LA DANZA DE LOS COLORES
 
Cuando la noche resolvió la duda
de los colores del día
y las sombras acudieron al descanso
encontré una carta.

Estaba el sol en los silencios de su canto
cuando despertó maravilado:

¿Alguna vez hermanas estrellas,
en algún rincón de sus ígneas intuiciones,
en las órbitas delirantes
y los pesados anillos, vieron esta danza?

Sus hermanas sonrieron, y abrazaron al pequeño sol.
Era ingenuo y espontáneo a la danza del color.

Yo no sé a qué distancias ni podría describir sus pasos
pero esta danza de estrellas junto a los colores que vi,
me hicieron amanecer desde siglos y milenios.
Así el día o la noche siente el paso de los astros
y en su danza interna, mi corazón se regocija.