Un hombre solitario…
Camina enfrentando a la oscura noche que lo arrebata sin prisa.
Es la dueña de las nostalgias y sus deseos, extendiéndole sus brazos.
Hurtándole al mundo ese ser…una noche más.
Habrá luces encendidas donde pernoctan las ilusiones.
Y ardiente alcohol encendiendo almas deseosas de olvido.
Dueños del mundo viviendo en la extrema miseria.
Y lideres natos que no pueden sostenerse de pie.
Un piano llorando despedidas, con un gato negro dormido en el.
El humo solo es evidencia de que alguien vuela, sin alas.
Y la risa desquicia, los prejuicios de que la felicidad existe.
Es la noche, la que se roba la conciencia del filósofo o el poeta.
Da lo mismo un mazo de naipes, que una ruleta tramposa.
Unos cuantos diarios viejos y un gamulan como cobija.
Y la luna compañera del solitario vagabundo.
Es el fiel reflejo del final de un hombre solitario.
Antes que la noche…Reclame su existencia.