A LA LUZ DE LA LUNA
 
Cuando la noche en su cóncava oscuridad
enciende su mayor candela, la luna
en mi pecho empieza a bullir el  canto
que me lleva a tomar con pasión, mi pluma.
 
Con la sangre hecho un torrente en las venas
y las ideas en claro manantial
llevo al papel las palabras, del verso inspirado
y las plasmo en poemas de raudo caudal.
 
Esa luz de plata que a mi en trance me pone
y de una manera especial, me hace sentir
es cuando este vate, lleno de felicidad
rica poesía se pone a escribir.
 
La luna, el silencio, la noche y mi imaginación
son una sola cosa, en el éter bullendo
a veces me siento luna, otras veces papel
y ahora, ¡Qué locura!, poeta me estoy sintiendo.
 
Ya sin otro pensamiento, que el adornar
con bellas palabras los cielos de julio y de enero
encender en el papiro, veranos y primaveras
otoños, luces, sombras, sentidos e inviernos.
 
Mis sueños, mis ansias, mis cantos
el amor, la justicia, mi arte tal vez
se agita en un remolino de esencia
cuando la luna se enciende en mi ser.
 
San Vicente, Mnes.
Julio de 1996
del libro: Poemas a la luz de la luna. Ediciones de las tres lagunas, Buenos Aires. 2009