Regálame tu dolor y sufrimiento, tu tristeza y con ello tu desilusión, acompañada de tu nostalgia y melancolía.
Regálame tus días oscuros junto con tus ganas de no hacer nada.
Regálame también el rechazo recibido y las paredes que hoy te hacen invisible.
Regálame las vendas que cubren tus ojos y las cuerdas que atan tus manos y pies.
Regálame también los malos momentos y peores recuerdos.
 
Permíteme ser yo quien lleve el peso de todo lo que te atormenta, déjame cargar las cadenas que te mantienen prisionera.
Regálame tu esclavitud y quédate con mi libertad.
 
Deja que el tiempo te arrope entre sus alas y así pueda tu dolor sanar.
Apártate de las sombras porque ahí nadie más te podrá mirar.
No ocultes tus lagrimas con tu cabello, deja que el viento de las lleve lejos.
De nada vale llorar de tristeza cuando mejor seria llorar de felicidad.
De nada vale suspirar por aquellos instantes que han quedado en el pasado, teniendo presente que llegaran momentos que te hagan perder el aliento.
 
 
No te niegues a la felicidad, si realmente deseas ser feliz solo la felicidad feliz te hará.
 
 
“El tiempo no es el mejor remedio pero si un gran maestro…”