LAS BELLSIMAS OBRERAS
Publicado en Feb 10, 2012
LAS BELLÍSIMAS OBRERAS
El cráneo no piensa de por qué a él le corresponde juzgar. La moneda circula indiferente y se extraña por la codicia y más aún de los guarismos matemáticos que la investigan. Un lápiz siente cada una de las palabras y también los trazos por los que elabora un dibujo. El botón de una camisa, ¿Qué piensa, cuando después de una copa de vino sale disparado al suelo? Los punteros del reloj miran distraídos al paso de las hormigas, y una minúscula roca de arena espera el rocío. El hueso y el músculo, también la piel en un beso y los pétalos de la flor despiertan, en la magia amorosa. Y así, las abejas, bellísimas obreras pasan sembrando de miel los jardines de la tierra.
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