Isadora
Publicado en Nov 05, 2011
En la infancia solitaria,
horas de contemplación, en el vaivén de las olas, la mirada, se extasió. Una mirada curiosa. Descubría la belleza, en la sencillez sublime que brinda Naturaleza. Una mirada distinta adoptó en lo personal, para trasmitir a su arte, el don de lo natural. De los clásicos patrones, de la danza, se alejó. Impuso su nuevo estilo. El público, la aclamó La esencia del arte griego, en la danza incorporado, filosofía de vida, de artificios, despojada. Mente y espíritu son, los motores de su cuerpo. La elevan hacia la luz, meta de su pensamiento. Sin maquillaje, descalza, rubia cabellera, al viento. Leve túnica de seda, flota alrededor del cuerpo. En la vida de la Ninfa, la tragedia, es recurrente desde su mas tierna infancia, hasta el día de su muerte. A buscar placer y amor, junto a su última conquista, en el auto que él conduce, por una calle de Niza. El cuello de blanco cisne, envuelto en un chal de seda, provoca trágica muerte, al engancharse en la rueda.
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