracioso.
Tampoco la recompensa de un chiste
o una reacción ante el eximio arte
del cultor del ridículo.

La carcajada aparece en una cara,
sin que sea condición que sea bella o fea
o que la persona tenga un C. I determinado.

Y no es un problema para la risa
pero tampoco para el llanto. En realidad
es una simple reacción seudo voluntaria
difícil de controlar.

Tampoco es necesaria la ingestión
de algún psicofármaco
o una sesión de risoterapia para hacerla aparecer.
Si la carcajada viene, bien,
y si no, que se vaya a reír a otra parte.

El hecho es que la carcajada está aquí haciendo de las suyas
y no cuento con ninguna botella donde encerrarla
ni una copa de vino para hacerla hablar.