El Modernismo: sublime proclamación del espíritu y del individuo
Publicado en Dec 04, 2011
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A finales de 1880, en una época de grandes cambios sociales, políticos y culturales, cuando se empezaba a dejar atrás el modelo español para acoger el de las naciones europeas que atravesaban por una etapa de progreso y modernización económica y cultural,  además de que se afianzaba el imperio norteamericano, y las nacientes naciones soberanas se organizaban política y territorialmente, América ve nacer a un hijo, con raíces del parnasianismo y el simbolismo francés y otras tendencias: el modernismo.
Este movimiento artístico y literario propone una renovación en la estética, las formas, buscando la belleza, la exquisitez y la elegancia en el lenguaje, reafirmado como única finalidad “el arte por el arte”. Entre los autores más representativos de los ideales modernistas, se destaca el poeta nicaragüense Rubén Darío, maestro de las letras españolas y referente para la literatura de futuras generaciones. En la magna obra de Darío encontramos principalmente poesía, y algunos trabajos en prosa, novela y relatos cortos. Entre estos se encuentra “El rey burgués”, incluido en la compilación “Azul”, un texto de piezas literarias en prosa y poesía que le daría a Darío el reconocimiento que hasta nuestros días ostenta.
En el “Rey burgués”, en su calidad de cuento, se utiliza la narración sustentada en las descripciones en detalle de personajes y lugares. En él, el autor hace uso de figuras literarias como el símil y la metáfora recurrentemente para establecer relaciones entre identidades y situaciones, y de esta manera adornar y enriquecer el lenguaje. También el autor se vale figuras muy utilizadas por los modernistas,  como lo son la ironía y el sarcasmo, principalmente para describir al rey burgués y sus chocantes particularidades y darle un trasfondo crítico a sus palabras.
También encontramos en la obra una de las cualidades más importantes del modernismo, el exotismo, definido como el arte de combinar elementos de distinto origen, ese atracción interior del modernista por lo raro, lo extranjero, sin olvidar lo propio y lo singular. En las obras modernistas, como la que analizamos, se alude a ambientes de la Antigüedad, así como a la edad media, las monarquías orientales, la herencia indígena que se unen para crear el asombroso paisaje modernista. Un rey pintoresco, gustos excéntricos, un castillo, cisnes, salón de Grecia, jarrones chinos, fanfarria: una gran mezcolanza de culturas y lugares lejanos que conviven entre sí.  Se debe tener en cuenta que esta tendencia nace de la experiencia del autor, quien reflejaba en su obra la simbiosis de culturas que encontró en su vida en el extranjero, las cuales, en sus más profundos deseos, quería un poco de esa tradición estética como la griega, que él consideraba modelos de “perfección”, para el continente americano. Esto justifica el anhelo modernista de evadir la realidad como una forma de reafirmación de lo propio, el deseo de transformar el espacio y el tiempo y transportarse a mundos fantasiosos e idealizados.
Cuando uno lee las descripciones, el uso imperativo de adjetivos , nos hace recordar lugares de Persia Antigua y Oriente, época de sultanes y emperadores, de lo arabesco al mejor estilo de las historias que contaba la Scherezada en las Mil y una Noches. Por un momento, el autor nos desconcierta, nos hace dudar que estemos leyendo una obra de un hijo de Nicaragua, de América Latina por el contraste entre estos ambientes y  los paisajes silvestres y la idiosincrasia de corte puramente campesino. Es en ese momento el exotismo se convierte en  la expresión de la otra faceta de la rebeldía del hombre contra su destino sobrehumano y social. Cuestiona  acerca de ese doble destino profunda y reiteradamente. El exotismo transfigura lo distante (el tiempo y espacio) y permite escapar de la realidad circundante, junto con la invención de mitos y la reforma de otros permite forjar un mundo armónico inexistente, que sirve también para la crítica social. En el caso del “Rey burgués”, este es utilizado para impresionar y sorprender al lector, pero en otras obras sirve a la poesía social como una voz de protesta, de crítica a la enajenación.
He allí una de las “magias” del modernismo, que utiliza al exotismo como vehículo que nos lleva a otros mundos, donde la imposibilidad no es obstáculo para la imaginación,  nos permite crear, soñar, cambiar y huir de nuestra cotidianidad, trascender de los ambientes locales, aunque resulta un poco irónico, al ser el primer movimiento literario nacido en América, no es precisamente el que nos permite hacer una comprensión fiel de la realidad del continente, pero es compresible en el autor, aristócrata bohemio y cosmopolita, amante de la estética y el arte. Es importante aclarar que no es la intención aseverar absolutistamente esta premisa, pues como sabemos el modernismo también expresó un arraigamiento de las raíces hispanas como reacción al imperialismo norteamericano, sólo que en este caso y por lo general en la obra de Darío, no se evidencia claramente esta característica.
También resultó curioso encontrar en diferentes partes del texto, expresiones como  “amigo”, que a nosotros como lectores nos hace sentir que estamos involucrados en la trama de la historia que se cuenta, que no somos ajenos a nada de ello, que nos está contando presencialmente sobre ese pintoresco rey. Eso me parece destacable, atrapa al lector y nos hace apreciar más las intenciones de la obra. No en todas las expresiones literarias encontramos esto, a veces simplemente chocamos con una historia que sentimos nada tiene que ver con nosotros y llegamos a perder el interés por ello.  Además, usa esa cercanía para transmitirnos un mensaje, no de la historia ni de ninguno de sus personajes, algo que nos quiere decir Rubén Darío en su esencia: la literatura, la poesía como arte que nos libera, de nuestros problemas, de la monotonía.
En el cuento, además encontramos una burla irónica que hace el autor a la vulgarización del arte tan preciado para él y los modernistas, en la figura del rey burgués y las actividades que le consideraba que eran arte. El autor quiere mostrar el concepto el yerro en la concepción del arte en todas las formas, en los objetos que caracterizan al ambiente que rodea al rey, en su comportamiento y forma de actuar despótica y falto de gusto, así como en su léxico pobre y escaso, opuesto a la abundancia y belleza en el lenguaje del poeta, que hoy consideraríamos arcaísmos y simples palabras rebuscadas para empalagar el texto, pero que se justifica en el interés del autor en el preciosismo en el lenguaje y la forma de expresión de los sentimientos. Se expone una clara subversión contra los cánones del arte que regían, que venían de la tradición anterior a la que se opone rotundamente el movimiento modernista.
Al igual, en este aspecto hace una crítica fuerte a la sociedad de su época, que en cierta manera menospreciaba la expresión sublime de la poesía, dando mayor relevancia a “vanalidades”. Esto se evidencia por la figura del poeta como un ser extraño, desconocido y nuevo. Es también esto un mensaje que considero “combativo” contra la sociedad, como gritándoles su gran ignorancia, la ausencia de cultura al desconocer el verdadero arte. Esto resulta curioso, pues le da al aristocrático Rubén un corte un tanto revolucionario. Él busca darle el lugar que se le ha negado al poeta y el reconocimiento a la labor que realiza e inevitablemente invita a revalorizar y replantear el concepto de arte y sus manifestaciones.
También, se evidencia una clara oposición entre la opulencia, la riqueza y la carencia, recreando en parte esta situación, que es una constante histórica, aunque no podemos precisar si esto lo hace con una intención de queja social y cívica, lo que es probable puesto que Rubén Darío realizó trabajos de este corte, pero el sentido aristocrático y clasista que caracterizaba al autor nos hace dudar un poco de ello, además de que conocemos de la desconexión parcial entre lo ideal y lo real que caracteriza la obra modernista.
Finalmente, puedo afirmar que el cuento es una hermosa exaltación a la poesía, máxima expresión de los sentimientos, de su elegancia, su belleza, que trasciende más allá del verso organizado. El objetivo que persigue el autor es mostrar a la poesía como imaginación y creación del lenguaje, exaltación de la naturaleza, del hombre, sin olvidar las exigencias de técnica en la ejecución de este noble oficio.
Para terminar, podemos concluir que el modernismo fue, en su época, la novedad de una actitud de rebeldía contra los dogmas establecidos y las imposiciones sociales, además de que trajo consigo una profunda transformación espiritual y estética que responde a los cambios que exigía la situación histórica en ese momento. El modernismo es  renovación, crítico de la politización de la vida, de las  luchas entre clases, reacio al auge del capitalismo y sus valores, a la industrialización, fiel amante de lo sensorial y lo estético,  el idealista, el soñador. El modernismo, sin duda es, sublime proclamación del espíritu y el individuo.
 
 
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Descripción

En este ensayo abordo aspectos del movimiento Modernista, enfocándome especialmente en el análisis de la obra "El Rey Burgués", cuento de Rubén Darío en su compilación Azul. De la lectura de este cuento, trato de identificar y resaltar las características más importantes del movimiento en cuanto a la producción literaria, así como los mensajes y propósitos tras del mismo.

Palabras Clave: Modernismo Rey burgués individuo Ruben Darío

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Análisis



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